España

Anna Grau: "Barcelona es el paraíso de la okupación mafiosa y de la delincuencia"

La candidata de Ciudadanos a la alcaldía de Barcelona denuncia que mientras las mafias okupas hacen su agosto en ciudad condal, los verdaderos sintecho mueren de frío en las calles. Grau reconoce que hubiera preferido ver a Sánchez Dragó en la moción de censura, aunque cree que esta solo ayudará a Sánchez

A Anna Grau se le humedece la mirada cuando recuerda a su padre. Era independentista, y buena persona. El cariño que se tienen -utilizo el presente a propósito- es quizá el mayor acto de rebeldía posible en una sociedad que tiende cada vez más al sectarismo. Más en la Cataluña que ha colonizado el procés. Grau se define como una "mujer atípica", y por eso ha ido a parar al "partido más atípico", Ciudadanos. Quizá por este detalle de su personalidad decidió embarcarse en el navío naranja cuando todo el mundo empezaba a salir, justo después del batacazo electoral de Albert Rivera en el 2019.

Compagina su labor como diputada en el Parlament con la candidatura de CS a la alcaldía de Barcelona. La vida política no le ha hecho olvidar lo que nunca ha dejado de ser, periodista. Ha vivido en Nueva York, en Madrid, en Barcelona y en la Barcelona de Colau. Mención aparte merece la actual ciudad condal, convertida en palabras de Grau en una suerte de capital de la delincuencia y los okupas.

La inseguridad es, de hecho, la mayor preocupación de los barceloneses según la última encuesta de servicios municipales del Consistorio. A pocos meses de la contienda electoral, Grau recibe a Vozpópuli para hablar del momento de Ciudadanos, de la necesidad de arrebatar al independentismo las instituciones públicas catalanas y de temas de actualidad como la moción de censura de Vox, para la que reconoce que hubiera preferido a Fernando Sánchez Dragó de candidato.

He leído que se afilió a Ciudadanos un día después del batacazo de Albert Rivera en las elecciones de 2019, ¿es así? ¿Por qué tomó la decisión en un momento como ese y no antes, en el mejor momento del partido?

Es así. Fue una manera de pedir perdón. Yo me vinculo a Ciudadanos, sin afiliarme, en 2013. Rechacé invitaciones de Albert Rivera para ir en listas a Cataluña en 2014. En aquel momento, las circunstancias familiares no eran idóneas para entrar en política. Nunca pensé en afiliarme hasta el 10 de noviembre de 2019. Seguí el recuento electoral y me impresionaron dos cosas: el batacazo, que me dolió como una pérdida en la familia, y la escena de Inés Arrimadas votando mientras le gritaban ‘fascista’, ‘puta’ y otras cosas a las que estamos acostumbrados en Cataluña. En aquel momento supe que debía afiliarme. Me arrepiento de no haberlo hecho antes.

Me arrepiento de no haberme afiliado antes a CiudadanosAnna Grau, candidata de CS al Ayuntamiento de Barcelona

Usted reivindica en sus artículos el centro político como un espacio propio. Entiendo entonces que no comparte la opinión de su compañera de partido, Begoña Villacís, de acudir en coaliciones preelectorales a las elecciones.

No la comparto. Son puntos de vista distintos. Begoña se incorpora a un proyecto que aspira a gobernar en determinadas plazas con un socio preferente. Yo me he incorporado tarde a un proyecto que aspira a otro planteamiento. Mi idea de CS es la idea de un partido que aspira a ser partido de gobierno en Cataluña. Cataluña no será normal hasta que haya un presidente de la Generalitat y una alcaldesa de Barcelona de Ciudadanos. En el resto de España debe ser como el VAR, un ojo de halcón que fiscalice lo que hacen la derecha y la izquierda. Hoy me preguntaban si CS desaparecerá del resto de España y se quedará solo en Cataluña. Si eso ocurre, volverá a expandirse. Porque igual que en Cataluña no hay repuesto para nosotros, fuera nadie defiende nuestra idea de España con la generosidad y altruismo de nosotros. El otro día, en el Congreso, quien puso la bandera en su sitio fue Inés Arrimadas. Para mí, las siglas de Ciutadans son irrenunciables.

Cataluña no será normal hasta que haya un presidente de la Generalitat de CiudadanosAnna Grau

¿Cuáles cree que han sido los grandes errores de la formación naranja? ¿Dónde ubica el origen de la pérdida de votantes?

Se han cometido errores distintos, en sitios y momentos diferentes. En Cataluña el error fue permitir supeditar el proyecto autonómico a ciertas operaciones en el resto de España. Un partido político no es los escaños que tiene, es su profundidad de campo. En España se perdió la perspectiva, la proporción. Se confundieron deseos con realidad. Y en Cataluña el error fue poner el carro delante de los bueyes, supeditar intereses de fuera a lo que necesitaba el partido en la comunidad. Como diputada del Parlament catalán mi compromiso con CS a nivel nacional es total, pero si me plantearan algo que no es bueno para Cataluña lo diría. Afortunadamente, la nueva dirección tiene claro que ‘ni tutelas, ni tutías’. El CS catalán hará los acuerdos postelectorales que tenga que hacer sin que nadie ponga el freno de mano.

En su caso particular, de no conseguir entrar en el Ayuntamiento de Barcelona, ¿dejará la política? ¿Seguirá en CS? ¿Escuchará otras ofertas?

No escucharé otras ofertas. Yo solo puedo estar en Ciudadanos. Yo nunca pensé dedicarme a la política. Mi trabajo como periodista me había dado una visión descarnada de los partidos políticos. Una persona tan atípica como yo necesitaba un partido tan atípico como este para meterse en política. Mi plan A es ser alcaldesa o estar en el equipo de Gobierno, para lo cual dejaría el Parlament. Mi plan B es estar en la oposición. Si estoy en la oposición lo compaginaría con el Parlament. Aunque yo trabajo mucho y no tengo tan claro que pudiera. Si no puedo con todo, mi prioridad será la política municipal. Quedar fuera del Ayuntamiento ni lo planteo porque mis encuestas lo descartan.

Anna Grau en entrevista con Vozpópuli / Jesús García.

¿Qué dicen esas encuestas?

Entramos en el Ayuntamiento con dos concejales. Pero insisten mucho en que movilizando el voto indeciso vamos para arriba. También nos dicen que el grueso de nuestro votante está entre los 30 y los 50 años. Yo tengo ganas de reconectar con el voto joven, pero me llamó mucho la atención que tenemos mucho votante entre las personas mayores. Tengo la idea de crear una Concejalía para la gente mayor. Siempre se considera a la gente mayor como un problema, yo no lo veo así. Las personas mayores aportan mucho a la sociedad y también tienen derechos, como los jóvenes. A lo mejor la llamo Concejalía de la Larga y Buena Vida, o Concejalía de la Longevidad Alegre. Yo aspiro a llegar a viejecita y pasármelo muy bien. Para mí es un orgullo que personas más mayores nos voten.

Usted se ha partido la cara por el constitucionalismo en Cataluña contra viento y marea. Incluso contra la ideología de su padre que, si no me equivoco, era independentista. ¿Cómo se tomaron ese salto ideológico en su casa?

Yo nunca he tenido que luchar contra la ideología de mi padre. Mi padre, que murió en marzo del año pasado, era una bellísima persona y lo perdonaba todo, incluso no ser independentista. Él era un independentista inducido. Hasta los 40 años fue apolítico. Mis padres se asomaron a la democracia con desconcierto, como todos. Mi madre votó a Adolfo Suárez y Felipe González porque eran guapos. Mi padre dijo algo de votar a Fraga; mi madre dijo algo de dormir en el sofá; mi padre se abstuvo de votar a Fraga… y en ese contexto apareció Pujol. Jordi Pujol les vendió que ser catalán era una categoría política. Mi madre fue militante de CIU hasta su muerte. Mi padre siguió los pasos de Pujol, de nacionalista a independentista. Últimamente le veía mosqueado, un poco harto de todo lo separatista.

Una vez, fui a un debate a la tele catalana donde sabía que asistía de sparring. Cuando llegó el taxi de la tele, mi padre me dijo (a escondidas de la madrastrona, segunda mujer de mi padre): “Hoy tómatelo con calma que están muy cabreados con la destitución de Quim Torra”. Me hizo gracia el “están”. Creo que hoy estaría en la cuerda política de mi amigo Xavier Trías (Junts). Pocos días antes de las elecciones le pregunté: “¿Papá me vas a votar a mí, verdad? Nunca ha habido un diputado en la familia”. Por la forma en que me miró sé que me votó.

Anna Grau, candidata de CS a la alcaldía de Barcelona / Jesús García.

¿Está el separatismo más vivo que nunca, o lo estaba más el 1-0?

Siempre he dicho que la independencia no me la creía, que Cataluña se independizaría de España el día que las ranas críen pelo y además vayan al barbero. No tienen lo que hay que tener para ir al final. Incluso con el Estado debilitado. El objetivo ha sido que en Cataluña no se pueda vivir si les llevas la contraria, y en ese sentido, están más subiditos que nunca. En Cataluña tenemos un déficit brutal de sanitarios por la exigencia lingüística. Yo viví muchos años en Madrid, pero estaba de vacaciones en Cataluña con mi hija, un bebé. Fui al centro de salud por un problema pediátrico y al verme la tarjeta sanitaria madrileña empezaron a farfullar. Esto no puede ser. Cataluña ahora mismo está podrida de supremacismo, de intervencionismo público intolerable, de guerra de lenguas, de hispanofobia y de decadencia. Y esto es el procés.

Los independentistas no tienen lo que hay que tener para llegar hasta el finalAnna Grau

¿Cómo está Barcelona después de 8 años de Gobierno de Ada Colau?

Es indescriptible. Me fui hace 20 años de allí y vi una ciudad postolímpica, culta… Ahora la suciedad, la inseguridad y el desánimo está a la orden del día. Barcelona es muy bonita si vas un fin de semana, pero si vives allí ves una emergencia social bestial. Somos el paraíso de la okupación internacional mafiosa y delincuencial. Todas las mafias que vienen a okupar y delinquir hacen su agosto en la Barcelona de Colau, mientras que los sintecho de verdad se mueren de frío por las calles. El que de verdad necesita no okupa, porque no tiene un corazón de delincuente. Los okupas no son Robin Hood, son delincuentes. Los que de verdad necesitan vivienda social son los que están esperando como agua de mayo una solución habitacional que no se produce. El Ayuntamiento no tiene suficiente vivienda social y no da seguridad jurídica a los propietarios para que alquilen más. No persigue la okupación e intenta topar el alquilar que consiguen que bajen un 5% las viviendas más caras y suban las baratas. Vivir en Barcelona es inasumible, necesitas 1.500 euros para empezar a hablar.

Barcelona es muy bonita si vas un fin de semana, pero si vives allí ves una emergencia social bestialAnna Grau

La inseguridad sigue siendo la principal queja ciudadana. ¿A qué atribuye los problemas de seguridad en ciudad condal?

Necesitaríamos 1.500 agentes más y una inversión de 100 millones. Pero no es solo un problema de efectivos. En Barcelona tenemos mucha policía: mossos d’esquadra, guardia urbana, policía nacional y un poquito de guardia civil. Pero claro, todos estos cuerpos actúan descoordinadamente por razones políticas. Somos el paraíso legal de la multirreincidencia. El que hurta por debajo de una determinada cantidad, entra y sale con una multa. Da igual que robes 500 veces. A mí misma me han atracado en una ocasión. Me entraron a robar en casa mientras dormía. Me levanté por la mañana y me encontré el bolso abierto y me faltaba todo el efectivo. Esto no me ha pasado a mí nunca en Barcelona y Nueva York. Hay vecinos y comercios que han empezado a actuar como los antiguos serenos, que se organizan entre ellos. La policía tiene miedo a actuar en Barcelona porque cree que el Ayuntamiento los va a desautorizar.

A mí misma me han atracado en Barcelona, me entraron a robar en casa mientras dormíaAnna Grau

En uno de sus artículos señala que el Parlament catalán es la Estrella de la Muerte. ¿Sería usted Leia Organa?

Yo tenía debilidad por Han Solo. Ya sé que hoy se lleva mucho el cambio de género, pero tan lejos no voy. Me conformaría con ser la Leia Organa del Parlament. Creo que hace falta dar la batalla cultural. En la Barcelona de Colau se puede hablar antes en vikingo que en español. Se han dado hasta pregones en francés. Le ha comprado a la Plataforma per la Llengua lo de los radares lingüísticos para multar a catalanes que no hablen catalán. Si no das esa batalla, las monstruosidades ideológicas se crecen, y terminan pareciendo normal el ‘sí es sí’, la okupación… La batalla cultural se gana no haciendo prisioneros.

Anna Grau en entrevista con Vozpópuli / Jesús García.

Es cómo recolocar la bandera, como hizo Arrimadas.

Claro, es que esa bandera no solo representa la identidad nacional, que también. Representa un sistema de valores, la España constitucional, el sufragio universal, el derecho a una vida digna… Todo por lo que hemos luchado los españoles, que no nos lo ha regalado nadie. Si dejas caer la bandera, dejarás caer lo otro. Y no me considero para nada facha por decir esto.

¿Qué votaría Anna Grau en la moción de censura de Tamames?

Esa es una pregunta trampa porque tengo mucho cariño al autor intelectual de la moción (Fernando Sánchez Dragó). De hecho, preferiría que se presentara él y no el pobre señor Tamames, que creo que pasará un mal rato. Habrá que escucharle pero me preocupa. La moción la tendría que haber presentado el PP. Esta moción de Vox es una moción antiPP. Su intención no es tanto ir contra el sanchismo, sino dejar en evidencia Feijóo. Me preocupa que esto refuerce a Pedro Sánchez. No se puede gastar pólvora en salvas. En todo caso, primero escucho y luego voto.

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