El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, viajó a Madrid para reunirse con Pedro Sánchez en Moncloa, pero no invitó a sus principales socios independentistas -Junts, PDeCAT y la CUP- en la rueda de prensa posterior desde el Centro Cultural Blanquerna en la que expuso los acuerdos alcanzados con el Gobierno de España.
Se trata de una situación inédita, ya que era su primera visita como presidente de la Generalitat en la capital. En el pasado, con las otras visitas de los máximos representantes catalanes, como Artur Mas, Carles Puigdemont o Quim Torra, diputados de los partidos nacionalistas así como del ala catalana de Podemos siempre acudían en el acto institucional celebrado en esta dependencia de la delegación del Govern en Madrid.
“No hemos ido porque no nos ha invitado. Ni siquiera sabíamos la hora de su acto en Blanquerna”, explican fuentes consultadas por Vozpópuli de los partidos independentistas. Aragonès reivindicó en ese acto la “amnistía y la autodeterminación”, pero también es cierto que cuando se pronunció sobre el tipo de votación que debía “validar” la ciudadanía de Cataluña se limitó a hablar de los “acuerdos” que surjan de la mesa entre gobiernos. Sin mención explícita a un referéndum de secesión.
ERC va por libre
No es la primera vez que ERC va por libre y tiene su agenda propia sin contar con el resto de fuerzas independentistas, explican las fuentes consultadas. El día en que Òmnium Cultural presentaba ante el Congreso las firmas para registrar su propuesta de Ley de Amnistía los de Oriol Junqueras habían reunido a los medios por su cuenta para hacer declaraciones.
No obstante, los dirigentes de Junts, PDeCAT y la CUP se plantaron y obligaron a ERC a pronunciarse junto al resto. Ese acto, además, servía también para contraprogramar a Pedro Sánchez, que celebraba su acto en el Gran Teatro del Liceu ante 300 empresarios y miembros de la sociedad civil para vender los indultos a los líderes del 1-O. En esta ocasión, a los republicanos no les salió bien. Pero en Blanquerna sí que obtuvieron toda la atención mediática. No solo por el hecho de ostentar la presidencia de la Generalitat sino también porque los "avances" entre ambas administraciones se ven como fruto de las posiciones pragmáticas de ERC y no del inmovilismo de Junts.
"Nueva etapa"
Una de las condiciones que pusieron los de Carles Puigdemont para formar un nuevo gobierno de coalición en Cataluña fue “coordinar la estrategia en Madrid”, donde constataron que el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, “iba por libre” . Además, tras su ruptura con el PDeCAT habían visto decaer todavía más su influencia en las Cortes, ya que han pasado de ocho a cuatro diputados.
No obstante, y tras sellar el acuerdo de Govern, las estrategias en Madrid siguen sin coincidir. “Desde la marcha de Pablo Iglesias el Gobierno está más compactado, y las relaciones con ERC, que antes iban a través de Podemos, ahora son directas con el PSOE”, explica otra fuente parlamentaria.
ERC ha logrado convertirse en una suerte de ‘nueva Convergència’, más de izquierdas y capaz de llegar a ententes con el Gobierno de Sánchez. De hecho, los indultos son parte de las negociaciones entre los ‘republicanos’ y Moncloa, pese a que JxCat también haya intentado rentabilizar la libertad de los políticos condenados por sedición cuando afirmó que se debían a las “presiones de la Unión Europea” gracias a la labor de Puigdemont y el resto de eurodiputados.
Desde ERC consideran que se ha abierto una “nueva etapa” y pese a que todavía mantienen una retórica encendida a favor de la independencia y de crítica con Sánchez, de puertas adentro confían en que la relación con el Gobierno es “sólida”. Que Sánchez “ha cumplido”. Todavía persisten algunas suspicacias entre ambos gobiernos, y por esta razón nadie en Moncloa salió a hablar tras el encuentro hasta escuchar antes el tono de Aragonès en Blanquerna. Pero el optimismo, poco a poco, se va imponiendo en Palau y en Moncloa.