La Armada mantiene su habitual actividad en las aguas de soberanía nacional; en este caso, en las que bañan los peñones e islas ubicadas el norte de Marruecos, así como en el Mar de Alborán, que abarca el área comprendida entre el norte de África y la costa sur peninsular. Prueba de esta actividad está en el encuentro mantenido entre el buque de acción marítima Tornado y la fragata Victoria, que al coincidir en su navegación han llevado a cabo un ejercicio conjunto de tiro, según afirman desde el Estado Mayor de la Defensa (EMAD).
Para entender el origen de este ejercicio de la Armada cabe circunscribir las misiones de vigilancia marítima, asignadas a los buques militares con el objetivo de ejercer labores de verificación y control del tráfico marítimo en aguas de soberanía española o de interés nacional. Se trata de un despliegue constante, que también sirve de disuasión ante cualquier eventual amenaza para la seguridad.
Los protagonistas de este encuentro han sido el buque de acción marítima Tornado y la fragata Victoria. El primero partió desde su base, en el Arsenal de Las Palmas, el pasado 15 de julio, con el objetivo de cumplir con estas labores de vigilancia marítima, teniendo asignada la zona comprendida entre el Estrecho de Gibraltar y el Mar de Alborán.
Durante su despliegue, el Tornado, de la Armada, ha llevado actividades relacionadas con la verificación y el control del tráfico marítimo con el objetivo de “asegurar la libertad de navegación” -apuntan desde el EMAD- en una región especialmente sensible, debido a la habitual densidad del tráfico naval.
La misión de la Armada
También ha mantenido la “presencia naval” en las proximidades de la isla de Alborán y en aguas de soberanía del norte de África, donde se ubican -entre otros- los peñones de Alhucemas y Vélez de la Gomera, así como Islas Chafarinas, donde hay constante presencia militar española.
Pero su agenda de actividades, habitual en los despliegues de la Armada en esta región, ha contado en esta ocasión con un añadido. Aprovechando que la fragata Victoria estaba por la zona de operaciones, ambos buques han llevado a cabo diversos ejercicios, incluyendo uno de tiro.
“Estas oportunidades, mantienen el alto grado de adiestramiento de las unidades de la Armada mejorando las capacidades operativas, así como para fortalecer la seguridad marítima en la zona de operaciones”, apuntan desde el EMAD. Además, a bordo del Tornado se embarcó un equipo operativo de seguridad del Tercio Sur de Infantería de Marina.
Del mismo modo, el buque de acción marítima Tornado también ha coordinado una colaboración con dos buques de la Marina griega, la fragata Kanaris y el petrolero Prometheus, fomentando la cooperación e incrementando la interoperabilidad entre las unidades navales de ambos países, llevándose a cabo diferentes ejercicios marineros y de comunicaciones.
Tras cumplir con un despliegue que se ha extendido durante 15 días, el Tornado ha regresado a su base en la isla de Gran Canaria. Este buque de acción marítima tiene una eslora de 94 metros y una manga de 14,2. Cuenta con diverso armamento de calibre variado para cumplir las misiones asignadas, y su dotación está compuesta por medio centenar de efectivos.
Por su parte, la fragata Victoria, botada y entregada a la Armada a finales de la década de los 80, ha participado en numerosas misiones y ejercicios internacionales, de la mano de la OTAN y de la Unión Europea, tanto en la lucha contra la piratería en aguas del Índico como en ejercicios de seguridad con la Alianza, entre otros. Tiene una eslora de 137 metros y una manga de 14,3. Su dotación, con una capacidad máxima de 229 efectivos, opera diversos sensores y armamento.