Artur Mas comparecía este martes en el Palau de la Generalitat para anunciar, "con gran pena", que tras haberse estado reuniendo estos días con Jordi Pujol, ambos habían acordado que el expresidente catalán renunciaba tanto a su oficina de trabajo como a la retribución que le corresponde como tal, del mismo modo que renunciaba a sus cargos como presidente fundador de Convergència democràtica de Catalunya y presidente honorífico de presidente fundador de CiU.
Tras el escándalo de haber admitido que tuvo durante 34 años una fortuna irregular fuera de España, Mas ha cortado por lo sano y ha dejado al fundador de su partido "como un ciudadano más". Pujol, ya ex 'molt honorable', dejará de percibir 86.418 euros anuales en concepto de pensión, una cifra fijada por ley por haber permanecido en el cargo de presidente durante 23 años. Además, ahorrará a la Generalitat unos 191.000 euros al año por el céntrico despacho en el Paseo de Gràcia, que utilizaba como oficina de trabajo, por el personal de apoyo en esta oficina, por el coche oficial que mantenía para sus desplazamientos y por el chófer asignado.
La decisión de Artur Mas se produce el día antes de que el presidente catalán se presente en la Moncloa para la esperada reunión con Mariano Rajoy, un encuentro cuyo discurso se pretende centrar en el desafío soberanista dejando el tema de las cuentas de la familia Pujol totalmente de lado. La Generalitat, en su firme intención de hacer ver que el escándalo Pujol es una cuestión personal de la familia única y exclusivamente, pretende así marcar un cortafuegos con el que intentar que este asunto no debilite aún más la posición de Mas ante Rajoy ni contamine el reto soberanista.
"A partir de ahora el expresident Jordi Pujol pasa a ser un ciudadano normal", sostiene Mas
Mas se ha escudado asegurando que no tenía indicios ni noticias del fraude fiscal de Jordi Pujol hasta que hace un par o tres de semanas apareció en algunos medios de comunicación y que una vez el expresident le confirmó los hechos acordaron rápidamente las consecuencias. Además, ha separado las últimas renuncias de Josep Antoni Duran i Lleida y Oriol Pujol con la confesión del expresident Jordi Pujol.
"No caigáis en las interpretaciones que pueden sugerir que esto condiciona lo que pueda pasar en los próximos meses", ha recalcado Mas. "El país está por encima de cualquier persona por importante y relevante que sea. De activos tiene muchos y la hoja de ruta está definida y consensuada con mucha gente", ha concluido.
"El dolor es muy grande"
Mas intentaba explicar que habría sido el propio Pujol quien desde el primer momento habría manifestado al actual presidente su decisión de renunciar a todos los cargos que ostentaba en el partido, con el fin de hacer el menor daño posible a la formación.
"Para mí es mi padre político, como pueden comprender el dolor es muy grande y no lo puedo esconder ni lo puedo disimular", explicaba el president.
"A lo largo de mi trayectoria política he estado en situaciones muy difíciles pero ésta es la peor", ha dicho Mas
Con semblante serio, Mas ha dicho en su comparecencia ante los medios de comunicación que, con el tiempo, "en este balance de claros y oscuros, los claros volverán a tener importancia y relieve, porque 23 años de presidencia de un país no se borran de un día para otro".
"En algún momento, cuando haya pasado esta tempestad, con el paso del tiempo y el juicio de la historia, se verán sus debilidades como cualquier otra persona, pero también sus grandes activos", ha afirmado Mas, quien ha añadido que "ahora Pujol es un ciudadano como cualquier otro". "Tiene sus manchas y debilidades, pero también tendrá grandes activos al país que no sólo hizo como presidente sino durante más de 60 años de su vida personal", decía Mas, quien también destacaba que lleva diez años sin tomar decisiones de relevancia a nivel de partido, y desvinculaba este episodio con la marcha del líder de UDC y portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran, como secretario general de CiU.