Sonia Rubio, Natalia Archelós, Mercedes Vélez, Francisca Salas y Amelia Sandra. Son los nombres de las cinco víctimas de Joaquín Ferrándiz, un asesino en serie que llegó a ser considerado el Ted Bundy español, que en pocos meses, en concreto en el mes de julio, abandonará la prisión tras haber completado la máxima pena impuesta por sus atroces crímenes: 25 años de cárcel.
El Ted Bundy español tiene su plaza asignada en el recinto penitenciario de Herrera de la Mancha, en Ciudad Real desde 1998. El año pasado disfrutó de sus primeras salidas a la calle, en concreto tres, tras pedir sendos permisos. A pesar de poder gozar de estos beneficios, nunca los había reclamado hasta 2022, según informan fuentes penitenciarias a Vozpópuli.
No puede volver a Castellón hasta 2028
Ferrándiz no ha participado en la cárcel en ningún programa de reinserción social. Fue condenado a 69 años de prisión por cinco asesinatos en enero de 1990. Solo cumplirá 25 años, ya que es el máximo que marca el Código Penal. Antes de esta sentencia ya visitó otro recinto penitenciario al ser detenido por una violación en la década de los 90. Pasó cinco años entre rejas y salió para volver a ejercer una violencia extrema sobre las mujeres.
Los permisos penitenciarios los pasa tutelado por los Trinitarios en un piso en Valdepeñas del sacerdote de Herrera de La Mancha que colabora con una asociación que favorece la reinserción de presos, según ha publicado el diario Lanzadigital. En esta vivienda tiene límite de llegada y la prohibición de consumir alcohol y drogas, además de evitar la confrontación con los internos que se encuentran en su misma situación.
A pesar de quedar en libertad en pocos meses, este asesino en serie tiene prohibido visitar tanto Castellón como los términos de Benicàssim, Onda y Villarreal hasta 2028. Los lugares donde cometió sus brutales crímenes. Podrá volver a la libertad justo cuando cumple 59 años.
Violaba y estrangulaba a las víctimas
El primer homicidio de este hombre fue el de Sonia Rubio, de 25 años, en Benicàssim. Fue el 2 de julio de 1995 y su cadáver fue encontrado en las Playetas de Oropesa del Mar. Siempre usaba el mismo 'modus operandi' en sus actos: llevaba a las mujeres a un lugar apartado, violaba a sus víctimas y luego las estrangulaba hasta la muerte. Por todo ello, se le puso el apodo del monstruoso Ted Bundy español.
Después del asesinato de Sandra mató a otras cuatro jóvenes hasta el mes de septiembre de 1996. Dos años después fue arrestado por los investigadores que seguían su pista. Tres de los cuerpos, de mujeres que ejercían la prostitución, fueron localizados en una zona conocida como el Vora Riu. Camuflaba su sangrienta vida nocturna con el monótono trabajo en una empresa de seguros. Nadie sospechaba de él en su entorno. Fue detenido cuando tenía apenas 32 años.
De asesino en serie a ordenanza de prisión
Hubo dos víctimas que salieron con vida, pero heridas, de sus garras y sus testimonios fueron fundamentales para los investigadores de la Guardia Civil. No obstante, los agentes llegaron a detener a otro hombre que nada tenía que ver con los hechos delictivos. "Creo que necesitaba demostrar que las odiaba, que tenían que pagar una culpa. No me habían hecho nada personalmente, pero quería destruirlas. Esa capacidad era para mí algo irresistible", confesó este asesino en serie ante el magistrado que le condenó a 69 años de prisión.
En todos estos años en la cárcel, el asesino en serie no ha protagonizado ningún tipo de incidente con otros reclusos. Ha mantenido un perfil bajo y además pasa el tiempo trabajando como ordenanza del propio recinto penitenciario. Es un individuo reservado, pero educado y que pocas veces expone sus sentimientos, según estas mismas fuentes.
Una de sus últimas visitas en la cárcel ha sido la de la criminóloga Carmen Balfagón. Después la especialista confesó parte de sus conversaciones: "no se está haciendo una intervención adecuada con él de cara a que no volviera a reincidir cuando saliera de prisión". Ahora, ya quedan pocos meses para saber si esta declaración es verdad: si volverá a reincidir.