Ahmidan fue condenado a 23 años de prisión por la Audiencia Nacional por pertenencia a banda armada y tenencia de drogas, acusado de haber trabajado en la vivienda de Morata de Tajuña (Madrid) en la que se prepararon los artefactos que hicieron explosión en los ‘trenes de la muerte’ el 11 de marzo de 2004, provocando una masacre de 191 víctimas mortales y miles de heridos. Posteriormente, el Tribunal Supremo le rebajó la pena a 12 años de reclusión.
El terrorista, que durante todo ese tiempo ha mostrado buena conducta, escribió fechas atrás una carta al juez central de Vigilancia Penitenciaria en la que condena la violencia y muestra su arrepentimiento por lo ocurrido. “Quiero manifestar mi rechazo a todo tipo de violencia, incluida la que por motivos religiosos realizan los islamistas”, dice la misiva. Ahmidan va aún más allá y se muestra contrario a “los hechos ocurridos actualmente en Siria y en todas las partes del mundo donde se está matando a víctimas inocentes por motivos religiosos”, y concluye definiéndose como “una persona pacífica que quiere vivir en paz y que los demás vivan en paz”.
Hamid Ahmidan es el primer condenado por la masacre de los 'trenes de la muerte' que hace público su arrepentimiento
El magistrado solicitó informes a la prisión para constatar si el alegado arrepentimiento del interno era sincero o no. La Junta de Tratamiento del centro penitenciario respondió al requerimiento manifestando que su conducta era buena, que no mostraba signos de radicalismo e, incluso, que había rechazado los intentos de adoctrinamiento por parte de otros reclusos.
Hasta la fecha, Ahmidan permanecía en primer grado, en el que suelen estar clasificados todos los internos condenados por delitos de terrorismo, que supone un régimen de aislamiento en la celda con tan solo 4 o 5 horas diarias de patio. El juez concluye en el auto por el que le progresa a segundo grado, lo que le da derecho a permisos de salida, aunque no a su concesión automática, que además de haber mostrado su arrepentimiento cumplió las ¾ partes de su condena el 20 de diciembre de 2013 y la extinguirá por completo en marzo del año que viene. Elementos todos ellos que le hacen beneficiario de un régimen de cumplimiento más benigno.
Se trata del primer recluso condenado por los atentados del 11M que expresa por escrito su condena de la violencia. Hamid Ahmidan es primo de Jamal Ahmidan “El Chino”, uno de los líderes de la célula que perpetró la masacre, que se autoinmoló haciendo estallar una bomba en una vivienda de Leganés junto a otros seis terroristas para evitar ser detenido tras ser descubiertos por la Policía. Como consecuencia de la detonación falleció uno de los agentes. Ahmidan reconoció ante la Audiencia Nacional que vio a su primo y a otros de los terroristas suicidas manipular un "aparato con cables" en el interior de la finca de Morata de Tajuña, donde acudió en febrero de 2004 para realizar unas "chapuzas".