Me gustaría arrancar este texto emulando el comienzo de la pequeña joya literaria escrita por Patti Smith que lleva por título Tejiendo sueños y que dice así: “En 1991 vivía con mi marido y mis dos hijos en las afueras de D

Aquella mañana nos despertó el teléfono. Las ocho y media serían. Era Elvira, desde Santander, muy nerviosa: “Oye, ¿estáis bien? ¿estáis bien? ¿Seguro?”. Yo, que braceaba hacia la realidad desde las tranquilas profundidades del