España

El CNI se enteró por la prensa del hallazgo de un vehículo relacionado con el 11-M

Una nota informativa redactada por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en julio de 2004 pone de manifiesto sus problemas de coordinación con el Ministerio del Interior en las investigaciones

  • Atentado terrorista del 11-M en Atocha -

Una nota informativa redactada por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en julio de 2004 pone de manifiesto sus problemas de coordinación con el Ministerio del Interior en las investigaciones relacionadas con los atentados del 11-M. Como ejemplo, el entonces director de los servicios secretos españoles, Alberto Saiz Cortés, remitió un informe al ministro de Defensa, José Bono, en el que lamentaba que su departamento se hubiera enterado “a través de los medios de comunicación” y con un mes de retraso del hallazgo de un vehículo en la localidad madrileña de Alcalá de Henares vinculado con los episodios terroristas. Un desentendido que -advierte la nota informativa- podría poner en riesgo la seguridad de un colaborador infiltrado.

El documento forma parte del archivo donado por José Bono a la Fundación Pablo Iglesias, recopilado durante décadas por quien fuera presidente de Castilla-La Mancha, ministro de Defensa y presidente del Congreso de los Diputados. La nota informativa con las consideraciones del CNI son un adjunto a una carta remitida por Alberto Saiz -recién asumido el cargo en sustitución de Jorge Dezcallar- a Bono, atendiendo a la dependencia orgánica de los servicios secretos respecto a la cartera de Defensa.

El informe se fechó en un momento convulso, el 30 de julio de 2004. No habían pasado ni cuatro meses de los fatídicos atentados del 11 de marzo, en los que una cadena de explosiones en puntos estratégicos de la red ferroviaria de Madrid arrebató la vida a 191 personas. Todo ello en vísperas de unas elecciones generales que se saldaron con la derrota del Partido Popular, liderado por Mariano Rajoy a propuesta de José María Aznar, y una victoria socialista que aupó a José Luis Rodríguez Zapatero a la presidencia del Gobierno.

La explosión del piso de Leganés en el marco de las pesquisas por esclarecer los episodios prolongó la tragedia, toda vez que se cobró la vida de un agente de los GEO de la Policía, el subinspector Francisco Javier Torronteras, además de ocho personas acusadas de formar parte de la célula terrorista que perpetró los atentados. En esa tesitura se desenvolvían los servicios de información españoles, trabajando contrarreloj para obtener más datos sobre lo que había sucedido.

Pero la comunicación entre los diferentes organismos implicados no siempre fue fluida. Al menos eso trasluce de la nota informativa que Alberto Saiz remite a José Bono: “No pretendo con este informe denunciar actuaciones irregulares o negligencias de nadie, sino destacar debilidades de nuestro sistema de coordinaci6n en la lucha contraterrorista”, apuntaba el jefe de los servicios secretos en su misiva.

La investigación del 11-M

De acuerdo a las conclusiones alcanzadas por el CNI, la aparición de un vehículo en Alcalá de Henares relacionado con los atentados del 11-M supuso el hallazgo de “nuevas pruebas” sobre la implicación de uno de los entonces investigados, Allekema Lamari, con los golpes terroristas. Por entonces ya se tenía constancia de la localización de una furgoneta Renault Kangoo en la misma localidad madrileña, pero la nota informativa se refiere a un Skoda Fabia, robado en Alicante, que permanecía estacionado junto a la citada Renault Kangoo pero que no había sido vinculada con el 11-M hasta semanas más tarde.

De la aparición de este vehículo y las pruebas subsiguientes, el CNI ha tenido conocimiento un mes después y a través de los medios de comunicación”, lamentan los servicios secretos en su informe. La publicación de las primeras informaciones relacionadas con el Skoda Fabia llegaron de la mano de El Mundo. “Esta situación de información insuficiente podría tener consecuencias negativas para la seguridad de la fuente 'C'”, incide el CNI, en referencia a un colaborador infiltrado. Y añade: “Por otra parte, la desconsideración del Ministerio del Interior hacia las investigaciones del Centro Nacional de Inteligencia va mas allá de un mero problema de coordinación. A mi juicio, esta situación es totalmente inaceptable y no debería continuar así”.

"Es preciso subrayar la necesidad de que el Ministerio del Interior considere la potencialidad del papel del CNI en la lucha contra el terrorismo islamista y que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado compartan con el Centro la información de interés común, lo que facilitará la coordinación y el trabajo mas eficaz del conjunto", detalla el documento. La cartera estuvo dirigida por Ángel Acebes hasta que el PSOE ganó las elecciones, tomando las riendas José Antonio Alonso.

El informe del CNI incide en otros aspectos que entonces sí que saltaron a la luz, como las advertencias en fechas anteriores a los atentados de que los terroristas podían ejecutar sus planes en España. Conclusiones a las que se llegaron tras hacer acopio de "numerosas actividades y varios informes" sobre el conflicto de Irak y la amenaza del terrorismo yihadista. También a partir de las detenciones de individuos en territorio nacional vinculados con el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate, gracias a información facilitada por el Centro a la Policía Nacional y a la Guardia Civil -así reza el documento-.

En el caso concreto del argelino Allekema Lamari, el CNI ya había informado al Ministerio del Interior cuatro meses antes de los atentados del 11-M de la amenaza que representaba para la Seguridad Nacional: "El Centro ha tratado, sin éxito, de localizarlo por sus propios medios, habiendo podido confirmar, sin embargo, algunas de sus actividades y presencia, principalmente en Madrid. Ante ello, se ha sugerido al Cuerpo Nacional de Policía su búsqueda policial [...], actuaciones que no se han realizado".

También se cita a un colaborador protegido, denominado bajo la sigla 'C', que en Valencia formaba parte del entorno de Lamari, y que después colaboró en la identificación de la célula terrorista de Lavapiés. En un momento dado se procedió a la detención de 'C' para "limpiar" cualquier tipo de sospecha de su entorno sobre su condición de colaborador, aunque fue puesto en libertad a los pocos días. El seguimiento de 'C' permitió dar nuevos pasos en la investigación, aunque la localización del vehículo Skoda fue un elemento que se les escapó a los servicios secretos. Un detalle relevante, debido al riesgo que asumía el colaborador.

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