El diplomático Jorge Dezcallar era el responsable de los servicios secretos cuando la mañana del 11 de marzo de 2004 España sufrió el peor atentado terrorista de su Historia. Quince años después, el polémico excomisario José Manuel Villarejo, acorralado por la Justicia y tras casi un año y medio en la cárcel afirma tener información que le hace pensar que la investigación de la matanza se cerró en falso, una versión a la que Dezcallar no da credibilidad.
Preguntado por ‘Vozpópuli’, el exdirector del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) afirma no poder ofrecer detalles concretos sobre la actividad de los espías en esa época, pero no duda en responder al último movimiento del excomisario: “No me merece ningún respeto nada de lo que dice”. Este periódico le preguntó en concreto acerca de una presunta colaboración entre el CNI y Villarejo en aquellas fechas. “Lo único que le puedo decir es que nunca en mi vida he tenido ningún contacto con el señor Villarejo. Ni cuando dirigía el CNI, ni antes, ni después”, zanja Dezcallar, quien se encuentra actualmente .
El presunto cabecilla de la ‘operación Tándem’ deslizó a través de su abogado que los encargos para el BBVA por los que está siendo investigado en la Audiencia Nacional tenían relación con un hecho “luctuoso” de España. Luego el letrado precisó que ese hecho era el 11-M y que su cliente le pide al Consejo de Ministros que levante el veto que existe sobre los secretos oficiales del Estado para poder explicarlo en la Audiencia Nacional.
‘El Español’ ha publicado lo que Villarejo avanzó en su declaración ante el juez del caso Manuel García Castellón. Según la versión del excomisario, la célula del 11-M pudo ser activada tras una llamada efectuada desde una cabina telefónica en Siria por una persona vinculada a los servicios secretos marroquíes. El polémico mando pide además que se desclasifiquen sus visitas al CNI para poder acreditar que tuvo contacto con los espías españoles, según añade el citado medio.
Dezcallar publicó en 2015 un libro titulado ‘Valió la pena’ (Península) en la que repasa su trayectoria, sin obviar el 11-M. En una entrevista concedida a ABC explicó su tesis sobre la autoría de la matanza. A su entender “no se produce por el apoyo a la intervención en Irak”, sino que “se empieza a preparar mucho antes, antes incluso de que se supiera que habría elecciones el 11 de marzo y de que España apoyara la intervención en Irak”.
Según dijo la intervención de España en Irak recondujo el atentado que venía de “la confluencia de varios elementos: viejos islamistas que habían sobrevivido a la Operación Dátil; otros escapados de la represión en Marruecos, tras el atentado de Casablanca y delincuentes locales con el trapicheo de drogas”.
“Todo eso, venía preparándose desde hacía tiempo, pero cuando Osama Bin Laden lanza la amenaza contra España en octubre, es cuando esta gente decide actuar y quizás desde fuera insinúan la fecha. Pero, en ese momento, no estaban fijadas las elecciones. Y por eso, en el primer comunicado de los terroristas no hablan de las elecciones, ni de la guerra de Irak. Lo hacen después y se apuntan a un carro”, dijo.
En esa misma entrevista se le preguntaba acerca de su opinión sobre quién había ordenado los atentados. "No los ordena nadie. No son como los atentados de Nueva York ni de Washington. No hay unas instrucciones jerárquicas enviadas desde una cueva. Lo que hay es un grupo de gente local, que creen que deben hacer algo (...) Pero no hay unas instrucciones, unos télex que vengan de fuera, con unas órdenes. Eso no se ha encontrado. Como tampoco hay financiación que venga de fuera. Todo surge dentro", afirmó.