A José Luis Manzano, un empresario vinculado a los escándalos de subvenciones en Andalucía durante la última etapa de Gobierno de Manuel Chaves, una sentencia del pasado 7 de junio le dibujó probablemente una amplia sonrisa en la cara. Manzano, ex consejero de Isofotón, fabricante líder de paneles fotovoltaicos, fue condenado el 24 de enero de 2011 por el Juzgado de lo Mercantil número 8 de Madrid a pagar la friolera de 168,5 millones de euros al Grupo Bergé, máximo accionista de Isofotón. Hace dos semanas, la Audiencia Provincial de Madrid revocó la indemnización millonaria, según el veredicto al que ha tenido acceso en Vozpópuli.
Se trata de la mayor multa personal jamás impuesta en España a un particular. A partir de los años ochenta, Manzano ostentó varios cargos en Isofotón hasta llegar a ser consejero delegado. La descomunal condena, que emanaba de una querella presentada por el Grupo Bergé en 2009, se amparó en la reparación de “daños y perjuicios”. Bergé, propiedad de cinco familias, la mayoritaria de las cuales es la familia Gorbeña, con el 25%, es un consorcio empresarial de primera línea cuyas áreas de negocio van desde la distribución de automóviles al sector portuario. En julio de 2008, una auditoría de Isofotón realizada por Deyà Capital, una sociedad de la familia March –que poseía entonces el 25% del capital de la compañía-, destapó un agujero contable, una revelación que, con el tiempo, se tornó decisiva. Los March habían pagado a Bergé 150 millones de euros por ese paquete accionarial. Por entonces, Manzano ya era consejero delegado.
Antes de la entrada de los March, Carlos Torres, un ex de Endesa, se había hecho cargo de la presidencia, cargo del que dimitió a los cuatro meses por “las graves irregularidades contables” detectadas, según el auto judicial. Pero Manzano siguió al frente y, de hecho, pudo negociar la entrada de la familia mallorquina -a través de Deyà Capital- en el accionariado de la fotovoltaica, una acción que le proporcionó una prima de cerca de 400.000 euros. A consecuencia de la citada auditoría que puso en evidencia las irregularidades, los March exigieron a Bergé el reembolso de los 150 millones de euros, lo que efectivamente produjo un grave quebranto a las familias propietarias. Para entonces, Manzano ya se había despedido de Isofotón con un finiquito de 1,5 millones de euros.
23 millones de subvenciones en dos años
A instancias de Bergé, Deloitte realizó a continuación una auditoría que reveló pérdidas no contabilizadas en Isofotón desde 2003. Una “doble contabilidad” en toda regla, según el auto de enero de 2011. Bergé finalmente se querelló contra Manzano, querella que hace año y medio dio lugar a la citada sentencia de los juzgados de lo Mercantil de Madrid condenando a Manzano a pagar la astronómica multa mencionada por “actuación desleal” que incluyó “todo este tipo de maniobras, doble contabilidad y demás artificios de ingeniería financiera”. La condena: los 150 millones de euros que Bergé fue obligado a devolver a los March, más intereses. El demandado responsabilizó a los Gorbeña, encargados de la gestión, de estar al tanto del fraude, pero su acusación no fue validada durante la vista oral.
Hasta el 7 de junio pasado. Según la Audiencia Provincial de Madrid, “no se comprende cómo el anterior presidente ejecutivo, Álvaro Ybarra Zubiría, cuya esposa es accionista de Bergé, pudo permanecer al margen de las irregularidades contables”. En otro párrafo, se dice que otros accionistas importantes “tenían que conocer la existencia de las irregularidades contables”. La Audiencia revocó la anterior sentencia de lo Mercantil, obligando a las familias propietarias a asumir los costes judiciales.
En otras palabras, todos culpables, pero nadie paga a nadie. Con José Luis Manzano al frente, Isofotón fue una de las más beneficiadas por las ayudas de la agencia andaluza Idea, recibiendo incentivos entre los años 2007 y 2009 por valor de 23,5 millones de euros. Estos días, gran parte de la plantilla de Isofotón se encuentra en huelga por los ajustes que están teniendo lugar en la fotovoltaica.