Después de dos grandes atascos (5 y 19 de octubre) en lo que va de curso, el Gobierno de Manuela Carmena parece haber dado con la receta para contrarrestar estas grandes aglomeraciones en los accesos a Madrid. La concejala de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés, avanzó este martes que el Ayuntamiento de Madrid ya ha incluido en los Presupuestos municipales de 2016, unas cuentas que todavía se encuentran en fase de elaboración, una partida que ronda los 160 millones de euros para construir a lo largo del mandato 50.000 plazas en ocho aparcamientos disuasorios, situados en las principales arterias de entrada a la ciudad y conectados al transporte colectivo (bus, metro y cercanías), del que tendrían que hacer uso los conductores para llegar a su destino final.
Esta idea de los aparcamientos disuasorios no es nueva. Ya fue introducida por el exalcalde popular Alberto Ruiz-Gallardón (2003-2011) en septiembre de 2006, cuando el Consistorio propuso 30 aparcamientos periféricos para evitar el colapso en el perímetro de Madrid. En colaboración con la Comunidad, el exregidor pronosticó la creación entre los años 2007 y 2011 de un total de 50.000 nuevas plazas, número idéntico al proyectado ahora por el Ejecutivo de Carmena. El equipo de Gallardón planteó que los aparcamientos estuviesen distribuidos por las carreteras de acceso más saturadas: las seis autovías nacionales, la A-42 (Toledo) y la carretera de Colmenar. La llegada de la crisis económica imposibilitó que esta idea se materializara en los términos iniciales. Madrid contaba en 2012 con 9.200 aparaciamientos disuasorios.
El Plan de Movilidad de Botella preveía crear 15.711 plazas en 34 estacionamientos
En diciembre del año pasado, coincidiendo con la recuperación del país, la opción de avanzar en esta fórmula fue recogida en el Plan de Movilidad Urbana Sostenible de la Ciudad de Madrid, aprobado por el Gobierno de Ana Botella (PP). En concreto, la memoria señalaba que "de acuerdo con el estudio realizado por el Consorcio Regional de Transportes de Madrid, en la ciudad de Madrid podrían localizarse 34 ámbitos físicos susceptibles de alojar un aparcamiento disuasorio que responden, sobre todo, a la oportunidad que representa la disponibilidad de suelo urbano para dichos nuevos equipamientos del sistema de transportes". No obstante, el informe hacía hincapié en la necesidad de realizar "un Plan donde se impliquen distintas Administraciones, para determinar definitivamente las ubicaciones, su dimensionamiento y el coste de inversión necesario, así como la gestión el tipo de explotación más adecuado".
Según este documento, aproximadamente 450.000 vehículos entran diariamente a la ciudad de Madrid, "de los cuales cerca de la mitad corresponden a residentes de fuera del municipio". De este modo, la Administración Botella consideraba que "derivar un 5% de esta demanda hacia aparcamientos de disuasión" era un objetivo "plenamente viable técnica y funcionalmente, ya que se disponen de espacios de aparcamientos perimetrales (actuales o previstos) vinculados a infraestructuras de transporte". Ese 5% suponía, por tanto, crear 15.711 plazas en 34 estacionamientos "disuasorios por corredor de transporte" repartidos por la A-1/M-607, A-2, A-3, A-4/A-42, A-5 y A-6.
El informe también recomendaba "establecer un marco tarifario único independientemente del operador que lo explote y definir los incentivos a los diferentes tipos de vehículos, horas del día, así como la inclusión de otros tipos de servicios (Bicicleta pública, car-sharing, etc)". Sabanés no adelantó ningún precio y se limitó a decir que serán "tarifas disuasorias", una expresión incorrecta dado que no se entiende que el coste de estos garajes suponga un incoveniente para su uso. Más bien al contrario, tales espacios no deberán tener precios elevados, sino populares, que sirvan para atraer conductores y desahogar las entradas a la capital.
16.000 plazas listas para mitad de mandato
El Ejecutivo de Ahora Madrid (Podemos, Ganemos, Equo y críticos de IU) tiene previsto construir 16.000 plazas en la fase inicial (que estarían listas para 2017), a razón de 2.000 por cada uno de los ocho estacionamientos anunciados. Sabanés ha manifestado que, en un principio, el Ayuntamiento ha destinado a los aparcamientos 160 millones, aunque entiende que la mejor fórmula pasa por "la colaboración entre administraciones". El Consistorio de Carmena ha comenzado así haciendo números por su cuenta, sin contar con el resto de agentes implicados.
En el grupo municipal del PP, según las fuentes consultadas por Vozpópuli, ven "pocos" los ocho estacionamientos y subrayan la necesidad de que tales emplazamientos se encuentren en puntos idóneos de conexión con otros medios de transporte que permitan llegar a la ciudad. El Ayuntamiento todavía no ha decidido la ubicación exacta de tales párkings, que se repartirán entre las seis autovías de acceso y las carreteras de Colmenar Viejo y Toledo. Lo que sí ha apuntado es que se pondrá de acuerdo para ello con el Consorcio Regional de Transportes y el Ministerio de Fomento.
Con la intención de deshacerse de las críticas recibidas, la concejala de Movilidad de Carmena incidió además en que "los atascos en Madrid tienen una relación entre las tres administraciones". Sabanés recalcó así que el Ministerio de Fomento gestiona la M-40 y los Bus VAO mientras que la Comunidad se hace cargo del Metro. Sobre ambas competencia, la edil pidió al Gobierno central que habilite más carriles de Vehículos con Alta Ocupación (VAO), como el conectado con el intercambiador de Moncloa, y arremetió asimismo contra el Ejecutivo autonómico de Cristina Cifuentes (PP) por las "malas frecuencias" del suburbano.