En 2011 el PP consiguió un poder municipal casi inexplorado en la historia del país. Raro era el ayuntamiento que no estaba en manos de los conservadores, igual grandes que pequeños o medianos y en casi todas partes, descontando algunos lugares donde nunca ha tenido un gran arraigo como puede ser Cataluña (e incluso allí consiguió notables resultados, como la alcaldía de Badalona).
Cuatro años más tarde la cuestión ha cambiado radicalmente. El PP ha tenido un batacazo electoral por el que, tras los pactos, ha menguado radicalmente el poder local que tenían previamente. Para los de Mariano Rajoy es grave perder poder, pero aún lo puede ser más si se mira la distribución del mismo. Los populares han decaído, sobre todo, en las grandes ciudades, por lo que los próximos cuatro años estarán lejos del mando en los principales núcleos poblacionales de España. De las veinte urbes más pobladas el PP solo mantiene el poder en tres.
Las marcas blancas de Podemos se han hecho con el poder en cuatro de las cinco ciudades más pobladas
En el lado contrario de esta realidad están las marcas blancas de Podemos. El partido de Pablo Iglesias declinó la opción de entrar en los comicios con el nombre de la formación, pero forma parte de colectivos importantes en los que se juntan con plataformas de movimientos sociales muy arraigados en las ciudades. La fórmula, exitosa, ha logrado tomar mucho poder en las localidades más pobladas del país.
Madrid y Barcelona
Las dos ciudades más grandes de España, las únicas que sobrepasan el millón de habitantes, han tenido un comportamiento electoral curiosamente parecido, pues en el pasado sus resultados solían ser dispares, especialmente por la falta de diversidad política de la capital.
En este caso tanto una como otra tendrán el mismo signo político, la izquierda vinculada a Podemos. En el caso de Madrid será Manuela Carmena (Ahora Madrid) la líder de la ciudad los próximos cuatro años. Se quedó en las elecciones con 20 concejales, a solo uno de Esperanza Aguirre, que encabezaba la lista más votada. A la juez le ha bastado el apoyo del PSOE para entrar en el ayuntamiento, que llevaba gobernado por el PP desde hace 26 años.
Ada Colau, activista, será la primera edil de Barcelona. Su formación, Barcelona en Comú, fue la más votada en el muy atomizado panorama electoral catalán. Suma a sus votos los de ERC y el PSC, así como uno de los tres de la CUP, logrando así un entente amplio de izquierdas.
Si bien el PP no ha tenido tradicionalmente un gran peso en Barcelona, a imagen y semejanza de lo que pasa en Cataluña, la pérdida de Madrid, núcleo urbano más grande del país, es un cambio radical a la situación anterior.
Valencia, Sevilla y Zaragoza
La tendencia de las dos ciudades más grandes se ha seguido también en los núcleos urbanos de más de 600.000 habitantes. En los tres casos la situación es similar, el partido más votado fue el PP, pero con una distancia insuficiente para poder formar gobierno. En todos los casos la izquierda ha encontrado la manera para llegar al poder.
En el caso de Valencia el regidor será Joan Ribó, del muy batallador partido Compromís, que ha quitado la alcaldía a Rita Barberá después de que esta gobernase en la ciudad del Turia los últimos 24 años. Para llegar a esa situación ha tenido que asociarse con los socialistas y Podemos.
Similar es el caso de Zaragoza, donde gobernará Pedro Santisteve, de Zaragoza en común, que fue la segunda lista más votada después del PP y cuenta con el apoyo del PSOE. En Sevilla la alcaldía estará en manos del socialista Juan Espadas, que han tenido el apoyo de IU y la marca de Podemos en la ciudad para desalojar a Zoido de la alcaldía. Es la ciudad más grande de España con regidor socialista, pues tampoco el partido de Pedro Sánchez puede presumir de un gran poder municipal a pesar de que los pactos les han beneficiado en buena medida.
Más de 300.000 habitantes
La mayor representación de poder local en España por parte del PP será en la segunda ciudad de Andalucía, Málaga. En la capital de la Costa del Sol los populares han conseguido mantener la alcaldía y conseguir así su mayor feudo local en todo el país. No lo han hecho solos, para que Francisco de la Torre haya mantenido su puesto ha necesitado pactar. Para su fortuna, en su caso Ciudadanos sí tenía los concejales necesarios para auparle a la casa consistorial.
Murcia, que estuvo en el alero hasta el último momento, también mantendrá el color azul popular en su consistorio. Como ocurre en Málaga, para lograrlo ha necesitado del apoyo de Ciudadanos, que hasta el último momento no dio el paso. La formación de Rivera exigía la salida de Miguel Ángel Cámara de la secretaría general del PP en la región, algo que finalmente no se ha producido pero no ha obstaculizado que C's se abstenga para dar a José Ballesta el gobierno murciano.
Solo Málaga, Murcia y Granada seguirán del lado del partido que gobierna en España
El resto de ciudades de este tamaño estarán lejos de las manos del PP. Palma de Mallorca vuelve a ser socialista, como también lo será Las Palmas de Gran Canaria. Bilbao, como es costumbre, será territorio del PNV gracias al pacto con el PSOE, que en el País Vasco ha llegado a un acuerdo conjunto con la formación nacionalista para que gobierne siempre la lista más votada de las dos, una coalición que ha conseguido el poder en 37 ayuntamientos por toda la región. Buena parte de los municipios que conforman el área metropolitana de Bilbao también han caído del lado nacionalista.
Alicante, después de años de sospechas de corrupción de la mano de Sonia Castedo, ha decidido darle al PSOE, en coalición con Podemos y Compromís, las llaves de la ciudad de la Costa Blanca. Ciudadanos, que logró un meritorio resultado con seis concejales, se quedará en la oposición junto al PP, que a pesar de todo siguió siendo la fuerza más votada.
Tanto en Córdoba como en Valladolid, las otras dos ciudades españolas que tienen más de 300.000 habitantes, se replica el mismo modelo: pacto de izquierda para desalojar al PP, la lista más votada. La ciudad Castellana llevaba años con León de la Riva como primer edil, pero en esta ocasión cambiará de signo tras los pactos. Óscar Puente, que hasta el momento lideraba la oposición, relevará a De la Riva. Córdoba, que tradicionalmente es gobernada por la izquierda pero recientemente había tenido ayuntamientos populares, también tendrá a la candidata del PSOE, Isabel Ambrosio, como alcaldesa.
Otros grandes núcleos urbanos
Vigo, Gijón, Hospitalet, La Coruña, Vitoria, Granada y Elche completan la lista de las 20 ciudades más habitadas de España y de todas ellas solo la ciudad Nazarí tendrá el color azul del PP, será de nuevo sin mayoría absoluta y, como en Málaga, gracias al apoyo de Ciudadanos.
En este grupo de ciudades destaca el caso de Gijón, que será gobernado por el Foro Asturias, el partido de Álvarez Cascos. Podría no haber sido así, pues la izquierda ha tenido opciones aritméticas para entrar a gobernar en la ciudad costera, pero finalmente la marca de Podemos no quiso apoyar al candidato socialista, que era el más votado entre los progresistas. Esta decisión podría haber tenido un efecto dominó, después de que los socialistas en Oviedo decidieran no apoyar al candidato de Podemos al considerar una deslealtad lo ocurrido en Gijón, pero finalmente Somos e IU han apoyado a Wenceslao López, que se ha convertido en el nuevo regidor del ayuntamiento asturiano.
También es rocambolesco lo ocurrido en Vitoria, ciudad en la que Javier Maroto, heterodoxo alcalde popular, tenía una amplia mayoría de votos, pero no suficiente para gobernar. El PNV no consiguió que el pacto al que había llegado con el PSOE se respetase, pero aun en ausencia de los socialista consiguieron echar a Maroto. EH Bildu, Irabazi y la lista blanca de Podemos dieron su apoyo a Gorka Urtaran. Desde la ejecutiva del PNV aseguran que ellos no han llegado a pacto alguno con los independentistas y que el apoyo a su candidato es solo decisión suya, pero el caso es que gobiernan gracias a ellos.. La votación ha estado envuelta en un crispado ambiente entre detractores y defensores del exalcalde de la localidad tanto que, cuando Maroto bajó a saludar a los que le aclamaban, fue recibido por abucheos y gritos de 'fascista' y 'racista' por otro grupo de ciudadanos.
Vigo también tiene un panorama inusual, pues a diferencia de casi toda de España en la ciudad portuaria han concedido una mayoría absolutísima. Los 17 concejales del PSOE, que ya gobernaba la ciudad, hacen palidecer los diez de la oposición. Abel Caballero es quien ha conseguido tan extraordinario resultado.
Vigo fue una de las muy pocas ciudades en las que se consiguió una mayoría absoluta, en este caso del PSOE
Eso supone también que Vigo es la ciudad gallega que menos caso ha hecho a las mareas, ese nuevo fenómeno similar (aunque no coincidente en plenitud) con Podemos que se ha hecho con las alcaldías de La Coruña y Santiago de Compostela y que a buen seguro será un importante actor en la política regional los próximos meses. Probablemente también en la nacional, pues las disensiones en Podemos que reclaman ampliar las bases se refieren en buena medida a movimientos como el surgido en Galicia. Por su parte Hospitalet y Elche se regirán por pactos de izquierda, en ambos casos con la alcaldía bajo el signo del PSOE.
La derrota del PP
Aunque los populares anunciaron justo después de los comicios que habían ganado, alegando que son la lista más votada en el país, la política del pacto de las fuerzas de izquierdas ha terminado conformando un mapa muy en contra de los intereses del partido del gobierno.
El PP mantiene su poderío en muchas alcaldías de menor tamaño, en pueblos y pequeñas ciudades, pero se ha alejado del mando en las principales ciudades del país, que han dado su confianza a las fuerzas de izquierda que, en esta ocasión, sí han conseguido llegar a amplios acuerdos de gobernabilidad.
El contraste con Podemos es muy fuerte. Cuatro de las cinco ciudades con más habitantes de España han encontrado en las formaciones vinculadas a Podemos (llámese Ahora Madrid, Barcelona en Comú, Compromís o Zaragoza sí puede) la solución para llegar a la alcaldía, no en pocos casos en detrimento del PP, que en 2011 consiguió una cuota histórica de poder municipal. Ahora es todo lo contrario, solo tres ciudades de las veinte más pobladas del país han otorgado su confianza al partido de Mariano Rajoy. Un cambio de paradigma.