España

Los bancos de alimentos, en crisis: las donaciones bajan un 12,5% mientras la demanda no para de subir

En el primer trimestre de 2023, casi 1.250.000 personas se beneficiaron de sus ayudas, misma cantidad que en todo 2022

Cada vez son más las personas que se ven obligadas a recurrir a la ayuda humanitaria para poder comer. La demanda en los bancos de alimentos no para de crecer, habiendo prestado servicio durante el primer trimestre de este año a aproximadamente 1.250.000 personas, la misma cifra que se alcanzó durante todo el transcurso del pasado año 2022.

FESBAL (Federación Española de Bancos de Alimentos) registra una caída en la recogida de comida del 12,5%. Desde la organización apuntan a un motivo claro: el aumento de los precios que se ha vivido durante los últimos meses y que hace que la renta de las familias se vea reducida, lo que ha llevado a una reducción tanto de las donaciones económicas como de suministros.

Otro factor que ha llevado a los ciudadanos a limitar su voluntad caritativa es la obligatoriedad del pago del IVA por parte de los donantes de alimentos. Tras un intento de enmienda a ley de desperdicio alimentario propuesta por CS, que finalmente fue vetada por el gobierno de Pedro Sánchez, llegó una propuesta del Partido Popular que sí fue aprobada. Pero esta enmienda tampoco consiguió ver la luz, ya que el proyecto de ley se vio paralizado por el adelanto electoral del 23-J y la consecuente disolución de Las Cortes.

Desde la Asociación Nacional de Alimentos Solidarios (ANDAS) lamentan la paralización de la ya mencionada ley de desperdicios y que no se haya conseguido eliminar el IVA de los productos donados y de las compras realizadas por los propios bancos de alimentos con las ayudas en metálico. "La paralización llega tan solo dos días antes de que se consiguiese aprobar en el Senado, lo que es una pena tremenda", aseguran desde la asociación. Reflejan además que, anualmente, estas organizaciones pagan alrededor de 3,5 millones en concepto de IVA al comprar comida con ese dinero en metálico que reciben.

Esto lleva a los bancos de alimentos y, por ende, también a los comedores sociales que tienen su propia recogida de productos, a encontrarse con dificultades a la hora de satisfacer la demanda de los más desfavorecidos. En ocasiones, muchos de ellos se ven obligados a pedir ayuda a otras asociaciones o empresas para conseguir abarcar todas las necesidades de sus usuarios.

La Hermandad del Santo Refugio es uno de estos comedores sociales que, en tan solo un mes, ha visto un aumento de más de un millar en el número de bolsas que reparten como parte de sus servicios, que supone un crecimiento del 25%. Dentro de su propia recogida de alimentos, echan en falta algunos productos básicos como puede ser la leche o el aceite, algunos de los productos que más han sufrido la inflación. También remarcan la ausencia de frutas o legumbres.

La cantidad de donaciones solo aumenta en ocasiones excepcionales como los días cercanos a la Navidad o cuando se realiza una campaña especial que pueda llamar la atención de la gente, como la conocida Operación Kilo que tuvo lugar la semana pasada. Aunque los datos todavía no están disponibles, se espera su publicación en un par de semanas con unos resultados esperanzadores.

Las 'colas del hambre' ya dan la vuelta a la esquina en muchos de los comedores sociales del país y el perfil de las personas que acuden a este tipo de servicios es cada vez más amplio, percibiéndose un aumento de los ciudadanos con trabajo que, aun así, necesitan recurrir a esta ayuda humanitaria. Y, por su parte, los donantes, a los que ya les cuesta llenar su propia cesta de la compra, no se ven con la capacidad de ayudar a las personas en situaciones de vulnerabilidad.

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