4 de mayo de 2015. Ángel Cano deja el cargo de consejero delegado de BBVA. Se va del banco tras seis años en la directiva y se lleva con él un bono millonario que no podrá empezar a cobrar hasta 2016. El primer depósito sera por 26 millones de euros, la mitad de la cifra total. Durante los tres años siguientes continuará percibiendo giros de la entidad hasta alcanzar los 45,2 millones. El último pago se efectuará en 2019, si no se produce ninguno de los supuestos establecidos por el Consejo de Administración que pudieran reducir o impedir su entrega (las llamadas clausulas malus).
Esta semana, el ex número dos de Francisco González ha sido imputado por su presunta participación en la contratación de servicios de espionaje al comisario jubilado José Manuel Villarejo. El titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional ha citado a Cano a declarar en calidad de investigado para esclarecer los negocios del BBVA con el ex alto mando de la Policía Nacional. La decisión judicial apunta a la imputación del propio González y de la entidad que dirigía y podría poner en peligro el bono millonario que cobra desde que salió del banco.
A Cano se le acusa de un delito de cohecho y otro de revelación de secretos. Según adelantó Europa Press, la póliza jurídica de la entidad se hace cargo de su defensa. Y aunque estaba previsto que compareciera este jueves, el magistrado ha aplazado su citación para el próximo 11 de julio tras haber recibido la notificación de que el exdirectivo estaba en el extranjero.
Pagos en diferido
El informe anual de gobierno corporativo que BBVA presentó a la CNMV sobre el ejercicio de 2015 refleja la provisión registrada a la fecha del cese para atender a los compromisos asumidos con Cano. El banco y el ex consejero delegado acordaron un bono de 45,2 millones de euros.
De dicha cifra, detalló la cotizada, "26 millones ya estaban dotados con cargo a resultados de ejercicios anteriores, habiéndose dotado en ese momento la cantidad adicional de 19.2 millones". Y según explicó la entidad al ente regulador, al cierre de 2015 no se había devengado la cifra total.
"De acuerdo con la política de remuneraciones de los consejeros de BBVA que les aplica, descrita en el Informe Anual sobre Remuneraciones de los consejeros de BBVA, sólo percibirán un 50% de la misma en 2016; quedando el resto diferido en su totalidad por un periodo de tres años, y su devengo y pago se someterá al cumplimiento de los indicadores de evaluación plurianual", señaló el banco.
Vozpópuli se ha puesto en contacto con BBVA para conocer si el último pago del bono, el correspondiente a 2019, ya había sido depositado al exdirectivo. Hasta el momento, este diario no ha recibido respuesta.
La letra pequeña
En aquel informe presentado en 2015 la entidad financiera subrayó, sin embargo, que la retribución variable anual diferida de Cano quedaba sujeta a que no se produjera ninguno de los supuestos establecidos en las ya mencionadas cláusulas malus.
Con la cláusula clawback se puede reclamar el 100% del variable asignado a un ex consejero delegado, incluido el que ya se abonó
La letra pequeña otorga al banco la posibilidad de reclamar el bonus a un directivo que haya cometido irregularidades o haya gestionado de forma imprudente. Según la normativa de la entidad, con la cláusula clawback se puede reclamar el 100% del variable asignado a un ex consejero delegado, incluido el que ya se abonó.
En este caso no está claro qué podría suceder porque aunque se cumplieran estos supuestos, las presuntas irregularidades habrían tenido lugar en 2004 (aunque se extendieron hasta 2017), fecha en que se habría firmado el primer contrato de la entidad con el comisario jubilado. En aquel entonces, no había regulación sobre las cláusulas antes mencionadas. Además, tendría que demostrarse la participación directa de Cano o haber una sentencia firme.
De perder el bono, Cano aún mantendría su pensión de prejubilación. De conformidad con las condiciones contractuales acordadas en su día, si el ex consejero delegado perdía su cargo por causas ajenas a su voluntad, jubilación invalidez o incumplimiento grave de funciones "se jubilaría anticipadamente con una pensión que podría recibir en forma vitalicia o de capital del 75% de la base pensionable". En su caso, la suma asciende a los 1,7 millones brutos al año que, según la entidad, es abonada en 12 pagas anuales.
Durante el último año que Cano estuvo al frente de BBVA, en 2015, el exdirectivo percibió un sueldo de 597.000 euros. Entre retribuciones variables y otros conceptos cobró 955.000 euros, según informó el banco a la CNMV. Un año antes había recibido hasta 2,8 millones de euros.