La líder de Podemos, Ione Belarra, ha defendido que la apuesta por la diplomacia ante la guerra de Ucrania es el nuevo 'No a la guerra', ha llamado a la ciudadanía a una movilización masiva y secundar concentraciones por la paz y ha exigido "abandonar hipocresías", como "esconderse" tras "proclamas" de apoyo al pueblo ucraniano para desplegar compromisos de aumento del gasto militar.
También ha denunciado la "hipocresía" de aquellos que "abrazaron" al presidente ruso, Vladimir Putin, durante años a pesar de su "autoritarismo" y sus "conocidos y fuertes vínculos" con la "extrema derecha europea". Así lo ha trasladado durante su intervención de la conferencia europea por la paz, que ha organizado su formación y que cuenta con el apoyo de fuerzas del espacio confederal como IU, Alianza Verde y 'los comunes, formaciones como ERC, Bildu y BNG, y partidos de izquierda comunitarias.
Un evento que ha contado con las intervenciones del exlíder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn; la coordinadora nacional del Bloco portugués, Catarina Martins; el exminitro griego Georgios Katrougalos (Syriza), el senador irlandés Paul Gavan (Sinn Fein), el exalcalde de Nápoles Luigi De Magistris (DEMA), el eurodiputado belga Marc Botenga (PTB), Oliver Schröder (Die Linke), el diputado italiano Nicola Fratoianni, presidente honorario del HDP turco Ertugrul Kürkçü y coordinador general de la Internacional Progresista, David Adler.
La conferencia, que tiene lugar un día después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, haya anunciado el envío de más armamento a Ucrania, se enlaza en el movimiento europeo con otras fuerzas progresistas que promueve para exigir una solución diplomática al conflicto. Además, gran parte de la cúpula del partido morado ha acudido al evento, como es el caso de la titular de Igualdad, Irene Montero.
Intereses tras la guerra
Para Belarra, ha tildado de hipócrita a quienes amparándose en mensajes de apoyo a los ciudadanos de Ucrania, en realidad están defendiendo "fuertes intereses económicos inconfesables", como a su juicio revela que grandes empresas de armamento se hayan revalorizado casi un 15% desde que comenzó la invasión, o los compromisos de aumento del gasto militar de Estados o el aumento de la venta de gas licuado norteamericano a toda Europa.
Frente a ello, la también ministra de Derechos Sociales se ha dejado "la piel" por construir un movimiento europeo por la paz que condena la invasión "ilegítima e ilegal" rusa y su solidaridad con los ucranianos, que están "pagando con sus vidas y sufrimiento" las consecuencias de una guerra que "nunca afectarán del mismo modo a los poderosos que las ordenan".
Parar la escalada bélica
De esta forma, ha afirmado que apostar por la diplomacia es "exportar la paz" ante las voces, de una parte importante del espectro político, que sostiene que la guerra "se para con más guerra", lo que entraña aumento de la "escalada bélica" y también "más gasto militar". Por tanto, Belarra ha subrayado que es "obligación democrática" exigir diálogo y diplomacia, pues es el "camino para la paz" y que son "cada vez más" quienes lo defienden, como muestran las organizaciones progresistas presentes, pero también movimientos y colectivos sociales.
Una reivindicación que, tal y como ha relatado, está pregonando el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, y el propio Papa Francisco, cuya voz "casualmente" no consigue alzarse esta vez pero cuyo intento de mediación, para Belarra, debe tenerse en cuenta. Por tanto, ha manifestado que su deber es "desplegar" todo su poder, que es "mucho", tanto en el apartado gubernamental, institucional y social para exigir la implicación "real" de Naciones Unidas y la comunidad internacional para apoyar las negociaciones entre Rusia y Ucrania. Y es que ha destacado que todos los esfuerzos "son pocos" para conseguir un "alto al fuego inmediato" para "pararle los pies a Putin".
Al respecto, Belarra ha enfatizado que decir "no a la guerra es instar a todos los actores políticos a "bajar el tono", dejar los mensajes bélicos y utilizar el "lenguaje de la paz", que pasa necesariamente por una política de asilo "digna" y eliminar la deuda internacional de Ucrania con vistas a la reconstrucción futura del país.
Movilización social masiva
Sin embargo, Belarra tiene claro que sin una movilización social masiva es más difícil acabar con la guerra, por lo que ha pedido firmar manifiestos, ir a las concentraciones y "llenar" las redes y los balcones con símbolos de paz. Como ha hecho en otras ocasiones, ha incidido en que ahora se necesitan "más profesores y diplomáticos, no más armas ni más tanques". Finalmente, ha reprochado a quienes les "criminalizan" por sus posiciones y "ridiculizan" los acuerdos de paz, deben cuestionarse en qué lado de la historia "quieren estar".