El Bloque Nacionalista Galego (BNG) ha conseguido los mejores resultados de su historia. Los nacionalistas han triplicado los resultados de 2016 y han pasado de los 6 a los 19 escaños.
Ana Pontón, la cabeza de lista del BNG, consiguió unos discretos resultados en 2016 con solo 6 escaños. Y ahora se ha aprovechado de la debacle de Podemos y sus mareas, consiguiendo prácticamente todos los escaños que obtuvieron estas formaciones hace cuatro años. En aquellos comicios, En Marea, las marca que agrupaba a Podemos y las mareas fue la segunda fuerza política con 14 escaños, y más de 270.000 votos. Ahora el BNG ha sumado 13 más, por lo que el trasvase de votos desde la marea parece claro.
El Bloque vuelve a los datos de finales de los 90 y principios de los 2000, cuando la coalición nacionalista liderada por Xosé Manuel Beirás se acercó a los veinte escaños: 18 escaños, en 1997; 17 en 2001.
Pontón, del suelo al cielo
Ana Pontón (Sarria, 1977) era la única candidata que repetía con respecto a las pasadas elecciones a excepción del presidente de la Xunta y candidato del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo, y tras haber sido la gran responsable de salvar al Bloque hace cuatro años, su figura ha sido fundamental para este resurgir del nacionalismo gallego.
Militante del BNG de toda la vida -empezó su andadura en Galiza Nova con 16 años-, Pontón asumió el liderazgo de la formación nacionalista en sus horas más bajas, cuando la Alternativa Galega de Esquerda (AGE) de su histórico dirigente Xosé Manuel Beiras primero y En Marea después le arrebataron su tradicional espacio dentro de la izquierda.
Esta estudiante de Ciencias Políticas e integrante de la Unión do Povo Galego (UPG) -fuerza mayoritaria dentro de la formación nacionalista- tomó el testigo de Xavier Vence, quien tuvo que pilotar la travesía en el desierto del BNG y las tensiones internas tras la etapa de Anxo Quintana y el Gobierno bipartito.
Así, en febrero de 2016, Pontón fue elegida portavoz nacional del BNG y, siete meses después, ya como candidata, logró “derrotar a las encuestas”, como celebró en la noche electoral, al obtener seis escaños tras un acelerón en el final -particularmente de la campaña electoral, que había arrancado con la posibilidad que no se obtuviese un grupo parlamentario propio.
Pontón afrontaba las elecciones previstas para el 5 de abril tras haber sido madre en enero, escasos días después de haber sido proclamada candidata de nuevo; la pandemia, sin embargo, cambió por completo el calendario y obligó a reformular la campaña. En esta ocasión, su estrategia pasó por instar a una “movilización masiva” para lograr un cambio, impidiendo la cuarta mayoría absoluta de Núñez Feijóo.
Por si este reto fuera poco y tras haber rescatado al BNG en sus horas más bajas, apelaba a “hacer historia” situando a una “mujer nacionalista y feminista” al frente de la Xunta por primera vez, una meta que, por ahora, tendrá que esperar.