Ni policías ni vigilantes de seguridad. El almacén de droga de Cádiz asaltado el pasado fin de semana contaba como únicas medidas de seguridad con una puerta blindada y una cámara de videovigilancia. Los autores del robo se llevaron cerca de 290 kilos de estupefaciente, según las primeras estimaciones de la Delegación del Gobierno de Andalucía, procedentes en su mayor parte del alijo de 3 toneladas de cocaína interceptado el pasado mes de agosto a bordo del buque 'SV Nikolay' a 50 millas de la costa andaluza. Para conseguir el botín, los delincuentes tan sólo tuvieron que hacer un butrón en el muro del almacén, al que accedieron desde el patio de un edificio colindante, según las primeras investigaciones.
Hace meses se sustituyó la puerta del almacén por una blindada, pero no se reforzaron los muros
El robo de la droga --el cuarto que se produce en pocos meses en instalaciones oficiales-- se descubrió a primera hora de la tarde del pasado domingo. El búnker, levantado en el sótano de un garaje del barrio gaditano de Bahía Blanca utilizado para guardar vehículos oficiales de la Junta de Andalucía, la subdelegación del Gobierno en Cádiz y la propia Policía, presentaba un agujero en una de sus paredes a través del cuál los ladrones consiguieron extraer numerosos paquetes de droga, en su mayoría cocaína, que se custodiaban allí a la espera de que los jueces ordenaran su destrucción.
La principal hipótesis policial es que el robo se produjo la noche del sábado al domingo, y que para acceder al recinto se colaron en un edificio colindante, desde cuyo patio interior se tiene acceso al garaje simplemente con saltar una valla de menos de dos metros y forzar una ventana. Dentro no había personal de seguridad. Simplemente una cámara de videovigilancia situada en el aparcamiento cerca de la entrada del almacén y que se activa al detectar movimiento. Fuentes policiales aseguraron ayer a este diario que ésta, que está conectada con una comisaría de Policía situada a escasos cien metros, no grabó el asalto porque llevaba varios días fuera de servicio por problemas técnicos.
En busca de imágenes de los ladrones
Los investigadores, desplazados desde Madrid, revisan ahora las grabaciones de los locales situados en las cercanías del almacén para intentar localizar imágenes de los asaltantes tanto del día del asalto como de las jornadas previas en las que los responsables de las pesquisas están convencidos que los ladrones realizaron las vigilancias que les permitió recoger la información para perpetrar el robo.
Las investigaciones apuntan a una banda especializada en asaltar depósitos judiciales de estupefacientes
Las hipótesis apuntan a un grupo organizado especializado, precisamente, en el asalto a depósitos de droga, y que pudiera estar relacionado con hechos similares acaecidos en los últimos meses en un almacén de Málaga y en el Instituto Nacional de Toxicología de Sevilla. Un cuarto hecho similar, ocurrido en la propia Jefatura Superior de Policía de esta última ciudad, se saldó con la detención de cuatro personas, entre ellas un agente de la propia dependencia, aunque nunca se recuperaron los 154 kilos de droga sustraídos.
Los problemas de seguridad del almacén de Cádiz no eran desconocidos para las autoridades. De hecho, representantes del Sindicato Unificado de Policía (SUP, el mayoritario entre los agentes), ya denunciaron a finales de 2011, después de que se conociera el robo de droga en Málaga, la existencia de graves carencias en este sentido. "Tuvimos una reunión con la entonces comisaría provincial de Cádiz, quien nos anunció que se iban a reforzar la seguridad del lugar", recordaba ayer a Vozpópuli Francisco Camacho, representante de esta organización.
Estas obras, sin embargo, se limitaron a instalar una puerta blindada en el almacén, pero los muros no se reforzaron. "Durante los trabajos se incorporó un vigilante privado, pero al terminar éstos, se prescindió de él", destaca Camacho. Al parecer, los responsables últimos del almacén, el Ministerio de Sanidad, consideró entonces suficiente seguridad la nueva puerta y que la cámara volumétrica estuviera conectada al cercano centro policial. El representante sindical también denunció que tampoco se cumplían otros protocolos mínimos de seguridad, como que los responsables de Sanidad que acudían al depósito comunicaran con antelación que lo iban a hacer y si era para sacar o introducir nuevos alijos. "La mayoría de las veces la comisaría no sabía nada de esas idas y venidas", recalca.
Puerta de entrada de toneladas de droga
La existencia de grandes cantidades de droga en el almacén de Cádiz no es extraño. De hecho, la provincia andaluza es, según los datos de la última memoria de la Fiscalía General del Estado, el lugar de España en elque más droga se incuata. En 2011 se interceptaron en ella 2.128 kilos de cocaína y 119.833 kilos de hachís. Cifras que, a la vista de lo ya se ha incautado este año, iban a ser ampliamente superados. De hechos, el buque del que procedía supuestamente el estupefaciente ahora sustraído llevaba en su bodegas cerca de 3 toneladas de cocaína, más que todo lo incautado de este sustancia durante el años pasado.
Ayer, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, anunció que se estaba ultimando la aprobación de un acuerdo con Justicia y la Fiscalía General del Estado para establecer un protocolo sobre la destrucción del estupefaciente requisado en operaciones policiales, informa Europa Press. "La droga no puede estar almacenada en toneladas", dijo en clara referencia al depósito de Cádiz.