España

De Málaga a Madrid: el calvario de una prostituta secuestrada por un cliente

Zaida (nombre ficticio) abandonó Marruecos junto a su familia cuando solo tenía 3 años para asentarse en Málaga. Tras una juventud problemática decidió ejercer la prostitución de forma voluntaria en

  • Imagen en detalle de los tacones de una prostituta -

Zaida (nombre ficticio) abandonó Marruecos junto a su familia cuando solo tenía 3 años para asentarse en Málaga. Tras una juventud problemática decidió ejercer la prostitución de forma voluntaria en una web de contactos.

De esa forma, a finales de diciembre del año pasado contactó con ella un cliente, un hombre español de 45 años, que la pagó por mantener relaciones sexuales. El final fue totalmente inesperado ya que le impidió salir de su casa. Con el paso de los días, se convirtió en su 'chulo' dejándola retenida en la vivienda donde la forzaba a prostituirse con otros hombres y se quedaba con el dinero de los servicios.También la obligaba a consumir cocaína para que continuara mantenido relaciones sexuales. Algunos de estos encuentros incluso eran grabados por su captor.

Tras casi un mes de cautiverio, esta joven, que tiene 25 años, consiguió escapar con ayuda de unos conocidos y se dirigió a Madrid para evitar ser de nuevo localizada por el hombre que la retuvo. Después de tres días vagando por la capital, el pasado 28 de enero, fue localizada desorientada en la calle Santuario, en el distrito de Usera, por una patrulla del Grupo de Atención al Ciudadano (GAC) de la Policía Nacional, según han informado a Vozpópuli fuentes de la investigación.

A estos agentes les relató el calvario que había sufrido por lo que se inició una investigación que acabó con la detención de este individuo en Málaga el pasado jueves 3 de febrero. Este hombre ya tenía dos antecedentes por malos tratos y quebrantamiento de condena, según estas mismas fuentes. Tras pasar a disposición judicial quedó en libertad con medidas cautelares sobre la víctima. Se le acusa de los delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, detención ilegal y agresión sexual.

Ahora los investigadores analizan el contenido de su teléfono móvil para recabar más pruebas sobre las 'citas' que concertaba e identificar a posibles clientes.

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