La mujer en cuyas manos ha puesto Mariano Rajoy la investigación interna de las cuentas del PP, incluidos los supuestos y millonarios sobresueldos que Luis Bárcenas iba repartiendo poco menos que por los pasillos de Génova, ha pasado, muy a su pesar, de casi el anonimato a convertirse en la persona donde se posan todos los ojos. Discreta y reservada, a decir de la gente que la conoce, está licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales, pertenece al Cuerpo Superior de Intervención y Contabilidad de la Seguridad Social y ha venido ocupando distintos puestos técnicos durante los gobiernos populares. Pero sobre todo, es la persona que mayor poder interno ha acumulado sobre las cuentas populares, dado que a las funciones de tesorería suma las de gerencia, cuando tradicionalmente ambas responsabilidades han estado repartidas.
Rajoy le ha dado "carta blanca" para que investigue todo lo que considere necesario "y llegue hasta el final", tal y como confesó ayer a los periodistas que le acompañan en su viaje a Perú. Hasta que ella culmine sus trabajos "de este asunto yo ya no me preocupo. Esperaré a lo que la gerente diga", anunció, por ello no aludirá más a este asunto.
Carmen Navarro, de 59 años, aterrizó en Génova 13 en 2010 de la mano del actual presidente del Consejo de Estado, José Manuel Romay Beccaría tras la salida de Luis Bárcenas, imputado por el "caso Gürtel" y al que el propio Mariano Rajoy, contra el criterio de María Dolores de Cospedal, mantuvo durante meses en su puesto mientras le acorralaban las sombras de sospecha respecto de sus relaciones con Francisco Correa y compañía. La sustitución de Bárcenas no dejaba de plantear serias dificultades. Contra la que venía siendo una práctica casi sucesoria por la cual el gerente sustituía al tesorero, esta vez Cristóbal Paéz, gerente con Bárcenas, quedó fuera de juego. Y es que Rajoy optó por situar en la tesorería a alguien de su estricta confianza y echó mano de uno de sus "padres" políticos, José Manuel Romay Beccaría.
Era la primera vez que un reconocido político, que, entre otras cosas, fue ministro de Sanidad en el primer gobierno de Aznar, asumía una responsabilidad que se suponía técnica. Él se llevó consigo a Navarro con el apoyo de Cospedal, dado que ambas coincidieron en la Comunidad de Madrid, la primera como directora general de Gestión económica y compras del Servicio Madrileño de Salud de la CAM y la segunda como consejera de Transportes e Infraestructuras.
Siempre en la esfera del poder popular pero prácticamente desconocida, tiene "carta blanca" de Rajoy
Además, Navarro también fue directora general de Presupuestos e Inversiones del extinto Instituto nacional de la Salud (INSALUD), asesora en el Ministerio de Economía y Hacienda en 1997 e, incluso, secretaria general de RTVE en 2003. De perfil enimentemente técnico, a lo largo de su carrera profesional ha trabajado con Romay, con Rodrigo Rato, con Alberto Núñez Feijóo (en el Insalud) o en la Comunidad de Madrid con Juan José Güemes y con Javier Fernández-Lasquetty. Más tarde, en mayo del año pasado, cuando el jefe del Ejecutivo decide nombrar a Romay presidente del Consejo de Estado -asiento que ya ocupó durante los gobiernos de Aznar- Navarro se queda con todo el poder del área financiera del PP.
Pero ahora es, sobre todo "la fiscal jefe" de la investigación interna que Rajoy anunció el pasado lunes. Es la que tiene que dar credibilidad al lavado de cara de los populares, tomar "declaración" a sus compañeros y someter las conclusiones de su informe a una auditoria externa, todo ello sin llamar la atención o, al menos intentándolo. Porque ella sabe que salvo Romay, el nombre del resto de los tesoreros del PP han saltado a las páginas de información política asociados a distintos escándalos: Ángel Sanchís, Rosendo Naseiro, Álvaro Lapuerta y, por último Luis Bárcenas. A todos ellos alcanza la acusación de que repartían sobres con sobresueldos en "dinero b", según publicó El Mundo. Casi nada.