Con alabanzas a Feijóo y reproches sin un destinatario claro por lo ocurrido durante la última semana. Así ha sido el discurso de Pablo Casado ante la Junta Directiva Nacional del PP que supone el pistoletazo de salida al congreso extraordinario del 1 y el 2 de abril. El todavía líder nacional del partido ha reivindicado su gestión al frente de la formación en estos casi cuatro años y ha ofrecido al presidente de la Xunta "toda mi lealtad y amistad".
Casado solo ha citado al dirigente gallego en su discurso de despedida, avalando su más que posible candidatura a la presidencia del PP. Para su sucesor, ha deseado "toda la suerte", y "todo el éxito para concitar toda la lealtad y el respaldo". Añadió, además, que "el mío lo tendrá el primero, desde la discreción".
Cuatro años "sin tranquilidad"
Pablo Casado comenzó su discurso, que finalmente se emitió en abierto, haciendo balance de su etapa al frente del PP. Destacó, en este sentido, que fue elegido en "las primeras primarias del partido", y la situación que se encontró al llegar a la planta séptima de Génova, con un "centro-derecha fracturado".
A continuación, destacó que apenas cinco meses después de llegar a la presidencia del partido se produjo el adelanto electoral en Andalucía, que permitió al PP acceder al gobierno de la Junta por primera vez en su historia, y ya en 2019 la doble convocatoria de elecciones generales, en las que "evitamos el sorpasso" de Vox en las primeras y les superaron ampliamente en las segundas.
En este punto, destacó que "no hemos tenido un trimestre de tranquilidad", ya que después de las dos generales "llegaron las gallegas, las vascas, las catalanas, las madrileñas y las castellano y leonesas". Casado también reivindicó la formación de "los nuevos liderazgos del PP" a través de algunas de esas elecciones, pero citó únicamente al único presidente que ya gobernaba antes de que él llegara a Génova: Alberto Núñez Feijóo.
Del presidente de la Xunta destacó que "siempre me ha ofrecido su lealtad y amistad" y anunció que él recibirá lo mismo de su parte si da el paso de presidir el PP.
Reproches por su marcha
Continuando con el balance de su gestión, afirmó que "hemos cumplido el mandato del congreso de 2018", a la vez que volvió a insistir en la dificultad de estos años: "No es fácil tener a un gobierno que usa su poder contra la oposición. Nunca hemos tenido un rival tan radical". Pese a ello, reivindicó que "somos un partido de Estado, y así hemos actuado". También ahora, "con la crisis de Ucrania".
En este punto, recordó que él ya había puesto en marcha un "programa de gobierno" que quedó "plasmado en la convención de Valencia". Lamentó que "el proyecto queda inacabado", aunque añadió estar "convencido que será útil en el futuro".
Sobre su papel al frente del PP este tiempo, reivindicó que "siempre me he guiado en todo momento por la defensa de la libertad, la unidad de España, la responsabilidad...", con el objetivo de construir "un proyecto centrista y conciliador". Advirtió, en este sentido, que "nuestros principios no sirven de nada si no los usamos en momentos de dificultad".
Lamento todo lo que haya hecho mal. También siento la reacción que he recibido y he sufrido. No la merezco, y tampoco ninguno de vosotros
A renglón seguido, analizó lo ocurrido en la última semana, lamentando "todo lo que haya hecho mal". Añadió, eso sí, que "también siento la reacción que he recibido y he sufrido", para rematar con un reproche: "No la merezco, y tampoco ninguno de vosotros".
Colaboración con el nuevo líder
Pablo Casado finalizó su discurso anunciando que "siempre haré lo mejor para el partido y para España" y deseando suerte al nuevo presidente nacional, al que ofreció su apoyo y colaboración.
El todavía presidente del PP recibió una ovación de todos los presentes, antes de iniciar el turno de ruegos y preguntas. Según ha podido confirmar Vozpópuli, Isabel Díaz Ayuso y José Antonio Monago, muy críticos con Casado, han sido de los primeros en tomar la palabra.
