España quizás no ha llegado todavía a estar en una situación de “emergencia democrática”, como dijo ayer UPyD en el Congreso, pero los ministros y dirigentes del PP más próximos a Mariano Rajoy, sí opinan que podríamos tener cercano este escenario si a las dificultades tan visibles que encuentra la economía para remontar se suma una prolongación en el tiempo de la crisis política que ha desatado el “reguero de pólvora” esparcido por el extesorero Luis Bárcenas.
Desde que empezaron los zarpazos del extesorero, Aznar no ha movido un dedo para frenarle, aseguran los dirigentes más próximos a Rajoy
Los dirigentes del partido más próximos al presidente opinan que el enemigo no está fuera, ni siquiera en los grupos de la oposición más agresivos con el ‘caso Bárcenas’, sino que lo tienen dentro. En concreto, reprochan a José María Aznar que desde que empezaron los zarpazos del extesorero no haya movido un dedo para frenarle, a pesar de que uno de los intermediarios que eligió Rajoy para calmar a la bestia fue Ángel Acebes, hombre muy cercano al expresidente. Aznar es en estos momentos, a juicio de los marianistas, el único con capacidad para evitar que la mecha se encienda y la pólvora de Bárcenas termine por dinamitar a casi todo el partido. Personas muy cercanas al presidente creen que Aznar está adoptando de forma muy consciente una actitud pasiva ante esta crisis, lo que lleva a pensar a muchos en el PP que puede estar activándose el mismo movimiento conspirativo que quiso derribar a Rajoy en 2008 cuando, después de perder dos veces frente a José Luis Rodríguez Zapatero, llegó al congreso de Valencia exhausto y pudo sobrevivir gracias a la campana y a los buenos oficios de Javier Arenas, sobre todo, y del ex presidente valenciano Francisco Camps.
En el PP se sospecha que ha empezado a reactivarse la conspiración que casi acaba con Rajoy en 2008, cuando se salvó por la campana en el congreso de Valencia
Aznar hizo en aquel cónclave un discurso de “perdonavidas” que muchos pensaron iba a rematar proponiéndose de nuevo como alternativa. No lo hizo, como tampoco ha dado este paso cinco años después cuando, ante las cámaras de Antena 3, a finales de mayo enmendó a la totalidad la política económica de Mariano Rajoy, criticó su falta de liderazgo y amagó con su posible regreso a la política activa al abrigo de la responsabilidad que le compromete, dijo, consigo mismo, con España y con su partido.
Los papeles y las informaciones que Bárcenas ha ido filtrando desde que se vio cercado por el juez Pablo Ruz, interpretó que su partido había dejado de ampararle y dio con sus huesos en la cárcel de Soto, tienen como protagonistas a Javier Arenas, María Dolores de Cospedal, Rodrigo Rato o Francisco Álvarez Cascos, entre otros, pero dejan fuera de foco a José María Aznar, al que ni siquiera se menciona, a pesar de que fue quien estaba al mando de las ocho ejecutivas a las que sirvió el extesorero, se recuerda en el PP. Hay, incluso, quien en la dirección del partido recuerda que el ex presidente del Gobierno utilizó en su día, cuando la ocasión le era propicia, las mismas terminales mediáticas que ahora bombean los datos más comprometedores del ‘caso Bárcenas’, aquellos que pueden acabar poniendo a Rajoy en una situación extrema y, como anuncia el abogado del ‘numero dos’ de la Gürtel, Pablo Crespo, pueden terminar por hacer caer al Gobierno.
El dato objetivo de que Aznar sea casi el único que quede fuera de los papeles del extesorero genera fuertes sospechas en su partido
“Desconocemos si Aznar, Esperanza Aguirre y otros de los que participaron en la ‘operación derribo’ de 2008 contribuyen al reguero de pólvora que está dejando Bárcenas, pero lo que si sabemos es que son los únicos que pueden ayudar a pararlo”, aseguran algunos de los dirigentes más próximos al presidente del Gobierno, expectantes ante la nueva declaración del extesorero, el próximo lunes, ante el juez Ruz, no apta para enfermos del corazón.