El caso de presunto acoso sexual que enfrenta al empresario Javier López Madrid y a la dermatóloga Elisa Pinto continúa enquistado en los tribunales. Dos sumarios siguen abiertos en sendos juzgados quince meses después de que la doctora interpusiera la primera denuncia, en enero de 2014, por los ataques que estaba padeciendo. La novedad más relevante en las últimas semanas es que ella ha cambiado de abogado. Su representante legal es ahora el penalista Álvaro Vidal. De momento, las partes niegan que vaya a haber un acuerdo extrajudicial, tal y como se especula en algunos ambientes selectos.
Corrían los primeros días del año pasado cuando Elisa Pinto acudió por primera vez a una comisaría para denunciar los ataques que estaba sufriendo. Después acudiría en más ocasiones ante Policía y Guardia Civil para ampliar su denuncia, entre otras cosas porque fue apuñalada dos veces. Finalmente, el juzgado de Instrucción número 39 de Madrid se hizo cargo del caso; la juez titular imputó al consejero delegado de OHL e incluso dictó una orden de alejamiento contra él. En paralelo, López Madrid presentó una denuncia ante la Policía Judicial el 19 de marzo de 2014. Y el juzgado de instrucción número 26 también imputó a la dermatóloga. En suma, denuncias de acoso cruzadas entre los dos personajes de esta historia.
"Juzgados cargados de trabajo"
Ahora, cuando el caso ha estallado públicamente, las instrucciones en ambos juzgados continúan a un ritmo lento. Pocas novedades y escasa actividad más allá de las diligencias pedidas por unos y otros. Fuentes conocedoras de ambas causas entrelazadas señalan a este diario que no se atisban cambios a corto plazo. "Estos tiempos de silencio en las investigaciones judiciales son habituales, y más en el caso de unos juzgados que están tan cargados de trabajo", apuntan las mismas fuentes. Otra prueba del lento paso de la Justicia en España.
Tras contratar a su nuevo abogado, la dermatóloga ha cambiado de estrategia y ha dejado de aparecer en los medios para hablar del caso
Mientras los procedimientos de instrucción siguen su curso, sí ha habido una novedad: Elisa Pinto ha cambiado de abogado. Hasta cuatro letrados distintos se han hecho cargo de su representación legal. Ahora, se ocupa del caso el penalista Álvaro Vidal, del despacho Vidal Abogados SL. Este cambio se ha traducido, asimismo, en un cambio de estrategia por parte de la doctora, que ha dejado de aparecer en los medios para hablar del asunto. Como se recordará, Pinto concedió una entrevista a Vozpópuli, en la que desveló, entre otras cosas, que López Madrid le confesó en su momento que había contratado al comisario José Villarejo por recomendación de Francisco Granados.
Los detalles de este caso, como los mensajes de contenido sexual que ha recibido ella, han escandalizado a la alta sociedad madrileña, dado que muchos conocen al empresario y otros tantos son clientes de la doctora. En las últimas semanas en esos círculos se ha especulado con la posibilidad de que los representantes legales de ambos implicados hubieran iniciado una negociación para llegar a un acuerdo extrajudicial. Fuentes de una de las partes personadas en las causas aclaran a Vozpópuli que dichas conversaciones no se han iniciado, aunque, eso sí, reconocen que si recibieran la llamada de sus oponentes, aceptarían sentarse a escuchar.
En los dos sumarios abiertos en los juzgados 39 y 26 de Madrid se acumulan múltiples pruebas aportadas por ambas partes
Si no hay un arreglo fuera de los tribunales, el camino de este caso se antoja largo y sinuoso. En los dos sumarios abiertos en los juzgados 39 y 26 de Madrid se acumulan múltiples pruebas aportadas por ambas partes. Un ejemplo entre muchos de las tesis antagónicas es el de los correos electrónicos. Los abogados de López Madrid presentaron una serie de emails en el juzgado. Dichos correos fueron remitidos por la doctora al empresario en el período de tiempo en que ella asegura que él la acosaba. Al respecto, los letrados de Elisa Pinto contratacaron con un informe pericial que desacredita la forma en que se han conseguido estos mensajes porque no se puede acreditar que sean ciertos. Casi todo son incógnitas en este caso que salpica a varios amigos de Felipe VI.
