España

Marjaliza amagó con negarse a colaborar días antes de empezar a tirar de la manta

El constructor y socio de Francisco Granados remitió desde la cárcel de Aranjuez donde ha estado recluido hasta las pasadas Navidades un escrito al juez Eloy Velasco seis días antes de comenzar a colaborar con la Justicia amenazando con no hacerlo si no se le facilitaba antes la documentación del sumario para estudiarlo. 

  • Imagen del segundo escrito que Marjaliza envió al juez Velasco desde la cárcel.

Las once horas de confesión de David Marjaliza estuvieron a punto de quedarse en nada. El cabecilla de la trama Púnica y amigo de Francisco Granados envió el pasado mes de junio desde la cárcel de Aranjuez (Madrid) dos escritos al juez Eloy Velasco en los que se quejaba de que no se le facilitaban los documentos del sumario que había reclamado para preparar, precisamente, su comparecencia ante el magistrado en la que iba a confesar sus actividades. En uno de esos mensajes, remitido sólo seis días antes de ser llevado a la Audiencia Nacional, llegaba a advertir de que si no se le facilitaban "copia de las actuaciones", entonces aún bajo secreto de sumario, se acogería a su "derecho constitucional a no declarar" y, por tanto, no tiraría de la manta.

Marjaliza reclamaba al juez Velasco acceso al sumario, que entonces estaba secreto, para preparar las comparecencias en las que iba a confesar su participación en la trama

Así aparece recogido en la parte del sumario sobre la que se acaba de levantar el secreto y a la que ha tenido acceso Vozpópuli. El primero de estos escritos está fechado el 5 de junio pasado y se recoge en un impreso oficial de los que el Ministerio del Interior pone a disposición de los internos para dirigir a jueces y otras instituciones del Estado sus quejas y solicitudes. Escrito a mano y todo en letras en mayúsculas, Marjaliza pide al juez Velasco en el mismo que "por favor, me sean remitidas todas las actuaciones relacionadas con las diligencias previas 85/2014", es decir, el sumario de la Púnica. Una petición que justifica en que es la "causa por la que estoy injustamente encarcelado con prisión preventiva, lo que me impide tener acceso a los documento que obran" en ella.

En aquel momento, los tratos entre sus abogados y la Fiscalía Anticorrupción estaban muy avanzados después de que en abril, durante el registro que la Guardia Civil hizo en su presencia de la casa de sus padres en Valdemoro, el constructor hubiera mostrado su disposición a colaborar. De hecho, semanas más tarde acompañó a los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) a un nuevo registro, en este caso del edificio de la localidad de Pinto, donde indicó el lugar en el que ocultaba abundante documentación sobre su entramado societario. Pese a ello, aquel 5 de junio reclamaba que se le permitiera "tener acceso" al sumario "con el fin de poder ejercer mi derecho constitucional de defensa". En concreto, reclamaba "todos los documentos y muy especialmente declaraciones, transcripciones de conversaciones, actuaciones policiales y judiciales". Todo ello, además, "en soporte papel, por el único que está permitido" en prisión.

El 'retraso' del primer escrito

El escrito tiene sello de salida de la prisión de un día después, el 6 de junio, aunque el director de la prisión no lo remitió hasta cuatro días después, según consta en el oficio que hizo acompañar para su remisión a la Audiencia Nacional. Finalmente hizo su entrada en el Juzgado Central de Instrucción número 6 de Eloy Velasco una semana más tarde, sólo un día antes de que se produjera la primera declaración para 'tirar de la manta' del cabecilla de Púnica. Ese retraso provocó que Marjaliza remitiera un segundo escrito una semana después del primero, cuando éste aún estaba 'camino' del Juzgado. Fue, de nuevo, en uno de los formularios oficiales y, de nuevo, escrito a mano en mayúsculas.

Marjaliza amenazó el 12 de junio, seis días antes de confesar, con acogerse a su "derecho constitucional a no declarar" en su comparecencia ante el juez si no se le facilitaba la documentación 

En él, el amigo de Granados, muestra "respetuosamente" su "gran extrañeza" porque acaba de recibir la citación para declarar el 19 de junio [finalmente lo hizo un día antes] sin haber recibido antes la documentación que reclamaba. "Como usted sabía tengo solicitado un vis a vis especial con mi abogado y copia de las actuaciones", en referencia al sumario, sin que "hasta el día de hoy no sólo no lo he conseguido, sino que no tengo respuesta alguna". En el texto, Marjaliza recalca que, pese a no ser "jurista", le resulta extraño que "no pueda, tal y como refrenda la Constitución", ejercer "todos los derechos para una correcta y legítima defensa". "Por ello, y en base a la lógica, toda comparecencia, sin estos requisitos básicos y fundamentales, se saldará en mi derecho constitucional a no declarar", amenaza antes de recalcar que "una cosa dicta mi corazón y otra mi razón, y en este caso prima el último". El escrito concluye con una nueva solicitud al juez Eloy Velasco, en este caso para retrasar "el día de la declaración hasta tener lo anteriormente solicitado".

Finalmente, el constructor no cumplió su amenaza y compareció el 18 de junio. Aquel día, el magistrado y las fiscales del caso le interrogaron por espacio de una hora y 57 minutos. En concreto, desde las 18:03 hasta las 20:00, según consta en el acta que se levantó al término de la misma. Era la primera de las tres comparecencias que realizaría el pasado verano. Para la siguiente no hubo que esperar mucho. Un día después, el socio y amigo de Granados estaba de nuevo frente al juez. En este caso inició su declaración a las 10:40 y terminó a las 13:34. En total, dos horas y 54 minutos. La tercera, sin embargo, se demoró seis días. El 25 de junio, Eloy Velasco le dedicaba prácticamente toda la jornada a Marjaliza en una maratoniana sesión que duró cinco horas y un minuto, exactamente. La inició a las 11:18 y la interrumpió a las 13:39. Tras la comida, comenzó a interrogarle de nuevo a las 16:37, para no dejarlo ya hasta las 20:17. En total, entre los tres días el constructor contestó preguntas durante 10 horas y 52 minutos. Más del doble del tiempo que, por ejemplo, estuvo declarando en julio de 2013 Luis Bárcenas cuando decidió 'tirar de la manta' y confirmar la veracidad de sus célebres apuntes contables.

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