España

El error de Rufián: Castilla y León no será "la primera región europea donde gobierna la ultraderecha"

El portavoz de ERC en el Congreso o políticos socialistas como Adriana Lastras o Ander Gil han señalado que la coalición en Castilla y León será la primera de este tipo en Europa, pero estos ejecutivos se han repetido en el Viejo Continente desde los años 80

  • Acuerdo de Gobierno PP y Vox -

Castilla y León no será la primera región europea donde gobierne la ultraderecha, como han afirmado el presidente del Senado, Ander Gil; la socialista Adriana Lastra y el diputado de ERC Gabriel Rufián tras el pacto PP-Vox, ya que ese tipo de gobiernos se remonta en la UE al menos a mediados de los años ochenta.

"El PP está a punto de convertir Castilla y León en la primera región europea en la que la extrema derecha gobierna", ha asegurado este jueves la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, en unas declaraciones realizadas en el Congreso, tras conocerse que Vox ocupará la Vicepresidencia y tres consejerías en el Ejecutivo autonómico presidido por el 'popular' Alfonso Fernández Mañueco.

En Twitter, se han pronunciado en el mismo sentido Ander Gil y el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, quien ha publicado el siguiente mensaje en su cuenta de esta red social: "Castilla y León será la primera región europea gobernada por la extrema derecha gracias al nuevo y moderado PP de Núñez Feijóo".

En realidad, Castilla y León no será una región pionera en Europa por la entrada de la ultraderecha en su gobierno, ya que hay ejemplos de fuerzas políticas ultraconservadoras en ejecutivos regionales de otros países de la UE al menos desde 1986.

Vicepresidentes regionales franceses en 1986

Aquel año, en Francia, las fuerzas conservadoras pactaron con el ultraderechista Frente Nacional las presidencias de cinco regiones, lo que permitió a este partido obtener varios vicepresidentes en esos Ejecutivos. Antes de esos acuerdos, se habían registrado precedentes de dicho entendimiento con diversos pactos locales entre la derecha y el FN desde 1977.

Incluso el partido neogaullista Reagrupación para la República (RPR) y el FN pactaron una lista común en la segunda vuelta de las elecciones municipales en la localidad de Dreux, en el norte del país, en 1983.

Con esos antecedentes, el 21 de marzo de 1986, la coalición formada por la RPR y la UDF (partido fundado por el presidente de la República Valéry Giscard d’Estaign en 1978) acordó con el Frente Nacional formar un gobierno conjunto en el Consejo Regional de Provenza-Alpes-Costa Azul.

Presidido por Jean-Claude Gaudin, de la UDF, este gobierno regional contaba con tres vicepresidentes de ese mismo partido, otros tres de la RPR y dos vicepresidentes del Frente Nacional. Además, en Alta Normandía, Roger Faussé, del RPR, fue elegido gracias a los votos del FN, a cambio de una vicepresidencia.

Carintia: feudo regional austríaco de Haider ya en 1989

Y también fue en los años ochenta cuando, en Austria, el ultraconservador Joerg Haider, al frente del Partido Liberal Austriaco (FPOE), llegó a ser gobernador de la región meridional de Carintia. Su primer mandato comenzó en 1989 y concluyó abruptamente en 1991, cuando se vio obligado a dimitir por el escándalo que provocaron sus elogios públicos a la política de empleo de la Alemania nazi.

Pero, en 1999, Haider volvió a presidir el Ejecutivo de Carintia tras ganar las elecciones regionales y permaneció en este cargo hasta su muerte en 2008, después de que el año 2000 su partido entrara a formar parte del gobierno federal austriaco, sancionado por este motivo con el aislamiento diplomático del resto de socios de la UE.

El analista del Real Instituto Elcano Ignacio Molina recuerda incluso, en su cuenta de Twitter, que "España es en realidad de los últimos países europeos con gobiernos regionales donde un partido de esa familia ideológica toca poder". "Solo queda Alemania", concluye Molina, profesor de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).

En definitiva, la entrada de la ultraderecha en gobiernos regionales europeos no es un fenómeno político sin precedentes y se remonta al menos a mediados de los años 80, al margen de los casos de fuerzas ultraconservadoras en Ejecutivos nacionales que se han producido desde entonces en distintos países del continente. 

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