España

La 'ONG del catalán' exige más música catalana en el Cruïlla y otros festivales subvencionados

La Plataforma por la Lengua pide a la Generalitat aprovechar su posición como "agente subvencionador" para incluir cláusulas que fuercen a los festivales a incluir más grupos catalanes en los carteles

El Gobierno de Cataluña solivianta a la Plataforma por la Lengua. La entidad, de corte independentista y que se autodenomina "ONG del catalán", quiere que la Generalitat ponga orden en los carteles de los festivales y exija más música catalana en el Cruïlla, el Vida y otros eventos subvencionados.

La organización, que cuenta en su haber con iniciativas como el espionaje de niños en el recreo para saber en qué lengua se relacionan, acusa al Instituto Catalán de las Empresas Culturales -dependiente de la Generalitat- de financiar entre el 10 y el 30% del presupuesto de los festivales y, sin embargo, no aprovechar su posición para exigir más música en catalán.

La entidad ha puesto varios festivales bajo lupa y asegura que sólo el Canet Rock supera el 50% de música en lengua catalana. Y señalan que este año llega al 70%. "Mientras que el Vida, el Cruïlla, el de Porta Ferrada y el de Cap Roig no llegan al 30%", denuncian.

"Los festivales de música subvencionados con dinero de la Generalitat de Cataluña dejan a un lado la música en catalán, que en la mayoría de casos no llega al 30% de la música vocal que programan", concluye la plataforma en un estudio reciente. En concreto, el informe analiza los criterios del ICEC para otorgar las "ayudas a festivales o ciclos musicales, en régimen de concurrencia competitiva, en las modalidades de aportaciones reintegrables y subvenciones".

Las citadas ayudas incluyen tanto las subvenciones directas como las aportaciones reintegrables. Según explica la "ONG del catalán", las subvenciones sólo obligan a los organizadores a presentar una justificación de los gastos, mientras que las aportaciones reintegrables funcionan como un préstamo que los organizadores deben devolver a la administración una vez celebrado el festival.

Pide requisitos que obliguen a incluir música en catalán

La entidad se queja de que en las bases para solicitar estas ayudas no existe ningún requisito que obligue a los festivales a incluir música en catalán. Los únicos criterios puntuables a la hora de decidir si se otorga la ayuda o aportación reintegrable, apuntan, son la viabilidad económica del proyecto y el impacto de la actividad en el territorio. Algo que no gusta a la plataforma.

"Donde sí se valoran criterios lingüísticos es a la hora de concretar la cuantía de la subvención y a la hora de permitir que las empresas no devuelvan parte del dinero reembolsable que el ICEC les ha aportado. En este sentido, por decidir la cuantía de la subvención, se valora con un máximo de 15 puntos, de un total de 35, si el festival incluye un 25% de música en catalán u occitano", reconocen.

La Plataforma por la Lengua explica que, en el caso de la financiación que el festival debería reembolsar después, la empresa puede optar a no devolver una parte (como máximo, el 50%) si, entre otros criterios, ha incrementado el porcentaje de gasto en intérpretes en lengua catalana u occitana respecto a la edición anterior.

Pero a la entidad de corte independentista no le parece suficiente. Cree que se trata de "dos incentivos bastante pequeños y que no están bien planteados". ¿El motivo? Porque no se valora el número de grupos que cantan en catalán.

De acuerdo al estudio, el 36% del presupuesto de las tres últimas ediciones del Canet Rock ha dependido de las subvenciones del ICEC, un porcentaje que baja al 28,3% en el caso del Vida Festival. En cuanto al Festival de Cap Roig, el 17,85% del presupuesto de las ediciones de 2020 y 2021 son ayudas y en las tres últimas ediciones del Porta Ferrada la cifra es del 13%. En el caso del Cruïlla, el 9,25% de la edición de este año y de la del 2020 son subvenciones.

Reclaman al gobierno que cambie las políticas de promoción para beneficiar la música en catalán y ponga fin a 'una anomalía histórica'

"Si restamos las ayudas que los festivales deben acabar devolviendo, la Generalitat sigue siendo la responsable del 17,6% del presupuesto de las tres últimas ediciones del Canet Rock, del 11,3% de las del Festival Vida, del 6,8% de las del Festival de Porta Ferrada, del 4,95% de las dos últimas ediciones del Festival de Cap Roig y del 3,5% de las ediciones de este año y del 2020 del Festival Cruïlla", calcula la "ONG del catalán".

Por ello, la plataforma considera que es "inadmisible" que el gobierno de la Generalitat no aproveche su posición como "agente subvencionador y prestamista" para incluir cláusulas que fuercen a los festivales a incluir más música en catalán en la programación.

"Teniendo en cuenta los porcentajes que representan las ayudas de la administración en relación con el total del presupuesto de estos festivales, se hace difícil imaginar que los organizadores pudieran prescindir de ellos", señalan desde la asociación. Y reclaman al gobierno que cambie las políticas de promoción de la música para beneficiar la música en catalán y ponga fin a "una anomalía histórica".

30.000 personas en el Vida

Sin embargo, y en contra del futuro que pretende trazar la "ONG" para los festivales, los organizadores de este tipo de eventos tienen otras aspiraciones. El festival Cruïlla de Barcelona busca no solo convertirse en un referente musical en el país, sino también consolidarse como una propuesta multidisciplinar en la que conviva todo tipo de arte. Entre los cabezas de cartel de este año figuran artistas como Juan Luis Guerra, Residente, Hot Chip, Molotov, Zahara, Duran Duran, Rubén Blades, Jack White, Tanxugueiras, Rigoberta Bandini, Rozalén, Delafé y Joe Crepúsculo.

El Festival Vida, en Vilanova i la Geltrú, se despidió el pasado sábado de su octava edición con los conciertos de la banda Black Pumas y los ingleses de Alt-J. El cartel, que combinaba grupos internacionales como Belle&Sebastian, The Avalanches, Cat Power, Parcels y Lewis con otros artistas como Alizzz y Guitarricadelafuente, congregó a 30.000 personas desde el viernes. Falta por ver la afluencia que tendrían estos festivales -y su impacto económico en la ciudad- si el 70% del cartel lo compusieran músicos locales por obligación tal y como reclama la Plataforma por la Lengua.

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