El Gobierno de Pere Aragonès lanza una ofensiva para resucitar la interacción en catalán entre alumnos y profesores. En los últimos meses, el Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat y entidades como la Plataforma per la Llengua, también conocida como la 'ONG del catalán', han financiado y publicado distintos estudios que vienen a constatar un retroceso del uso de esta lengua en la última década. Sobre todo entre los jóvenes.
Las autoridades políticas y académicas se han puesto manos a la obra ante los resultados de sus propias encuestas y responden ante el declive con distintas iniciativas. La última de ellas consiste en crear "grupos impulsores" del catalán en los colegios, una suerte de comités formados por profesores y expertos analizarán "el contexto lingüístico y los usos lingüísticos del centro" con el fin de fortalecer el empleo de la lengua catalana y que no caiga en picado.
Según explicó este jueves los consejeros catalanes de Educación y de Cultura, Josep Gonzàlez-Cambray y Natàlia Garriga, respectivamente, estas unidades se encargarán de "identificar los elementos de mejora y establecer objetivos, calendarios e instrumentos de evaluación". Además, tendrán potestad para proponer la revisión del proyecto lingüístico del centro. La Asamblea por una Escuela Bilingüe en Cataluña (AEB) advierte que "los profesores no pueden marcar la lengua del patio. Es su tiempo libre. Es ilegal".
El declive del uso del catalán
El Gobierno catalán justifica la medida con un informe realizado en medio centenar de centros escolares que señala que el uso de la lengua catalana por parte de los docentes ha disminuido drásticamente. En 2006, el 63% de los profesores aseguraban usarlo "siempre o casi siempre" para hablar a los alumnos, mientras que ahora solo lo emplearía un 46%. Si el catalán era la lengua habitual del 67% de ellos en 2006 cuando hacían actividades en grupo, ahora lo sería solo para el 20%. En cuestión de semanas, la promoción de esta lengua parece haberse convertido en una cuestión prioritaria para el Departamento de Enseñanza.
Otros estudios recientes vienen a revelar la caída de las interacciones en catalán. Este verano, el Ayuntamiento de Barcelona liderado por Ada Colau presentó la quinta edición de la 'Enquesta de la joventut 2020', donde se señala que el 28,4% de los jóvenes que viven en Barcelona tiene el catalán como lengua habitual, mientras que en 2015 lo era para el 35,6%.
El castellano habría pasado de ser la lengua habitual del 56,5% de los jóvenes en 2015 a serlo para el 62,1% en 2020
El castellano habría pasado de ser la lengua habitual del 56,5% de los jóvenes en 2015 a serlo para el 62,1% en 2020. También subían ligeramente el inglés, que se sitúa como lengua habitual para el 2,3% de jóvenes, y el "resto" de idiomas, para el 7,2%.
De la encuesta se desprendía que las dificultades con el catalán son más pronunciadas entre los nacidos fuera de España, ya que sólo el 32,4% de esas personas asegura tener un conocimiento "bueno" del catalán, una cifra que sube al 82,1% entre los nacidos en el país. El catalán predomina en los barrios más ricos, donde el catalán sería la lengua habitual del 41,3% de los jóvenes. El porcentaje se reduce al 32% si los jóvenes viven en barrios de rentas medias y al 13,9% en el estrato de menos renta.
Uno de cada tres lo habla
La Plataforma per la Llengua, que se autodenomina la 'ONG del catalán', también tiene sus propios estudios. Esta entidad, que saltó a la palestra mediática por espiar a los niños en los recreos de los colegios para saber cómo interactuaban y después realizar estudios, sostiene que solo uno de cada tres catalanes hablaba catalán de forma habitual. Según si InformeCat 2021, la región ha perdido medio millón de hablantes habituales en los últimos quince años.
Para frenar el declive, la citada plataforma ha lanzado una campaña con el lema La universitat, en català!. Tal y como publicó Vozpópuli, esta entidad ha desplegado carteles en los campus de las universidades públicas catalanas para pedir a los alumnos que delaten a los profesores que cambien al castellano en el transcurso de las clases cuando estas hayan sido previamente anunciadas en catalán.
Organizaciones como S'ha Acabat y Universitaris per la Convivència ya han manifestado su desacuerdo con que una entidad externa al ámbito universitario "con un sesgo ideológico" pueda hacer su campaña dentro de los campus. "Si ves que en tu universidad denuncian a un profesor o alumno por usar el español en clase, ponte en contacto con nosotros. Tienes derecho a poderte expresar en la lengua oficial", contraatacan desde la asociación juvenil S´ha Acabat!.
Sin embargo, los rectores coinciden en la necesidad de resucitar el uso del catalán. Mientras que la Generalitat apuesta por los "grupos impulsores" en colegios e institutos, los rectores se han fijado como objetivo "detener la regresión que sufre la lengua catalana en la docencia y la investigación universitarias".
En un manifiesto conjunto, piden garantizar que se utiliza efectivamente la lengua prevista en el plan o guía docente de cada asignatura y garantizar el catalán como lengua vehicular en las universidades. "Nos fijamos como meta a alcanzar un mínimo del 80% en catalán de la docencia de cada grado, posgrado y máster", declaran en el documento.