"La Presidencia de la Generalitat no es una subasta de pescado", volvió a repetir este sábado el jefe del Gobierno catalán en funciones, Artur Mas, en la rueda de prensa de su inmolación para desatascar el procés y ceder el testigo al alcalde de Gerona, Carles Puigdemont. Sin embargo, el curso de los acontecimientos ha demostrado que lo que era "innegociable" desde el día posterior al 27-S ha terminado siendo parte fundamental del acuerdo in extremis alcanzado por los negociadores de Junts Pel Sí (CDC y ERC) y la CUP. La hemeroteca está llena de declaraciones de dirigentes convergentes reafirmando que Mas sería el candidato de Junts Pel Sí para la investidura y que ello no estaba sobre la mesa.
Así se pronunció, por ejemplo, la portavoz del Govern y vicepresidenta en funciones, Neus Munté, el pasado 11 de noviembre momentos después de que trascendiera la decisión del Constitucional de suspender la polémica resolución separatista del Parlament. Munté, que avanzó que el Ejecutivo catalán desobedecería al TC, afirmó en relación a las negociaciones con la CUP que había "voluntad de negociar y acordar", pero insistió en que era "innegociable" que el presidente de la Generalitat debía ser Mas.
En esta misma intervención, Munté, uno de los nombres que sonaron como alternativa a Mas hasta que ella misma se autodescartó, negó que hubiera fisuras en Junts Pel Sí sobre el hecho de que la Presidencia tenía que recaer, en cualquier caso, en Mas. "Dentro de JxSí hay unanimidad total y absoluta en que el candidato es Artur Mas", subrayó.
De igual modo, términos muy similares empleó el secretario general de CDC, Josep Rull, durante una entrevista el 9 de noviembre en el programa Hoy por Hoy de la cadena Ser. El dirigente convergente dijo que la única opción que contemplaba su partido era de la de Mas como president. En caso contrario, aseguró que irían de nuevo a elecciones. "Convergència solo tiene un candidato y es innegociable. Creemos que hay margen y estamos convencidos de que si las cosas se hacen bien, Artur Mas puede salir investido. No hay plan 'B'", recalcó Rull. Sin embargo, la realidad le desmintió: hubo plan B, Carles Puigdemont, alcalde de Gerona y presidente de la Associació de Municipis per la Independència (AMI).
"Si las cosas se hacen bien, Mas puede salir investido. No hay plan 'B'", llegó a decir Rull
¿Qué ha cambiado para que la figura de Mas haya estado finalmente sobre la mesa? El propio president en funciones declaró este sábado en rueda de prensa que "lo que ha cambiado es que han evolucionado el tiempo y los acontecimientos. Y algo que se podría prever, se ha producido, un acuerdo de estabilidad". De esta forma, Mas explicó que hubo un punto de inflexión a raíz de que el Consejo Político y el Grupo de Acción Parlamentaria de la CUP acordaran el pasado domingo no investirle por 36 votos frente a 30 y una abstención. A partir de aquí, según el jefe del Govern en funciones entendió que sólo había dos formas de desatascar la situación: convocando elecciones o dando un paso a un lado, opción esta última por la que se ha decantado.
"Podíamos haber ido a elecciones, pero no era una buena opción. Las elecciones de marzo eran la última opción y la peor de todas. Por sentido de país, tenía que escoger esa opción y eso es lo que ha pasado. Yo he calculado costes y beneficios y he decidido tomar la decisión. Los beneficios son muy superiores a los costes, aunque estos sean dolorosos. El sentido de país está por encima de los intereses partidistas o políticos", confesó Mas en su intentó por justificarse.
Para CDC no era "cuestión de personas"
El problema está -y aquí emerge de nuevo la maldita hemeroteca- en que incluso después de que la CUP diera su 'no' a Mas el pasado 3 de enero, cargos de Convergència seguían manteniendo que el presidente en funciones tenía que ser el candidato de Junts Pel Sí a la Generalitat. "No hay candidato alternativo. No es una cuestión de personas", declaraban fuentes convergentes a la agencia Efe en un teletipo del que se hizo eco la mayoría de la prensa nacional.
Incluso al día siguiente, el lunes de esta semana, el propio Rull, secretario general de Convergència, rechazó la presentación de un candidato alternativo a Mas. En rueda de prensa tras la reunión del Comité Ejecutivo del partido, el líder convergente enfatizó que "no modificaremos nuestra voluntad de investir a Mas". Apenas cuatro días después, la cúpula de CDC ha quedado retratada, y el primero, su jefe.