El Partido Popular aterriza en bloque este sábado en Barcelona para presentar sus listas electorales a las generales. Rajoy llegará en pleno ojo del huracán secesionista dispuesto a proclamar lo mismo que anunció en su comparecencia de este miércoles en Moncloa tras presentar el recurso ante el TC. "Soy el presidente de todos los españoles y no voy a aceptar que unos señores se carguen las normas de convivencia que nos hemos dado entre todos". Es el momento en el que Rajoy se ha situado más próximo a definir como 'golpe de Estado' el reto que llevan a cabo Artur Mas y sus socios.
El PP se ha subido sobre la marcha a un carro inevitabl pero oportuno contra el independentismo
La campaña electoral del PP va a girar fundamentalmente en torno al reto catalán. El desiderátum impulsado por los secesionistas tras los comicios de septiembre ha desembocado en una situación pre-explosiva en plena precampaña a las elecciones legislativas del 20D. El PP se ha subido en marcha a este carro, inevitable pero oportuno. Hace apenas un mes, el presidente del Gobierno reclamaba al resto de los líderes nacionales que el tema catalán debería dejarse de lado en la campaña. La resolución separatista aprobada en el Parlament en pro de una república independiente ha modificado todo el escenario. Cataluña será el monotema. Y al PP no le viene mal, ya que, en su condición de partido en el Gobierno, se ha convertido en el abanderado principal en la defensa de la unidad de España. La recuperación económica pasa a segundo plano.
En este punto puede ganarle por la mano a Ciudadanos, pese a que el partido de Albert Rivera los arrasó en las autonómicas catalanas del 27S. "Ahora esto no ocurriría", comentan fuentes de Génova. Este panorama, les favorece. Los micro-sondeos que se evalúan en la Moncloa así lo anuncian. El movimiento descontrolado de Artur Mas está creando miles de anti-independentistas en Cataluña. Y por supuesto, en el resto de España. Junts per el Sí se ha transformado en el mejor agente de márketing electoral del PP, según estos comentarios.
Una candidatura muy débil
Rajoy, entre su viaje a Malta y su escala dominical en Turquía, se desplaza a Cataluña este fin de semana para arrancar oficialmente los actos de la precampaña, una vez que el partido cerró sus listas, superados los consiguientes e inevitables tironeos internos. La candidatura del PP por Barcelona resulta una de las más débiles de España, con el ministro del Interior, Jorge Fernández, como cabeza de cartel. Le siguen Jorge Moragas, jefe de Gabinete de Rajoy, un perfecto desconocido para los electores pero con enorme predicamento en la zona alta de la Ciudad Condal, y Alicia Sánchez-Camacho como número tres. Un triplete gris y anodino, muy flojo, de acuerdo con las estimaciones de sus compañeros, que los sitúan en las antípodas del carisma. Es lo de menos. En unas generales se vota al partido y al candidato a la presidencia y no tanto a los representantes provinciales. El PP tiene que hacerse fuerte en Cataluña y arrebatarle parte de su tirón a Ciudadanos, algo que hace tan sólo un par de semanas parecía una misión imposible.
En su acto en Barcelona, con ese apabullante despliegue de candidatos y dirigentes, Rajoy va a machacar en la idea de que "se pretende quebrarlo todo, es un desafío en todo regla, quieren arrasar con nuestra democracia, nuestra convivencia, nuestras leyes, nuestra Constitución". Lo más parecido a un golpe de Estado. "Pretenden retrotraernos a tiempos preconstitucionales". Una dictadura. Rajoy, aunque ha insistido muchas veces en esa línea, elevó el tono como nunca hasta ahora lo había hecho.
"Se pretende quebrarlo todo, es un desafío en toda regla", es la idea sobre la que volverá Rajoy en su mitin
Va a dar la batalla, cuenta con el respaldo del PSOE y de Ciudadanos, dicen en Moncloa. La maquinaria del Estado, los órganos técnicos y jurídicos están funcionando a la perfección. Tras conocerse en la tarde del miércoles la firme decisión del Tribunal Constitucional, con advertencia incluida a Artur Mas y a Carme Forcadell de que deben cumplir con lo resuelto en su auto. En éste ámbito, pueden producirse en adelante algunas tiranteces, en el caso de que el TC tenga que dar un nuevo paso para hacer cumplir su resolución. Es un territorio hasta ahora no explorado puesto que el Gobierno modificó las atribuciones del Alto Tribunal a la vuelta de este verano. En Moncloa, no obstante, se confía en que no haya que recurrir a medidas drásticas.
"Se llegará hasta el final", insisten las mencionadas fuentes, que subrayan lo firme y decidido que se encuentra el presidente del Gobierno ante el comportamiento de las fuerzas independentistas, algo que no ocurre en ningún lugar del mundo, según sus propias palabras.