“Estamos perdiendo un tiempo precioso en vender una reforma constitucional que será muy difícil sacar adelante y, sin embargo, nos estamos olvidando de los problemas que más preocupan a nuestros votantes, sobre todo el paro y la corrupción”, confiesa un miembro de la ejecutiva del PSOE, preocupado por la tendencia de las encuestas y por el contorno que Pedro Sánchez ha empezado a dar a la precampaña electoral, atrapado por el contencioso catalán. En el Partido Socialista está muy extendida la idea de que este conflicto ha terminado por entrampar al partido, ya que si no corrige a tiempo el tiro puede acabar desviando la atención del electorado hacia el terreno que más favorece a Mariano Rajoy, ahora que el reto soberanista le ha servido al presidente para recuperar la iniciativa política y liderar la respuesta del Estado al desafío secesionista.
Si la campaña electoral sigue centrada en Cataluña, el PSOE perderá seguro las elecciones, admiten los barones
En el PSOE no solo ha extrañado que Pedro Sánchez renunciara a ofrecer una rueda de prensa en La Moncloa tras entrevistarse la semana pasada con Rajoy, en contra de lo que hicieron más tarde Albert Rivera y Pablo Iglesias, sino también la obsesión del líder socialista por componer una especie de frente opositor contra el Gobierno centrado en la defensa de la reforma constitucional. “Esta reforma y la apuesta por un modelo federal son muy interesantes, pero es evidente que no llegan a la mayoría de la población, en parte por su ambigüedad, en parte por el confuso itinerario seguido por el partido en Cataluña a lo largo del proceso”, apunta un miembro del comité federal.
“Si el Gobierno al final nos aboca a centrar la campaña en la unidad de España, podemos dar las elecciones por perdidas”, abunda un parlamentario que no repetirá en las listas. “El problema de la vertebración territorial, no digamos ya la controversia sobre el derecho a decidir, siempre ha sido para el PSOE un terreno pantanoso en el que no tenemos nada que ganar y mucho que perder”, concluye. En el recuerdo reciente queda el acto de proclamación de Pedro Sánchez como candidato, el pasado junio, en el que utilizó como golpe de efecto la imagen de una gran bandera nacional como decorado de fondo, un gesto sobreactuado que le originó duras críticas en el PSC y algunos elogios en el resto de las federaciones.
Cambiar de munición, sin esquivar el problema soberanista
Los barones de estas últimas federaciones, en particular la andaluza, la extremeña y la castellano manchega, son ahora, precisamente, los que aconsejan al líder socialista que para remontar en las encuestas y evitarle al PSOE el tener que transitar la próxima legislatura con menos de 100 escaños, cambie de munición y emplee la que tradicionalmente le ha servido al partido para atraer al electorado de centro izquierda: “Hay que hablar más de paro y de corrupción”, resumen.
En la dirección del PSOE, se ha leído con atención una encuesta reciente, con una muestra de más de 2.300 entrevistas domiciliarias, elaborada por el Grupo de Estudio sobre Tendencias Sociales (GETS), en la que se concluye que los socialistas estarían en condiciones de ganar las próximas elecciones generales si consiguen sintonizar con la creciente inclinación de los ciudadanos hacia posiciones sociopolíticas puramente de izquierdas. El sociólogo José Félix Tezanos, director de la revista Temas, acompaña este sondeo de un análisis en el que recomienda a Pedro Sánchez que priorice sus mensajes, enmarque la propuesta de reforma constitucional en un contexto regeneracionista general y, sobre todo, coloque la promesa de crear empleo en el frontispicio de su oferta electoral. Según los datos más recientes del CIS, el paro es considerado por un 73% de los ciudadanos como el principal problema de España, porcentaje que sube hasta casi el 82% entre los votantes que confiaron en el PSOE hace cuatro años, cuando todavía estaba dirigido por Alfredo Pérez Rubalcaba.
“La cuestión es si estamos en condiciones de encarar la bravata independentista con un lema tan nítido como el que Rajoy transmite sobre la unidad de España. Si concluimos que la reforma constitucional, pese a sus bondades, no cala entre los electores, lo mejor que podemos hacer es, sin esquivar el problema, cambiar de registro y concentrar todo el esfuerzo en garantizar a nuestros votantes que vamos a resolver el problema del desempleo, la precariedad laboral y la corrupción”, apuntan fuentes socialistas.
Los socialistas son conscientes del escaso gancho electoral que tiene su reforma constitucional
Este es, sobre todo, el aviso que está mandando a Ferraz un amplio sector del PSOE encabezado por la presidenta andaluza, Susana Díaz, al enmendar la reforma laboral que la cúpula de su partido ha introducido en el programa electoral. En esta enmienda, se eliminan los recortes de derechos a los trabajadores que promovieron los cambios realizados por el Gobierno de Zapatero en la reforma de 2011. Se trata de una refriega que se está librando también dentro de la ejecutiva federal, donde su responsable de Empleo, Mari Luz Rodríguez, apuesta por unos cambios normativos mucho más radicales que los que propone el exministro Jordi Sevilla, coordinador de la oferta económica para el 20-D, partidario de introducir solo pequeños retoques en la actual legislación, según ha transmitido a importantes empresarios del Ibex.
Rodríguez tiene previsto reunirse este martes con los consejeros de trabajo de las siete comunidades donde gobierna el PSOE para armonizar criterios con vistas a la celebración de la Conferencia sectorial de Empleo.