La Cámara de Comercio de Barcelona, presidida por Joan Canadell, se convierte en la primera institución pública en eliminar el castellano en sus comunicaciones, incluso saltándose su propia normativa interna.
Los independentistas de Eines de País, vinculados a la Asamblea Nacional Catalana, no tendrán la cortesía de responder en castellano a los periodistas, como se ha hecho históricamente hasta ahora en Cataluña. Una forma más de la utilización del espacio público para mostrar ideología y hacer política.
"La Cámara utilizará el catalán en sus actuaciones y documentaciones internas, así como en la relación con la Generalitat de Cataluña, las administraciones locales y las otras corporaciones públicas de Cataluña, las instituciones y las empresas que dependen de ellas. También usará normalmente el catalán en su rotulación y en las comunicaciones y notificaciones dirigidas a personas físicas o jurídicas residentes en el ámbito lingüístico catalán", señala el reglamento interno de la Cámara. "Sin perjuicio del derecho de los ciudadanos a recibirlas en castellano, si lo piden", destaca. Así, el uso del catalán queda subordinado a campañas institucionales dentro de Cataluña.
Canadell, lejos de mostrar cortesía en una institución pública y prestigiosa en la Cámara de Comercio de Barcelona, se ha negado a responder en castellano a las cuestiones planteadas en esta lengua
El castellano será desterrado en informes, comunicados y ruedas de prensa. Canadell ha asegurado que los medios de comunicación tienen numerosas herramientas para realizar la traducción, como los subtítulos o bien una traducción simultánea en las imágenes, así como en los medios generalistas que se dirigen en castellano a su público.
En tan solo un mes, la Cámara de Barcelona, en cuyo pleno se sientan importantes empresas, algunas de ellas con sede fuera de Cataluña, ha seguido a rajatabla su propio reglamento, donde se estipula que el catalán será la única lengua para las comunicaciones. Ocurría desde la época de Miquel Valls, pero siempre se ha flexibilizado con la traducción de los informes y respuestas en la lengua española.
La decisión del Comité Ejecutivo no pasará al pleno de la Cámara, por lo que no se mostrará qué empresas están a favor o en contra de este reglamento.
"Una pérdida de tiempo"
Canadell, lejos de mostrar cortesía en una institución pública y prestigiosa en la Cámara de Comercio de Barcelona, se ha negado a responder en castellano a las cuestiones planteadas en esta lengua. La decisión es no usar ninguna otra lengua que no sea el catalán. Ahora se da un cumplimiento estricto a esta normativa, pese a que se insiste en el propio reglamento que si los ciudadanos así lo piden se les facilitará la información en castellano. Ni siquiera la Generalitat había llegado tan lejos con esta pretensión para eliminar el castellano y hacer valer al catalán como única lengua vehicular.
Hace unas semanas, en su primera rueda de prensa pública, Canadell mostró esta pretensión. Hoy ha afirmado: "Ya lo hemos decidido y no contestaremos en castellano".
Hasta ahora, una rueda de prensa en Cataluña consiste en dar paso primero a las cuestiones en catalán, para después poder repreguntar y pedir una traducción de determinadas declaraciones en castellano. Es decir, que todos tuvieran la misma información en el mismo momento, sin tener que utilizar herramientas de traducción. Para Canadell, facilitar este trabajo se trataba de "una pérdida de tiempo".