El despliegue del vehículo BMR de la Policía Nacional -al que muchos denominaron ‘tanqueta’- suscitó una agria polémica en las protestas del metal de Cádiz: unos consideraban que su participación era excesiva, con las críticas abiertas de Unidas Podemos contra el ministro Fernando Grande-Marlaska; otros lamentaban que no se hubiera recurrido a ella en las algaradas de Cataluña, toda vez que las embestidas de los radicales dejaron cientos de heridos, amén de incontables daños en el mobiliario urbano. Pero, según ha sabido Vozpópuli, la Policía sí que mandó estos vehículos a la región después de la sentencia del procés. No los pudo usar, no obstante, porque no tenían instalada la pala delantera requerida para apartar los escombros.
Los BMR están integrados en la flota de la Unidad de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional, más conocidos como antidisturbios. El Ministerio del Interior los adquirió procedentes del Ejército de Tierra, vehículos que han participado en buena parte de las misiones internacionales que han afrontado en el exterior las Fuerzas Armadas durante las últimas décadas pero que ya están cerca de su jubilación en estos escenarios tan exigentes: el Ejército está inmerso en un proceso de adquisición de los vehículos 8x8, más modernos y seguros, que sustituirán a los BMR.
Sin embargo, el Ministerio del Interior consideró que sus capacidades sí que podían ser útiles para enfrentarse a situaciones de graves desórdenes o de riesgo para la seguridad. Desde su incorporación a la Policía, casi siempre que se les ha visto ha sido como medida de disuasión ante grupos radicales, como en eventos deportivos. Hasta el pasado mes de noviembre, la primera vez que participó de forma activa en espacios públicos.
Ocurrió en Cádiz. En concreto, en la huelga de los trabajadores del metal. Tras una semana de protestas comenzaron las algaradas. Y la Policía Nacional desplegó el vehículo BMR por las calles de la ciudad. La palabra “tanqueta” se convirtió en un ariete político y sindical contra el Ministerio del Interior, abriendo un cisma en el Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos. No faltaron quienes pidieron explicaciones a Fernando Grande-Marlaska, pero desde su departamento aseveraron que la decisión correspondía únicamente a los mandos policiales, en base a criterios técnicos.
La 'tanqueta' en Cataluña
Al mismo tiempo se generó otro intenso debate entre las esferas policiales. ¿Por qué se envió el vehículo BMR a Cádiz y no a Cataluña, en las graves protestas que sacudieron la región? ¿Su participación en las calles catalanas habría servido para dar apoyo a los agentes que iban a pie y, así, reducir la cifra de heridos en sus filas? ¿Se habría conseguido despejar con mayor celeridad las vías públicas de barricadas y cascotes arrojados por los radicales?
La realidad es que la Policía Nacional sí envió los vehículos a Cataluña, pero no los pudo emplear porque “no tenía instalados los elementos necesarios” para despejar los obstáculos. Así consta en una respuesta parlamentaria del Gobierno a preguntas registradas en el Congreso de los Diputados por el grupo parlamentario Vox: “Respecto a su utilización en Cataluña, el vehículo fue desplegado, sin llegar a ser utilizado, con ocasión de la operación Copérnico en Barcelona del 20-09-2014 al 31-12-2014 y en la operación Ícaro el 14-10-2019”.
Los vehículos BMR disponen de varias configuraciones en función de los cometidos que se le asignen, tal y como han hecho las Fuerzas Armadas en las últimas décadas. En el caso de despejar las calles y plazas de cascotes o barricadas, se le debe instalar una pala delantera que sirva para apartar los escombros. Una función que, de acuerdo a la respuesta ofrecida por el Ejecutivo, no estaba disponible en los disturbios más graves a los que se han enfrentado las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en las últimas décadas.
El Gobierno, además, ofrece una explicación de por qué se decidió enviar la 'tanqueta' a Cádiz: "Cabe indicar que las decisiones técnico-operativas, así como la decisión sobre el empleo de los recursos humanos y medios materiales que determinan las capacidades operativas de cada Unidad, se toman por la cadena de mando, en la esfera de las atribuciones que le corresponden, una vez valoradas las variables oportunas y con el objetivo de restablecer la seguridad ciudadana".