El alcalde de Barcelona, el socialista Jaume Collboni, ha lanzado el plan de limpieza municipal para los años 2024 y 2025 con un presupuesto de 16 millones, un 17% más que el año anterior. El nuevo contrato se enmarca en el Plan Endreça que incluye un 30% más en el número de efectivos dedicados a retirar las pintadas de las fachadas e inmobiliario urbano, que este año se amplía a fuentes, jardineras, paneles informativos, aparcamiento de bicicletas, placas con el nombre de la calle y las fachadas de los edificios patrimoniales de protección de interés cultural local, urbanístico o documental.
Se trata de una medida que viene acompañada por el aumento de las denuncias por estos grafitis en el espacio público de la ciudad: el numero de denuncias ha aumentado alrededor del 48% en 2023, pasando de 328 a 484, con un importe se incrementó de 300 euros a 500 por infracción. En total, el servicio de limpieza de pintadas realizó en 2023 un total de 3 110.852 actuaciones en 272.060 metros cuadrados.
Como ha comunicado el Consistorio, se prevé que este año se incorporen más zonas donde realizar la limpieza de pintadas con una frecuencia determinada, cada 4 meses de forma general, pero de manera mensual en las zonas que se determinen. Este nuevo planteamiento tiene como fin mejorar el "impacto de la limpieza". Este equipo municipal de tratamientos específicos contará con 36 efectivos, se distribuye en equipos de dos personas con furgonetas hidrolimpiadoras. Entre sus múltiples tareas, también hacen trabajos especiales de limpieza vertical, con equipos de hidropresión, fresadoras y plataformas elevadoras.
Restricciones por sequía
Cataluña lleva desde inicios de febrero en estado de emergencia. El nuevo estadio incluye las restricciones más severas para los 202 municipios del sistema Ter Llobregat, que abastece el área metropolitana de Barcelona y parte de Girona, pero no son los únicos: también están en emergencia desde hace meses el acuífero del Fluvià Muga (Girona), el embalse de Darnius Boadella (Girona) y el de Riudecanyes (Tarragona).
La fase de emergencia es la más grave de todas, y en el primero de sus tres estadios la dotación de agua máxima es de 200 litros por habitante y día para todos los usos (comercial, industrial, lúdico o personal). En cuanto a las fugas, especialmente en la Barcelona Norte, el conseller de Acció Climàtica, David Mascort, ha explicado que falta la última fase para construir una segunda tubería por la que desviar el agua y así reparar la primera por dentro, localizando todas las grietas.
La compañía Aigües Ter-Llobregat (ATL) licitará este mes de febrero el proyecto del cuarto y último tramo del desdoblamiento de la conducción que lleva agua potable desde la Estación de Tratamiento de Agua Potable del Ter (ETAP), en Cardedeu (Barcelona), a la Estación distribuidora Trinitat (Barcelona).
Los otros tres tramos del desdoblamiento, entre Cardedeu y Sant Fost de Campsentelles, se llevaron a cabo entre los años 2003 y 2009. "Siempre tendría que haber habido dos tuberías", ha admitido Mascort.