Carlos Méndez es el protagonista de un nuevo caso de transfuguismo en la política, pese al pacto entre las fuerzas para realizar un cordón sanitario a este tipo de políticos.
El ahora concejal adscrito de Viladecavalls (Barcelona) pasará de cobrar 520 euros por pleno, en un Ayuntamiento que celebra una media de diez al año, a percibir cerca de 30.000 euros anuales al dedicar el 50% de su tiempo a sus dos concejalías, la de Mantenimiento Urbano y Comercio. En su agenda municipal tan solo trabaja martes y jueves, y mantiene en blanco el resto de días de la semana.
Según la tabla de salarios y teniendo en cuenta que solo puede cobrar un sueldo público, Méndez se situaría en el rango de los tenientes de Alcalde Jesús Porres, que percibe 400 euros por cada una de las Juntas semanales del Gobierno municipal y otros 520 euros por asistir al pleno; y Pedro Nogués, que recibe 19.103,72 euros al año, pero con una dedicación parcial del 50%.
Pese a que el salario de Nogués y Porres no está especificado anualmente, realizando un cálculo de una media de diez plenos al año junto con los 1.600 euros mensuales como mínimo por las juntas, la nómina anual de Méndez se acerca a los 25.000 euros, concretamente a 24.400 euros, cinco veces más de lo que cobraba del Ayuntamiento por solo asistir a los plenos. En la agenda de Méndez consta al menos una junta local por semana.
La cantidad cobrada es la mitad del salario de la alcaldesa de Viladecavalls, Cesca Berenguer i Priego, quien percibe 47.759,3 euros. Marc González, primer teniente de alcalde, cobra 22.924,46 euros, por una dedicación parcial del 60%, mientras que Dolors Salmeron es la concejal mejor pagada, con una dedicación del 75%, con 28.655,58 euros. Méndez podría cobrar más aún si dedicara todo su tiempo a trabajar en el consistorio.
Cuando criticaba al Gobierno "independentista" de Viladecavalls
En plena campaña municipal, Méndez cargaba tintas contra los ahora compañeros locales. "Hemos liderado la oposición al actual gobierno independentista de la antigua Convergencia con el incondicional apoyo del PSC", decía en su carta de presentación en la pasada campaña municipal.
"Hemos sido capaces de crear consensos y acuerdos cuando hemos considerado que eran positivos y beneficiosos para el conjunto de la ciudadanía de Viladecavalls", había advertido. "Otra manera de hacer política es posible", había avisado, para hacer "política útil".
"Los independentistas y el PSC están poniendo en peligro la convivencia", había asegurado sobre sus ahora compañeros de trabajo, para afirmar que serían "el referente constitucionalista" del municipio barcelonés. Su resultado fue un único concejal, pero decisivo para mantener estabilidad en el Gobierno, eso sí, desde el grupo no adscrito.
