Cataluña

Una coreografía: así se ha escapado Carles Puigdemont de la detención de los Mossos

Mientras algunos miembros de seguridad animaban a la gente a apartarse para abrir paso al 'president', la realidad es que él ya no estaba allí, sino volviendo a escurrirse en un juego de ilusionismo

"En el fondo la vida es un truco, tan solo un truco", que diría Jep Gambardella en la 'Gran Belleza'. Carles Puigdemont no ha sido menos y ha orquestado una coreografía. Esa ha sido la estrategia de Junts para volver a escurrir el bulto y que el expresidente de la Generalitat evite, una vez más, ser detenido. Puigdemont ha vuelto a despistar al Estado con su orden de detención dictada por el juez Llarena intacta y la incógnita sobre la aplicación de la amnistía. Ha sido, de hecho, Salvador Illa quien, en pleno desmadre, ha pedido este jueves en la sesión de investidura la aplicación de la ley para todos los enjuiciados del 'procés', incluido Puigdemont.

Todas las preguntas siguen abiertas acerca del paradero del líder de Junts, quien ha aparecido a primera hora de este jueves antes del discurso de investidura de Salvador Illa en el Passeig Lluís Companys para proclamar que poco se podía confiar de la democracia del Estado si tras aprobar la ley de amnistía él seguía sin estar amnistiado. "Hoy muchos quieren celebrar que yo sea detenido, que para escarmentar merece la pena incumplir una ley aprobada por su Parlamento. Se equivocan", ha expresado Puigdemont.

El truco de magia ha culminado al proclamar tras su discurso que bajaba a pie entre la masa de personas congregadas en el Arc de Triomf para ir al Paralment, ya que había dado la palabra de que estaría en la sesión de investidura del candidato del PSC. Pero la realidad es que al bajar se fue por otro lado y los Mossos no intervinieron en ese momento, se daba por hecho que el líder posconvergente estaba entre la masa.

La organización abrió un corredor pero Vozpópuli ha podido constatar que el expresidente de la Generalitat no estaba, al menos en todo el recorrido, con la comitiva de Junts donde estaban congregados el expresidente Artur Mas, Laura Borràs y el mismo presidente del Parlament Josep Rull, que unos minutos más tardes abrió la sesión de investidura en la cámara catalana junto con el diputado Albert Batet.

Mientras algunos miembros de seguridad animaban a la gente a apartarse para abrir paso al 'president', la realidad es que él ya no estaba allí, sino volviendo a escurrirse en un juego de ilusionismo. Al paso de la delegación, apretada por cientos de personas que gritaban el nombre del expresidente de la Generalitat, se agolpaban periodistas y en primera fila aparecía la comitiva pero la realidad es que el abogado de Puigdemont, Gonzalo Boye, se había llevado al líder de Junts. Eso sí, los organizadores alertaban a la gente que se apartara para dejarle pasar, y en los micrófonos del acto también se anunciaba que se iba a dirigir al Parlament.

En paralelo, Carles Puigdemont ya había cogido un coche blanco que le esperaba abajo del escenario. Los Mossos le siguieron la pista hasta la estación del Norte, pero luego le perdieron el rastro. Más tarde, ha sido Gonzalo Boye quien ha reaparecido y ha entrado solo en el Parlament, en plena expectación por la llegada de Carles Puigdemont, que nunca llegó a aparecer.

Boye y Matamala reaparecen

Alrededor de las 10.25 el abogado del expresidente y Matamala, han salido este jueves del recinto del parque de la Ciutadella, donde está situada la sede del Parlament, y a las 10.50 se encuentran en Arc de Triomf, desde donde el exlíder de la Generalitat ha pronunciado un discurso antes de iniciarse la sesión de investidura. Ambos habían entrado a la Cámara después de recorrer la distancia entre el lugar donde ha pronunciado el discurso el expresidente Carles Puigdemont tras su regreso, en el passeig Lluis Companys.

El pleno de investidura del socialista Salvador Illa al frente de la Generalitat está en marcha como estaba previsto mientras que el paradero de Puigdemont sigue siendo una incógnita y los Mossos, a cargo de ERC, han desplegado una 'Operación Jaula' para interceptar al líder de Junts en Barcelona.

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