El pasado agosto, se cumplieron siete años de los atentados yihadistas cometidos en Barcelona y Cambrils. Y aunque en aquel momento la preocupación ciudadana por el terrorismo internacional se disparó, en la actualidad el fenómeno ni tan siquiera aparece entre las principales inquietudes de los catalanes. Sin embargo, la amenaza yihadista dista mucho de haberse desvanecido en Cataluña. Es más, según datos difundidos este verano por la Comisaria General de Información de los Mossos d'Esquadra, los casos por radicalización violenta aumentaron el año pasado a 189 (un 8% más que el año anterior), estando relacionados con el yihadismo el 62%. En cambio, los representados por la ultraderecha —con más eco en el debate público— apenas alcanzaron el 13%.
Ahora, un informe de los Mossos ha hecho saltar las alarmas entre los propios agentes. Y es que ellos mismos se habrían convertido en el primer objetivo de los radicales del Estado Islámico. Según este documento interno elaborado por la Unidad Central de Investigación de Radicalismo en la Red (UCIRAX), se han detectados mensajes violentos que alientan ataques contra los efectivos autonómicos y brindan incluso instrucciones para cometerlos. Así, se anima a atacar a los agentes en situaciones en las que estén "desprevenidos", como en las comisarias o cuando llevan a cabo el "cambio de turno". También, cuando se hallan en el interior de sus vehículos.
Otro plan de actuación llamativo es el que propone provocar incendios forestales y tender una emboscada a los servicios de emergencia. Asimismo, los islamistas recomiendan disparar a los miembros de la policía catalana con fusiles AK-47. El motivo es que los proyectiles de esta arma —utilizado en conflictos bélicos— son capaces de atravesar los chalecos antibalas de los Mossos. Ante este escenario, el dosier recuerda la importancia de que todos los miembros de este cuerpo policial cumplan con "medidas de autoprotección". Una instrucción en la que también se insistió en la última reunión del Gabinete de Coordinación Antiterrorista, donde se avanzó el peligro que corrían los Mossos.
Atentados con impacto
En este encuentro, celebrado a finales de octubre y liderado por la 'consellera' de Interior Núria Parlon, se avisó de que la amenaza terrorista se había multiplicado tras los atentados de Hamás el año pasado y la respuesta israelí. Consecuentemente, la alerta por este motivo se mantenía en la comunidad catalana en un 4 reforzado sobre 5. Y que, además de las sinagogas o monumentos emblemáticos como la Sagrada Familia, la policía se había convertido en blanco predilecto de los radicales. Una estrategia que los terroristas están siguiendo aquí y en otros países, pues juzgan rentable la conmoción que estos asesinatos despiertan en la población. Así, los expertos del acto recomendaron intensificar la vigilancia y protección de las jefaturas policiales.
Con todo, hay quien considera que reforzar la "autoprotección" de los agentes pasa por dotarles de recursos que la hagan posible. Un extremo que fuerzas como el PP catalán han contemplado en su última moción sobre seguridad presentada en el Parlament. En ella, propusieron, entre otras medidas, llevar a cabo una "auditoría transparente" de los "medios materiales" que necesiten los Mossos para realizar su trabajo con una "mayor seguridad de su integridad física". Las fuerzas de la izquierda y Junts se mostraron de acuerdo en lo referente a ampliar los recursos y efectivos. Pero tumbaron la moción al disentir en el endurecimiento de las penas a los delincuentes, que calificaron de "populismo punitivo".
jopetas
11/11/2024 11:41
Los independentistas han metido 700 000 musulmanes en Cataluña para evitar la inmigración hispana, que habla español. Pues ahí tenéis las consecuencias. Y fueron advertidos por el gobierno de España de que se les estaban colando radicales.