Hoy se cumplen cinco años desde que un furgón con un yihadista atravesara Las Ramblas dejando sin vida a 16 personas y otro grupo de la misma célula atemorizara Cambrils. Un día negro cuyo acto se ha visto interrumpido por gritos y abucheos: decenas de independentistas han boicoteado el homenaje con gritos de "queremos la verdad" y críticas a los políticos, hasta el punto de que incluso han roto el minuto de silencio. Se trata un comportamiento que no es nuevo, ya que la clase independentista reclama que se esclarezcan las dudas sobre si el CNI estuvo detrás de lo ocurrido. Una suposición que la misma alcaldesa de Barcelona ha tildado de conspiratoria y que Junts ha inflado con los años, usando las declaraciones de Villarejo.
Junts, con Carles Puigdemont al frente del contrataque judicial, ha luchado en los tribunales para que se investigue la hipótesis. De hecho, este mes el ex abogado del exlíder de Junts y expresident de la Generalitat exiliado en Waterloo ha anunciado un nuevo recurso al Tribunal Supremo al afirmar que se han ocultado los vínculos entre el imán de la célula yihadista (muerto en Alcanar) y la inteligencia española. Jaume Alonso-Cuevillas, el ex-abogado que también representa a una familia perjudicada también defiende que se debe responsabilizar al Ejecutivo por su dejadez.
Recomendaciones de Catmon
Tras cinco años, Junts mantiene la misma postura. Lo cierto es que en aquél entonces, a un mes y medio del referéndum de independencia, los atentados de Las Ramblas pusieron en alerta al equipo de Carles Puigdemont por si la conmoción pudiera afectar a los preparativos del 1-O. Tal y como recoge El Confidencial, se le entregaron diferentes informes al expresident advirtiéndole que tras el 17-A había que publicitar de los derechos humanos para que "el relato esté a favor" de la consulta secesionista.
La encargada en elaborar los documentos de recomendación política fue la Fundación Catmon, una entidad que está bajo sospecha de la UDEF por un presunto desvío millonario de fondos de proyectos de cooperación internacional. Su antiguo dirigente, Víctor Terradelles, está en medio del ojo del huracán de la trama rusa que llevó a Puigdemont a tener encuentros con funcionarios del Kremlin. Además de Terradelles, la entidad también estaba liderada por Francesc Dalmases, un pilar fundamental para Laura Borràs.
Ambos propusieron al Ejecutivo catalán bajo el mandato de Carles Puigdemont que empezara a sospechar del CNI. Recogían que "era evidente" que tanto el CNI como la Guardia Civil estaban al tanto dado el alcance del atentado dada la coordinación técnica y el método empleado para generar terror. Las hojas no recogen en ningún momento la participación de los Mossos, que habían sido advertidos por la inteligencia española y el Centro de Información contra el Terrorismo de la posibilidad de un ataque de dichas dimensiones. De hecho, esta postura se contradice absolutamente con la versión del mayor de los Mossos, Josep Lluis Trapero, que estos días ha alabado la labor del CNI en coordinación con el cuerpo de seguridad .
Los informes reafirmaban de la necesidad de "proteger la convocatoria del referéndum de audodeterminación” a toda costa y auguraba que la Ley de Seguridad Nacional podría entrometerse en los preparativos del referéndum ilegal en Cataluña.