La pugna interna que ERC intenta mantener fuera de los focos mediáticos desde el 12-M se agranda por momentos. La secretaria general de ERC y la que pilota ahora las negociaciones de investidura, Marta Rovira, y el presidente del Govern, Pere Aragonès, se han sumado al manifiesto que pide una "renovación de la cúpula" del partido. Una clara declaración de intenciones que ahonda la escisión dentro de la dirección nacional con Oriol Junqueras, quien no ha firmado y ha afirmado que los trapos sucios deben limpiarse en casa.
También lo ha hecho la consejera de Economía, Natàlia Mas Guix, que se suma así a los más de 740 militantes que han firmado el texto. El texto reclama conducir al partido hacia un modelo "más coral y colectivo, transparente y con mayor participación de la base". También lo ha firmado el presidente del grupo parlamentario, Josep Maria Jové. Y cuenta con el apoyo de la vicepresidenta, Laura Vilagrà; del viceconsejero, Sergi Sabrià, y de todos los consejeros y consejeras del Govern con carnet del partido menos Anna Simó ni Joan Ignasi Elena, fiel escudero de Oriol Junqueras.
El que fuera presidente del partido había dado un paso atrás después de que Pere Aragonès anunciara que dejaba la primera línea política después del varapalo del 12-M. Aún digiriendo los resultados de las elecciones catalanas, los republicanos navegan a trompicones para tener una voz unánime en las negociaciones clave que decidirán el futuro de Cataluña. A su cargo está el debate sobre la financiación singular, que ya negocia directamente con Salvador Illa como moneda de cambio para que el socialista tenga el apoyo de los 20 diputados de ERC en la sesión de investidura antes del 25 de agosto.
El partido no puede permitirse fallar teniendo la batuta de la negociación. Sin embargo, Marta Rovira se encuentra en una tesitura complicada tras romper su tándem con Oriol Junqueras, con quien lleva dirigiendo el partido desde el 'procés' y desde Ginebra. El partido ha ofrecido al expresidente que pisó la cárcel por el procés ser el próximo candidato a las elecciones catalanas futuras, que pueden darse después de que constituya la legislatura o incluso antes, si se precipita una repetición electoral en octubre.
Cuentan con ese margen de tiempo para que se desarrolle la aplicación de la amnistía a todos los 'represaliados' y que Junqueras también salga beneficiado. Sin embargo, Junqueras sigue manteniendo el pulso para revalidar su puesto en la presidencia de ERC en el congreso de noviembre y, aunque este manifiesto sea un claro aviso a navegantes que le dejaría sin avales, no tira la toalla en su pretensión.
En medio de la tensión y la invitación a reconsiderar su postura, Marta Rovira lanzó un guiño en Catalunya Radio este miércoles alegando que ya tenía un candidato en el caso de que hubiera repetición electoral. Sin embargo, aunque Junqueras haya quitado hierro al manifiesto y haya expresado que entre los firmantes hay "amigos" con los que ha impulsado importantes iniciativas políticas (referéndum mediante), lo cierto es que no es un texto al uso. Es un manifiesto de posicionamiento que ya está forzando a que se apuntalen dos bandos en la cúpula mientras que algunas voces críticas de las bases siguen criticando que deben darse dimisiones en masa por parte de la cúpula para volver a la vía de la autodeterminación.