Junts per Catalunya niega las teorías sobre una posible entrega planeada por Carles Puigdemont a las autoridades italianas: "Con todo el respeto, pero Puigdemont no es Dolors Bassa", explica una fuente de la formación consultada por Vozpópuli. Desde el partido posconvergente creen que la posibilidad de un indulto al ahora eurodiputado como en su momento se concedió a Oriol Junqueras, Dolors Bassa, Raül Romeva, Jordi Turull, Josep Rull, Carme Forcadell, Quim Forn, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart no es extrapolable a la situación de Puigdemont, quien no se entregó voluntariamente a la justicia española y lleva cuatro años fuera de España.
De este modo, cierran las hipótesis que hablan de un plan oculto de la defensa del ex mandatario catalán para volver a España y beneficiarse, él también, de esa medida de gracia concedida por el Gobierno de Pedro Sánchez. En Junts per Catalunya mantienen su posición de máximos, que pasa por únicamente aceptar una negociación que contemple la amnistía -que no el indulto- y la autodeterminación de Cataluña. Y en este sentido están dispuestos a desmarcarse de ERC y su herramienta estrella, como es la propuesta de la Mesa de diálogo.
"Si debes entregarte, ya es más lógico hacerlo en Cataluña con un baño de masas que no desde Cerdeña en el Puente de La Mercè", resume otra fuente. La explicación más simple, dicen, es la correcta: "Ha querido normalizar su presencia por Europa y eso entraña un riesgo". El ex presidente pudo viajar en Francia el pasado agosto sin sufrir las consecuencias del desplazamiento, pero en Italia se ha encontrado que las autoridades del país lo han retenido y que su defensa ha tenido que justificar el viaje en su condición de "eurodiputado".
Un 'win-win' de Puigdemont
Para el sector de JxCat más afín a Puigdemont, es impensable que Sánchez lo indulte. Incluso si, como explican los expertos, los trámites son más rápidos al estar ya hecha la instrucción del caso, y coincide con el final de la legislatura. El escenario más favorable, en el que pasaría menos tiempo en prisión preventiva que sus compañeros condenados por sedición, representa un cálculo poco fiable.
Evidentemente, Puigdemont intentará usar la nueva coyuntura a su favor. Si finalmente lo liberan, servirá para señalar de nuevo al Estado español y su "represión". Y si finalmente es entregado a España, la tensión se elevará hasta tal punto que intentarán arrastrar a ERC hacia sus posiciones y será poco probable que la Mesa de diálogo resista a una situación donde el ex presidente catalán esté entre rejas.
"Dentro de JxCat se ha asumido el papel del presidente al exilio y en el Parlamento Europea. No vemos que su retorno aporte demasiado y ERC no querrá romper la Mesa de diálogo", apostillan. En la misma línea, los sectores más pragmáticos de JxCat tendrán difícil sostener que es necesario mantenerse en el Govern, en especial de cara a unas bases que cada día que pasa son más críticas con la alianza con ERC.
La estrategia de JxCat hace tiempo que pasa por boicotear estas cumbres bilaterales, y desde ERC asumen que será Moncloa quien más afectado se verá del desenlace judicial de Puigdemont: una posible entrega de Puigdemont a España elevaría la tensión entre los socios en el Ejecutivo catalán y sus relaciones con Madrid. Al mismo tiempo, la liberación definitiva por parte de las autoridades italianas sería una nueva oportunidad de los sectores de JxCat para desautorizar cualquier negociación con un Estado "que no respeta las sentencias judiciales".
