La llamada 'Taula per la Llengua' (Mesa por la lengua) ha denunciado que el 10% de los comercios de Manresa no tiene la rotulación en catalán. Tras dos meses de escrutinio callejero realizado por una treintena de voluntarios, la Mesa ha dado a conocer un informe que revela que más de 200 establecimientos —de los 2.000 que posee esta ciudad del Bagès— tiene su cartelería en castellano y algunos en inglés. Para la entidad secesionista Òmnium Cultural, que está detrás de la iniciativa, los hechos evidencian un "claro retroceso" de la lengua catalana y que "no se vigila lo suficiente a los comercios" para que cumplan con la Ley de Política Lingüística. Y ha demandado que el Ayuntamiento se ponga manos a la obra para atajar esta situación.
Sin embargo, el consistorio ya anunció la semana pasada un plan para promover el monolingüismo en catalán, dado que considera insuficiente el "uso social" —que no el conocimiento— de la lengua de Pompeu Fabra en Manresa. Y ello a pesar de que, según sus sondeos, el 60% de sus ciudadanos inicia sus conversaciones en catalán. Pero el Ayuntamiento, en manos de ERC, no se conforma con esa cifra y aspira a que la ciudad sea "capital lingüística". Con este objetivo, el Plan Estratégico para la Lengua Catalana pone el acento en cambiar los hábitos lingüísticos de los ciudadanos en el ámbito deportivo, en los patios de las escuelas y, especialmente, en la aludida rotulación de los comercios.
A este respecto, el consistorio informó de la creación de un buzón ciudadano que recoja "dudas, sugerencias y quejas en relación con la lengua y los derechos y deberes lingüísticos". En la práctica —y pese a que el Ayuntamiento liderado por Marc Aloy expresó su intención de fortalecer el catalán bajo un prisma positivo—, el buzón, que ya está en marcha, permitirá a los ciudadanos señalar a aquellos establecimientos que rotulen o atiendan en español, lo que podrá derivar sanciones económicas. Cabe recordar que el Ayuntamiento de Vic inauguró el pasado junio un "buzón ciudadano" de idénticas características dentro de un plan lingüístico denominado 'Defender la lengua, amar el país'.