En un debate electoral celebrado en TV3 en 2010, el entonces líder de Ciudadanos Albert Rivera decidió realizar una de sus intervenciones en castellano. A la que el candidato convergente, Artur Mas, reaccionó así: "Fíjese si somos tolerantes que usted habla en castellano en la televisión nacional de Cataluña y no pasa nada". El episodio refleja hasta qué punto el 'establishment' nacionalista en Cataluña considera anómalo que un representante político catalán use el español —lengua oficial y mayoritaria en la comunidad— en sus alocuciones públicas. De hecho, fue la formación 'naranja' la que empezó a usar el castellano con normalidad en el Parlament —antes lo había hecho el PP, pero de forma puntual—.
El líder socialista, Salvador Illa —el primer 'president' no secesionista que ha ocupado la Generalitat en 14 años—, pareció dispuesto durante un tiempo a incorporar el castellano en alguna de sus intervenciones—. Así, especialmente durante la campaña del pasado 12 de mayo, fue habitual escuchar a Illa expresarse en español. Un hecho que le ha valido agrios reproches por parte de las formaciones separatistas, que han visto en esa transgresión lingüística la prueba de que Illa era el "españolista" que siempre habían denunciado.
Recordemos, por ejemplo, que la primera vez que el líder socialista habló en la lengua de Cervantes en la Cámara catalana, durante el debate de investidura de 2021, Junts per Catalunya se ensañó con él. "No sabéis la vergüenza y la rabia que me da que el candidato de los socialistas se pase al castellano en el Parlament", protestó la diputada Aurora Madaula, que sentenció que el PSC había "perdido toda catalanidad".
Aún más lejos fue el jefe de oficina de Carles Puigdemont, Josep Lluís Alay, que alertó en X —antes conocida como Twitter—: "La extrema derecha del PSC del 155 ahora mismo en el Parlament hablando en español". De hecho, las reconvenciones no se ciñeron al ámbito estrictamente independentista, pues el columnista Josep Ramoneda cargó contra las "parrafadas en castellano" del líder socialista en un artículo titulado: '¿A dónde va Illa?'.
El propio Illa, al que quizá hicieran mella las críticas, tampoco terminó de manejar con naturalidad su bilingüismo. Y es que, después de pronunciar 'Lérida' en lugar de 'Lleida' durante un mitin el pasado mayo, se disculpó hasta en dos ocasiones por el incidente. La primera vez, aclaró: "Fue un lapsus por el cansancio. Lleida es Lleida". Y la segunda vez, en una entrevista en 'El País', entonó el 'mea culpa' señalando: "Soy humano y cometo errores". A continuación, recriminó a sus detractores no haber evitado en sus mandatos el retroceso del uso social del catalán.
Salvador Illa no ha vuelto a usar el español
El caso es que, tras la pasada campaña y una vez asumió la presidencia de la Generalitat, Salvador Illa no ha vuelto a recurrir al español en sus discursos o réplicas parlamentarias —hecho que choca con el perfil de sus votantes en Cataluña, mayoritariamente del entorno metropolitano y con el castellano como lengua materna—. Lo que no le ha servido para redimirse ante el mundo secesionista. En concreto, Junts per Catalunya le afeó durante el primer debate de política general que usase brevemente el español en un acto en el que se hallaba el presidente del Gobierno.
"Si Pedro Sánchez entiende en catalán a Míriam Nogueras, ¿no cree que le entendería a usted?", le amonestó Albert Batet. Y aunque en esta ocasión Illa no lo hizo, en otras ha exigido "no usar el catalán como fuente de conflicto". Pero, como defienden las entidades constitucionalistas, el uso del castellano tampoco debería serlo.