Cataluña

Puigdemont prosigue su ruido mediático en plena crisis interna por el rumbo de Junts

Junts seguirá apretando de esta forma en la Cámara Baja poniendo palos en las ruedas a la legislatura de Pedro Sánchez, por lo que reclamará culminar los acuerdos de investidura como moneda de cambio

  • Carles Puigdemont a su llegada al Arco de Triunfo en Barcelona -

Tiempos de limbo para el líder de Junts, Carles Puigdemont. El líder posconvergente, que escenificó su segunda fuga tras pronunciar un discurso de cinco minutos en día del pleno para la investidura de Salvador Illa, aseguró durante la campaña electoral que, de no ser investido presidente de la Generalitat, se apartaría de la primera línea política. Sin embargo, la falta de entendimiento con ERC y la imposibilidad de retejer el bloque nacionalista tras el pacto de los republicanos y los socialistas le han dejado en el punto de partida. Junts debe replantear su posición tanto en el Parlament como en el Congreso para resituar su estrategia y no perder credibilidad.

Si bien Puigdemont había dicho que daría un paso atrás, lo cierto es que en ningún momento ha cumplido su palabra y está por ver qué papel desempeñará en un partido que ha adelantado dos años su congreso porque el "contexto ha cambiado mucho", tal y como expresó el secretario general, Jordi Turull. En esta nueva coyuntura en la que el Ejecutivo de Salvador Illa ya ha echado a andar, Puigdemont juega su carta a la aplicación de la amnistía para seguir teniendo recorrido político y evitar un papel en la sombra.

Si bien la posición oficial es contar con él en esta nueva etapa en la que Junts se replantea la estrategia, sigue siendo una incógnita el rol que tendrá sin una aplicación cercana de la amnistía, por lo que ya suena que se quede como presidente del partido. Internamente ya se trabaja para que pueda optar a ponerse al frente del grupo y tenga un cargo orgánico después de que los dejara para centrarse en el Consell de la República.

Sin embargo, según reveló en una columna opinión este viernes en Politico, su intención no es volver a España hasta que no se le aplique la amnistía por lo que su estrategia es seguir haciendo presión y ruido mediático para ese fin. Lo más inteligente y a lo que apuntan sectores pragmáticos de Junts es a que el partido tome oxígeno en el congreso de noviembre de forma urgente para fortalecerse en la oposición a Salvador Illa y a ERC, de manera que llenan todo independentista que ha dejado libre el viraje de ERC. De esta forma sacarían músculo también en su estrategia contra Pedro Sánchez en el Congreso, si bien la estrategia de Moncloa con un gobierno socialista en Caluñta no es pisas el acelerador de los acuerdos pendientes con los posconvergentes.

Junts seguirá apretando de esta forma en la Cámara Baja poniendo palos en las ruedas a la legislatura de Pedro Sánchez, por lo que reclamará culminar los acuerdos de investidura que pasan por la oficialidad del catalán en Europa y el traspaso "integral" de competencias de inmigración. Junts no dará su brazo a torcer, y Puigdemont cuenta con esa carta para seguir presionando al Ejecutivo sobre los jueces para que le apliquen la amnistía. En las últimas votaciones el partido ha impedido al PSOE sacar adelante el techo de gasto, poniendo en un aprieto los Presupuestos de 2025.

Por el momento el partido sigue bailando el agua al expresidente de la Generalitat y, si bien ha habido dudas sobre el papel omnipotente de Puigdemont, su influencia en Junts tras la negociación por la investidura de Sánchez y en las elecciones catalanas ha acallado todas las insinuaciones contrarias en medio de la histórica pugna entre los partidarios de Laura Borràs y Jordi Turull. La cuestión ahora es que ese liderazgo ya no puede darse desde Waterloo, y es lo que más suena a nivel interno, que requieren presencialidad en los consejos y ejecutivas para alzar la voz secesionista.

Lo mismo que hizo Marta Rovira cuando llegó a Cataluña y se puso al frente de ERC para negociar las condiciones con Illa. De esta forma, Puigdemont arrastra al grupo político hacia el ruido mediático para hacer efectiva la amnistía y retornar con todas las garantías y tomar el timón el partido desde Cataluña. El partido, en volandas, airea a su líder llegando a autoinculparse ante el Supremo y la Justicia catalana argumentando que diputados y senadores también estaban presentes durante el retorno del 'showman' Puigdemont antes de que volviera a Waterloo burlando el dispositivo de los Mossos.

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