Agenda del reencuentro y Mesa de Diálogo. Dos conceptos que llevan meses en boca del Ejecutivo y del Govern pero que empiezan ahora a dar sus "frutos", tal y como ha celebrado ERC la derogación del delito de sedición. Lo cierto es que han pasado casi dos años desde la celebración de la primera Mesa de Diálogo de Pedro Sánchez con representantes soberanistas, que en aquél entonces tuvo lugar en La Moncloa entre el presidente del Gobierno y el por entonces 'president' Quim Torra. En aquel momento, el sucinto comunicado hablaba de generar "bases para el diálogo" y formular un "marco de seguridad jurídica". El acercamiento de posturas paulatina y lenta culminó en otra reunión en septiembre donde se asentaros las "bases de la negociación" en la que Aragonès seguía reiterando la necesidad de una "amnistía y referéndum" para la "resolución del conflicto". Sánchez aún no daba su brazo a torcer y la relación con Cataluña volvían a tensarse tras el desastre de la gestión el Aeropuerto del Prat. Finalmente, ambas partes estrecharon sus manos de común acuerdo en la última reunión de la Mesa de Diálogo, clave para lo que ha ocurrido estos días, que tuvo lugar en julio.
"Las delegaciones del Gobierno de España y del Govern de la Generalitat han llegado a un acuerdo para superar la judicialización y reforzar las garantías y a otro acuerdo para la protección y el impulso de la lengua catalana", anunciaba en un comunicado Moncloa. El acuerdo ya reconocía la necesidad de poner fin "a la judialización de la vida política, partiendo del compromiso de reconducir la actividad política e institucional". No se sabía bien en qué acuerdos concretos habían derivado estas negociaciones hasta ahora, pero los bases ya estaban puestas desde entonces y se han ido cociendo a fuego lento. En esa última mesa, además, el Gobierno ocultó algunos temas que trató con su homólogo catalán y este periódico ha podido saber que ambos Ejecutivos se han estado cambiando papeles sobre la reforma de sedición al menos tres años.
En esa última mesa, además, el Gobierno ocultó algunos temas que trató con su homólogo catalán y este periódico ha podido saber que ambos Ejecutivos se han estado cambiando papeles sobre la reforma de sedición al menos tres años.
De esta forma, el viernes se dio pistoletazo de salida al aparato de la "agenda del reencuentro" realizando parte de los acuerdos alcanzados en la Mesa de Diálogo, que también incluían los pactos sobre el catalán. En aquella última reunión se dieron a conocer dos documentos en los que el Ejecutivo se comprometía a avanzar en la desjucialización e incluían la garantía del Gobierno para promover en uso del catalán y el respaldo por parte del Ejecutivo al nuevo marco normativo del Govern para el catalán en los colegios, el llamado "decreto del catalán" que aún hoy se dirime en los tribunales.
Las conclusiones de este proceso quirúrgico encargado a Bolaños y Vilagrà se han podido ver estos días. El Gobierno asume que su compromiso por la desjucialización en Cataluña pasa por derogar el delito de sedición, aunque tenga costes electorales, y recalca que cumplen así con sus aliados republicanos. Ya en julio, los acuerdos alcanzados hablaban de "la apuesta por avances paulatinos y concretos" que "se deben concretar en reformas legislativas, normativas, reglamentarias o de cualquier otra índole para superar la judicialización y sus efectos, tomando además como referencia los mejores estándares y recomendaciones europeas e internacionales". Justo el discurso que ha defendido Sánchez a la hora de explicar los cambios penales. Estas concreciones se empiezan a ver ahora con la derogación del delito de sedición y la probable reforma del delito de malversación reclamada por Pere Aragonès y a la que el Gobierno ha abierto la puerta en las últimas 24 horas. Esta hoja de ruta ya ha arrancado y seguirá en funcionamiento. La amnistía y el referéndum pactado son los últimos pasos que ERC ha puesto sobre la mesa con Sánchez.
ERC pide más
Aunque el Gobierno celebra las resoluciones que ya ha planteado en el Código Penal, ERC no está satisfecha. El propio presidente de la Generalitat ha pedido abordar la reforma del delito de la malversación u otros tipos de sanciones empleadas a los presos del 'procés', que son los que más se van a ver beneficiados por la modificación de delito de sedición. El objetivo sigue siendo el mismo: la amnistía y el referéndum. "Hoy damos un paso muy importante y habrá que hacer más. Seguimos comprometidos para conseguir los efectos de la amnistía", señaló Aragonès el viernes y este lunes lo ha vuelto a recalcar Gabriel Rufián, remarcando que el "objetivo político" es la amnistía y la autodeterminación.
Con la mano abierta a reformar los recovecos legales, ERC defiende que reformar el delito de malversación también entra dentro del compromiso de desjudialización y espera que entre en el mismo proceso de tramitación parlamentaria que deroga la sedición. Los próximos pasos a seguir se dejan entrever en la puesta en marcha de los acuerdos jurídicos, que siguen abriendo paso a otras nuevas medidas a las que el Gobierno no se ha opuesto y que, de hecho, valora como positivas. "La clave es que no se han tocado muchos de los delitos que están relacionados con los hechos de 2017", ha dicho el ministro de la Presidenta, Félix Bolaños este lunes. Como ha declarado, el replanteamiento de la "sedición" era necesario para erradicar un "punto negro" del Cógido penal que asegura la "convivencia en Cataluña". Un punto negro que puede no ser el único a debate.
xsibai
Y atacar violentamente el orden constitucional, aunque sea sin armas, por elementos del propio Gobierno, Nacional o Autonómico ¿no podría entrar en el delito de rebelión?. Vamos, mismamente lo que parece que pensaron algunos vocales del tribunal que juzgó a los sediciosos. Hay que recordar que, al parecer, no se consideró rebelión, porque todo había sido una "ensoñación". Eso es lo que entendí yo.