Los investigadores de la Guardia Civil informaron al juez de la Audiencia Nacional que investiga a los Comités de Defensa de la República (CDR) de que el ala radical de la organización barajaba atentar en Madrid. Según consta en el sumario de la causa, al que ha tenido acceso Vozpópuli, existía una "voluntad del grupo investigado de llevar a cabo acciones contra torres eléctricas, con la intención de tirarlas abajo". Se hace referencia al menos a tres lugares: Madrid, Aragón y Cataluña.
Los agentes de la Policía Judicial, a través de un dispositivo de escucha y grabación de comunicación instalado en el Subaru Impreza de uno de los investigados, registró una conversación en la que se "pone de relieve" la intención de los comités de atentar en varias ciudades del país. En concreto, escuchan a Jordi Ros -en prisión preventiva por presuntos delitos de terrorismo- y a su pareja Montserrat Casas.
El diálogo tuvo lugar el pasado 09 de septiembre, 14 días antes de su detención y 35 antes de que se emitiera la sentencia contra los doce líderes del procés. Ese mismo día, horas antes, Ros había acudido al domicilio de sus padres en la calle Romeu de Sabadell -conocido en la organización como el "laboratorio"-.
"En la conversación hablan sobre el momento de hacerlo [atentar] antes o después de las sentencias, estando de acuerdo Jordi Ros que se realice después de la sentencia, confirmando los datos obtenidos por esta investigación en relación a que todas las actividades ilícitas investigadas estarían encuadradas en el marco del proyecto de actuación subversiva planificado para el día "D" (el día de la sentencia)", explican los agentes de la Guardia Civil en su informe al juzgado.
Prácticas con explosivos
El propio Ros admitió luego en sede judicial haber realizado pruebas para la fabricación de explosivos. El detenido admitió a preguntas del ministerio público que había comprado ácido nítrico, ácido sulfúrico y nitrato de amonio con el objetivo de "experimentar, básicamente". Explicó que, cuando supo que "se estaba trabajando con un tema bastante peligroso, que es la termita", se puso a "pensar otra solución". En el domicilio de sus padres, los investigadores de la Guardia Civil se incautaron de materiales, sustancias de una hoja de su propiedad de tamaño cuartilla con anotaciones manuscritas bajo el título "esquema bomba".
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En los informes que integran el sumario de la causa consta que el investigado, además de realizar prácticas en su "laboratorio" también visitó posibles locaciones. "Se antoja imprescindible reflejar que cada vez que Ros se dirige a algún punto considerado sensible, apaga o desconecta su móvil como medida de seguridad", subrayan los agentes. Como ejemplo, señalan el viaje que el acusado hizo el 16 de agosto a la localidad de Rubí.
"Fue debido a su intención de llevar a cabo alguna de las siguientes actividades: prácticas o pruebas en una cantera abandonada que se, encuentra próxima al lugar, o un reconocimiento de zona a la subestación eléctrica o a las torres de alta tensión que se encuentra en las proximidades, todos estos lugares susceptibles de ser objetivos de una posible acción", aseguran los investigadores.
Sedes de la Guardia Civil
Según las pesquisas de la Policía Judicial, Ros barajaba otros objetivos además de las torres de alta tensión en Madrid, Zaragoza y Cataluña. Consta en la investigación que el acusado realizó consultas a través de su móvil de la dirección de acuartelamientos de la Guardia Civil; en concreto, la sede de la calle Travessera de Gracia 291-293 de Barcelona y la de la Avenida de Madrid de la ciudad condal. En su informe al juez, los agentes hacen hincapiés en que en ambas dependencias "únicamente existen viviendas para miembros del Cuerpo sin servicio de atención al ciudadano".
"Hay que poner de relieve, que el investigado reside en la localidad de Sabadell, y cualquier gestión relacionada con las diferentes competencias que tiene la Guardia Civil en Cataluña las llevaría a cabo por cercanía y demarcación en otras dependencias policiales más próximas a su localidad. Por todo ello, las búsquedas de acuartelamientos de la Guardia Civil en Barcelona pudieran estar relacionadas con la localización de posibles objetivos sobre los que llevar a cabo acciones en las que se pudieran utilizar las sustancias ya referidas", explican los investigadores.
Según consta en el sumario de la causa, durante los registros se obtuvo del teléfono móvil de otro de los investigados -Ferrán Jolis- una fotografía de Whatsapp de la fachada principal de la VII Zona de la Guardia Civil en Barcelona. "La imagen fue tomada a las 9.35 horas del 07 de junio de 2019. A través de la localización del teléfono móvil se obtiene que en ese tramo horario se encontraba en las cercanías del citado cuartel", aseguran los agentes en su informe.