El dirigente de CEOE, Juan Rosell, ha sido reelegido este miércoles presidente de la patronal para los próximos cuatro años al obtener 345 votos a favor frente a los 312 logrados por su contrincante, el presidente de Cepyme, Antonio Garamendi.
El empresario catalán afronta así un segundo y último mandato, aunque con un 10 por ciento menos de apoyo que hace cuatro años, cuando salió elegido con un apoyo del 62,5% en su enfrentamiento con el aluz Santiago Herrero. En el discurso pronunciado instantes después de conocerse su victoria, Rosell ha asegurado que afronta este nuevo periodo con el objetivo "de poner en valor cualidades de los empresarios como la iniciativa y sobre todo, el sentido común".
"Desde el mundo de la empresa, hemos de recuperar las buenas formas y los buenos usos, no todo vale en ningún ámbito de la vida, y especialmente, en el mundo empresarial", ha manifestado al tiempo que ha defendido las reformas emprendidas: "Nada debe ser eterno, sino eficaz".
Asimismo, se ha mostrado optimista con los últimos datos que ha arrojado la economía española apuntando que "vuelven a crearse empresas". "Es la gran noticia de 2014 y será aún mejor en 2015", ha rematado al respecto sin obviar, por otra parte, los obstáculos que siguen lastrando la economía. "Los millones de parados pesan como una losa y pesarán hasta que no tengamos un índice de paro que pueda considerarse como normal", ha zanjado.
Rosell ha defendido que "nada debe ser eterno" tras su reelección
Por su parte, y sólo unas horas antes de que se produjera la votación, Antonio Garamendi subrayaba que su mensaje se basa "en el cambio, la renovación, la participación y la independencia" pero que quien ganaría en cualquier caso sería la organización y la ciudadanía.
Más flexibilidad
En materia de relaciones laborales, Rosell aboga por introducir más flexibilidad, simplificar las modalidades de contratos, potenciar el salario variable con objetivos definidos y aligerar el papeleo en cuanto a contratos, recibo de salario y notificaciones entre las partes.
El empresario catalán está convencido de que la negociación colectiva debe acercarse más a las necesidades diarias de las empresas, especialmente de las pymes, y apuesta por incrementar las horas extraordinarias, mayor adaptabilidad en la distribución de jornada y adecuar la movilidad funcional.
También Rosell aboga por reducir la carga fiscal que soportan las empresas mediante una rebaja de cotizaciones, hasta los niveles del entorno europeo, por reformar el modelo de formación profesional para el empleo, partiendo del protagonismo de las empresas, y por optimizar la colaboración con las mutuas e insistir en su naturaleza privada.