El nuevo presidente del Tribunal Supremo (TS) y del Consejo General del Poder judicial, Gonzalo Moliner, ha considerado que es posible "recomponer" la crisis en el órgano de gobierno de los jueces, "herido" tras el escándalo de los viajes en fin de semana del anterior presidente, Carlos Dívar. Una tarea para la que cuenta con el trabajo y esfuerzo de todos los vocales del Consejo, a quienes ha reconocido su esfuerzo para elegir presidente tras "la travesía del desierto bastante problemática" por la que han pasado, ha dicho en una rueda de prensa tras tomar posesión de su cargo.
Moliner ha insistido en la necesidad de mirar al futuro para evitar distorsiones como las que se han producido, y ha reconocido que ahora su preocupación es el Consejo General del Poder Judicial, que tenía un problema y ha quedado "herido", y no el Tribunal Supremo, que "no se ha implicado para nada", "funciona y funcionará". "Hay que restañar heridas, creo que el CGPJ estaba herido y hay que volver a conseguir un consenso", ha recalcado tras insistir en que espera que los problemas se puedan solucionar entre todos.
Asimismo, se ha mostrado abierto a una total transparencia en la justificación de sus gastos. "Téngalo por seguro, yo no me voy a gastar ni un duro más de lo que me tenga que gastar", ha señalado Moliner en su primera comparecencia ante los medios, que se ha producido poco después de prometer su cargo ante el rey y haber tomado posesión ante los plenos del CGPJ y el TS en un acto solemne celebrado en el Supremo.
Además le ha quitado importancia al hecho de que sólo 12 de los 20 vocales del CGPJ votaran a favor de su nombramiento, y de que entre ellos no estuvieran algunos de los que forman parte de la asociación Jueces para la Democracia, a la que él también pertenece. "En mi familia ha habido de todo, como en botica, hay de todo en las mejores familias, también me han votado otros que no son de mi familia", ha recalcado.
Para el nuevo presidente del Poder Judicial, el hecho de que el Consejo haya conseguido el acuerdo para elegirle supone una legitimación de este órgano para seguir trabajando ante la sociedad, por lo que ha reiterado que en ese camino cuenta con todos porque todos son igual de importantes y quiere que así lo perciban. Desde hoy mismo, ha dicho, "soy el presidente de todos", "o nos salvamos todos y trabajamos todos o al final perdemos todos". En este sentido, se ha comprometido a luchar por defender la independencia del Poder Judicial y ha mostrado su agradecimiento a los 5.000 jueces que cada día garantizan los derechos de los ciudadanos, en especial, a los jueces de instancia "que están en la brecha, en la primera fila, resolviendo los problemas".
A ellos les ha enviado un "hálito de esperanza" y les ha asegurado que el CGPJ trabajará para que su situación mejore, pese a que "nadie puede prometer nada" en estos momentos de crisis económica. También ha refrendado el compromiso de todo el Poder Judicial, con el TS a la cabeza, con la sociedad para contribuir a superar estos momentos difíciles que atraviesa el país, así como su apuesta por el diálogo y consenso con todas fuerzas políticas y colectivos profesionales para completar el proceso de reformas de la Justicia.
Sobre esas reformas, ha dicho que aún no ha tenido tiempo de hablar en profundidad con el ministro Alberto Ruiz-Gallardón, en relación a las modificaciones anunciadas en la regulación del CGPJ, aunque ha anunciado que el titular de Justicia se ha comprometido a remitirle la próxima semana el borrador de la propuesta, que plantea que sólo el presidente de este órgano tenga dedicación exclusiva. También la próxima semana presidirá un pleno del CGPJ en el que se plantearán recortes presupuestarios en el Consejo y algunas de las medidas incluidas en el plan de austeridad que ha elaborado este órgano. "Vamos a trabajar unidos por una Justicia más moderna, eficaz e independiente, en ese camino me encontraran siempre. Hoy mismo comienza una etapa mirando hacia el futuro y todos colaboraremos para que la situación mejore", ha destacado.
Por último, ha reivindicado el papel del Tribunal Supremo, como el representante del Poder Judicial, la cabeza más alta de la jurisdicción española, frente al CGPJ, que es únicamente el órgano de gobierno de los jueces.