Con Pablo Iglesias recién investido como líder de la izquierda en la madrileña Puerta del Sol, en las filas socialistas se consuelan recordando que la muestra de la encuesta publicada esta mañana por el CIS fue recogida en medio del ruido levantado por la presidenta andaluza, Susana Díaz, al convocar elecciones anticipadas y anticipar su lucha por el liderazgo del PSOE. Pero por muchos argumentos que se den para disfrazar la preocupación, la alarma es máxima y así lo reconocen en privado buena parte de los dirigentes de esta organización.
La formación de Pablo Iglesias le saca casi dos puntos al PSOE y le come votos también a Izquierda Unida
En el barómetro dado a conocer esta mañana, el PSOE obtiene el 22,2% de los apoyos en estimación de voto, 1,7 puntos menos que Podemos. Los datos sin ningún tipo de ‘cocina’, los que recogen la intención directa de voto, todavía otorgan más ventaja a la formación de Pablo Iglesias: 19,3% frente al 12,4 de los socialistas.
La primera luz roja la percibió Pedro Sánchez el pasado noviembre, cuando la encuesta elaborada por el CIS un mes antes reflejaba que la formación de Pablo Iglesias se situaba la primera en intención de voto (17,6%) por delante de PP (11,7%) y PSOE (14,3%). Sin embargo, una vez ‘cocinados’ estos datos para llegar a la estimación de voto, daban como resultado que el PP ganaría las elecciones (27,5%) seguido de PSOE (23,9%) y Podemos (22,5%).
La situación ha cambiado de manera evidente para los socialistas tres meses más tarde, pues por vez primera Podemos se coloca como la primera fuerza de la izquierda tanto en intención directa de voto como en estimación. Eran los peores temores que albergaban los miembros de la ejecutiva socialista y han quedado confirmados ya que Podemos se ha hecho con el principal escaparate de la izquierda, situando el liderazgo de Pedro Sánchez en la cuerda floja.
En las filas socialistas se recuerda que el primer examen, antes de que lleguen las elecciones generales, será en mayo, pues habrá importantes comunidades autónomas y ayuntamientos donde la gobernabilidad dependerá de la política de alianzas que decidan los grandes partidos. El problema para el PSOE es que en este juego ha entrado con fuerza Podemos, aunque haya decidido no presentarse con esta marca a las municipales.
Los socialistas pierden la brújula
El batacazo que anticipa el CIS para los socialistas le coge en todo caso a Pedro Sánchez en su momento más bajo desde que accedió a la secretaría general en julio del año pasado. No solamente le ha dado claramente la espalda Susana Díaz, la baronesa con más peso territorial en el PSOE, sino que está siendo contestado por la mayoría de los dirigentes territoriales, descontentos con la desorientación que imprime a su estrategia política. De rechazar todo tipo de acuerdos con el Gobierno, ha pasado a fotografiarse en La Moncloa con Mariano Rajoy para rubricar el pacto contra el terrorismo yihadista, anunciando horas después que recurriría una parte del mismo al Tribunal Constitucional. La descoordinación con una parte del Grupo Parlamentario es también una evidencia. El martes, Pedro Sánchez abogaba en Barcelona por la firma de nuevos pactos de Estado con el PP, por ejemplo en el área de la educación, al mismo tiempo que el PSOE rechazaba en el Congreso otras experiencias de esta naturaleza.
El PP mantiene su ventaja en estimación de voto, a 3,4 puntos de Podemos
Con todo, pese a los negros nubarrones que las encuestas adelantan para los socialistas, es difícil que algo importante se mueva antes de las elecciones de mayo. Los barones que en ellas se examinan han entonado el sálvese quien pueda y quieren el menor ruido posible para los próximos cuatro meses.
En este barómetro el PP confirma su hegemonía política con el 27,3% de los apoyos en estimación de voto, a una distancia de 3,4 puntos de Podemos. En intención directa aparece como segunda fuerza con el 12,9% de respaldo electoral
El nerviosismo debe ser compartido por Izquierda Unida, otra formación a la que Podemos ha comido una parte importante de su apoyo electoral. En estimación de voto se queda en el 5,2%, frente al 8,2% de hace tres meses. Pablo Iglesias queda entronizado en las encuestas como el principal líder de la izquierda.