El entorno de Ada Colau ha entrado en cólera con el PSC de Salvador Illa por los nombramientos de los senadores autonómicos. Los socialistas rechazan sumarse al veto al nuevo senador de Vox porque argumentan que la ley determina que esa elección depende del resultado de los comicios autonómicos de febrero. Los comunes, la marca catalana de Podemos, daba sin embargo por descontado que podía elegir a Conchi Abellán como nueva senadora gracias al apoyo del PSC y los independentistas en el marco del "cordón sanitario" a los de Santiago Abascal .
La cercanía de los de Ada Colau con el candidato Illa durante las semanas de campaña electoral empieza a mostrar grietas. A lo largo de esta semana, los comunes han manifestado abiertamente su malestar con la decisión de Illa de respaldar en la Mesa del Parlament que Vox se haga con una de las plazas para los senadores autonómicos después de las elecciones del 14-F. Los socialistas alegan que no quieren moverse de lo que marca el reglamento (es decir, que los cargos deben distribuirse de manera proporcional al resultado electoral), pero los Comunes creen que es una "excusa".
Colau tiene de momento el respaldo de los nacionalistas para que los comunes se hagan con uno de esos senadores. El partido prometió a Conchi Abellán, política de Podem afín a Pablo Iglesias, esa plaza. Sin embargo, la decisión de Illa amenaza con dinamitar ese proyecto. En Madrid, el partido morado no se muestra particularmente interesado en el asunto, puesto que está volcado en la campaña electoral para las autonómicas con Iglesias como candidato. Pero en Cataluña el asunto está al rojo vivo.
Giro de la CUP
Fuentes de los comunes confirman a este diario el malestar en el equipo de Colau por la decisión de Illa. Más aún porque Abellán no cosecha muchos apoyos en el partido morado, donde la corriente de Noelia Bail fue apartada para dar espacio a los pablistas. Todo estaba pensado para que los comunes pudiesen enviar al Senado a una representante, sin embargo ahora ese plan ha saltado por los aires.
El equilibrio parlamentario dibuja que los ocho senadores autonómicos elegidos en Cataluña sean dos para el PSC, ERC y JuntsXCatalunya, y uno para la CUP y Vox. Antes, la CUP no estaba interesada en enviar a sus delegados a Madrid. Pero ahora la formación ha cambiado su planteamiento. Así que los Comunes intentan sortear ese escollo con un acuerdo en la Mesa del Parlament.
Dentro del partido de Colau, no obstante, hay quien sostiene que hay que respetar los reglamentos y ganarse la plaza “en las urnas”. La decisión del PSC se enmarca en esa directriz. Además, el propio Illa ha ordenado a los suyos seguir a rajatabla la legalidad para marcar distancia del nacionalismo. Por otro lado, hay quien señala que los comunes llevan años acercándose a los independentistas, ignorando al PSC, y que ahora pagan las consecuencias de su enfoque estratégico.
Aumentar la presión
Aun así, todos admiten que si el PSC decide cambiar postura se podría quitar el senador a Vox y asignarlo a los comunes. Acuerdos de ese tipo se han sellado en las anteriores legislaturas en Galicia y el País Vasco, en ese caso quitando un senador a Podemos. La esperanza del entorno de Colau es que la presión mediática catalana acabe obligue a Illa a modificar su enfoque.
En el trasfondo de esos movimientos se encuentra la alianza municipal en Barcelona. En el Consistorio de la Ciudad Condal los socialistas cogobiernan con Colau, gracias también al apoyo externo de ERC. Es por ello que la decisión de Illa amenaza con romper ciertos equilibrios y sobre todo pone de manifiesto la debilidad de la regidora en el entorno de la política autonómica.
El “problema” para algunos sectores de los comunes y también del PSC es que los de Colau están intentando maquillar su “resultado malo” en las urnas del 14-F con tener presencia en el Govern, en la Mesa y en el Senado. El partido de Colau logró mantener sus ocho diputados autonómicos, pero la dinámica parlamentaria catalán dibuja escenarios de irrelevancia para la alcaldesa de Barcelona.