Alrededor de una decena de centros educativos de la Comunitad Valenciana ofertarán, además de la religión católica, la posibilidad de elegir la islámica y la evangélica, "en cumplimiento de lo que marca la ley" con los acuerdos firmados por el Estado español con diversas confesiones para impartirlas si hay demanda.
Así lo ha explicado el conseller de Educación, Vicent Marzà, al ser preguntado durante la rueda de prensa de inicio de curso por la oferta de estas religiones.
El titular de Educación del gobierno autonómico explicó este miércoles en À Punt que se trata de un programa piloto que comenzará en un número reducido de centros educativos cuyos alumnos podrán elegir cursar religión católica, islámica, evangélica o ninguna, "como se está haciendo en la totalidad de autonomías cumpliendo la ley".
Marzà ha reiterado su posición de que si fuera por él no habría ninguna asignatura dedicada a una única religión
En este sentido, hoy Marzà ha reiterado su posición de que si fuera por él no habría ninguna asignatura dedicada a una única religión pero ha apostillado que mientras la enseñanza religiosa no desaparezca de las aulas públicas "hay que cumplir la ley". "Y estamos obligados a ofertarlo", ha recalcado.
El conseller ha asegurado no entender que esto cause polémica: "Estamos cumpliendo los acuerdos firmados por el Estado", ha insistido, al tiempo que ha criticado que haya quien vea bien "que en el cien por cien de los colegios se imparta una religión determinada pero parece que se acabe el mundo cuando se oferta una que no es la suya".
El secretario autonómico de Educación, Miguel Soler, -que ha recordado que el convenio del Estado español con diferentes confesiones es de los años 90- ha precisado que se están ultimando los detalles administrativos para el programa piloto y que no arrancará probablemente hasta octubre. Ha dicho que más o menos la mitad de los centros participantes ofrecerán la opción de religión islámica y el resto, evangélica.
Los menús según las creencias religiosas
A Vicent Marzà se le ha preguntado también por la petición de la Confederación de asociaciones de madres y padres de alumnos Gonzalo Anaya para que no se ofrezcan menús dependiendo de las creencias o se permitan atuendos religiosos.
Al respecto, el conseller, que ha dicho que comparte la mayoría de planteamientos de este colectivo, ha mostrado su desacuerdo sobre este punto en concreto, ya que ha defendido que "las personas puedan ir a los centros expresando su libertad de expresión siempre que eso no impida su educación en igualdad".
"Aceptamos la diversidad de nuestras aulas", ha dicho Marzà, que ha abogado por "hacerlo de la mejor manera posible, integrando a todo el alumnado".
Sobre esta cuestión, la Federación de madres y padres de la provincia de Valencia (Fampa-València) --integrada en la confederación-- ha hecho público un comunicado en el que "matiza", dice, las declaraciones que ayer hizo el presidente de la Gonzalo Anaya, TxominAngós, respecto a que los comedores escolares no se preparen menús escolares en función de ninguna creencia.
Fampa-València considera que "uno de los pilares de la educación pública es la inclusión que por definición contempla el modo en que la escuela da respuesta a la diversidad". "Por lo tanto todo aquello que ocurre dentro de la escuela tiene que dar respuesta a todas las realidades posibles, más todavía en una escuela pública que tiene que contemplar los valores de la integración y pluralidad", argumenta.
De esta manera, -prosigue- también el comedor escolar, un servicio complementario a la escuela y que educa, tiene que dar esa respuesta a la diversidad y por lo tanto sí ofrecer menús especializados en función de las creencias de cada familia, como por ejemplo menús veganos,vegetarianos u otros".
"Este es un debate abierto y emplazamos a la comunidad educativa a que, desde la participación, profundice y genere los mecanismos para llegar a un consenso en nuestros centros entre todas y todos", concluye la federación.