El caso abierto en los tribunales que enfrenta a la doctora Elisa Pinto y el empresario Javier López Madrid podría dar un vuelco tras la declaración judicial que el pasado jueves prestó en los juzgados de Plaza de Castilla (Madrid) el alto mano policial, ex comisario jefe de la Comisaría de Chamartin, Jaime Barrado.
Según informan fuentes jurídicas a Vozpópuli, el comisario sostuvo que en todo el procedimiento de la doctora Pinto había habido "una mano negra" a la par que reconoció que se habían cometido distintas irregularidades durante el mismo; algo que había perjudicado a la dermatóloga, quien en hasta catorce ocasiones denunció las situaciones de acoso que venía padeciendo y cuyo responsable sería presuntamente el yerno de Juan Miguel Villar Mir, Javier López Madrid.
El comisario Barrado declaró ante la titular del Juzgado de Instrucción Número 26 de Madrid, que instruye el procedimiento por la denuncia que interpuso el empresario Javier López Madrid contra la doctora, como testigo. Es decir, con obligación de decir verdad.
Durante su comparecencia, el alto mando policial señaló que la "mano negra" que había ideado el plan para desprestigiar a la doctora Pinto no podía ser un ciudadano cualquiera, sino más bien alguien que conociera cómo funcionaba el cuerpo policial. El comisario reconoció que ese caso todo era "muy extraño". De la misma forma, en otro punto del interrogatorio, el testigo afirmó que supo, gracias a uno de sus confidentes, que López Madrid había contratado al comisario José Villarejo para que lo ayudara en este asunto, informan fuentes presentes en la declaración.
La "víctima real", Pinto
Esta misma persona le comentó que el enlace entre ambos había sido el ex consejero de la Comunidad de Madrid, Francisco Granados, desde octubre de 2014 en prisión por su implicación en el caso Púnica. Sobre este extremo, Barrado llegó a decir que este confidente me dice que "si un policía va a la cárcel, Granados se lo corrobora". Este confidente le aseguró que la "víctima real" de este culebrón era la doctora Pinto.
Asimismo, entre las irregularidades y cosas "extrañas" que se produjeron en el caso Pinto- López Madrid, el comisario subrayó que no era normal que se hubiera dictado por la juez una orden de alejamiento y que ellos no tuvieran conocimiento de ese dato o que el hecho de que la doctora recibiera una puñalada en enero de 2014 y describiese cómo era la mano de la persona que se la dio -que tenía un tatuaje típico de ex presidiario con un círculo y una estrella en su interior- y que la Policía Judicial no tirase de ese hilo para investigar quién era el culpable.
No obstante, el mando policial exculpó la inactividad de la Policía en este procedimiento debido a que la doctora Pinto estaba muy asustada y, hasta que no denunció en abril de 2014 a López Madrid, en todas las denuncias anteriores presentadas en la Comisaría de Chamartin no quería dar el nombre del sospechoso. "Sólo decía que se trataba de una persona muy importante", explicó Barrado.
A lo largo de los últimos meses, la doctora Elisa Pinto ha venido denunciando que ha sido víctima de "la existencia de una investigación tendenciosa y subjetiva por parte de la policía Judicial" en los distintos procedimientos seguidos contra López Madrid. La dermatóloga ha recalcado siempre "la falta de imparcialidad" con la que los agentes de la Policía Judicial han investigado dichos procedimientos judiciales. Ahora, por primera vez, un mando policial ve "una mano negra" en este caso.