Los cuatro grupos políticos del Ayuntamiento de Valencia andan enfrascados en una carrera contrarreloj para alcanzar un pacto de mínimos que obligue a Peter Lim a finalizar el nuevo estadio en el que lleva una década sin mover un ladrillo.
El pleno del próximo día 28 de mayo es la fecha tope para conseguir que las posturas de PP, Compromís, PSPV y Vox tengan, al menos, un punto de encuentro que permita fijar unas condiciones al magnate singapurense que garanticen que no haya interrupciones en la construcción del estadio y que las características del mismo sean las acordadas con el Consistorio en 2005.
La moción del PSPV
El grupo socialista que aún lidera Sandra Gómez –pero que después de las elecciones europeas capitaneará Borja Sanjuán– ha impulsado para ese pleno una moción que busca endurecer (o más bien realizar todas las exigencias a la vez) a Peter Lim después de que el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana en su sentencia lo definiera como un claro "incumplidor" de sus compromisos con la ciudad de Valencia.
En esa moción se recoge que en el próximo mes de junio se debería aprobar la modificación del Plan de Actuación Territorial Estratégica “Valencia C.F.” que incluyen las fichas de gestión. También especifica que a falta de la firma de un nuevo convenio se incluyan "las condiciones que ha de cumplir el nuevo estadio, de manera vinculante, para poder disponer de las plusvalías urbanísticas".
Y por último, propone que las fichas de gestión establezcan la obligatoriedad de que el Valencia CF "deposite una fianza por el valor total de las obras de construcción del nuevo estadio, acreditado por el Ayuntamiento sobre un análisis técnico del mismo, para poder obtener la licencia de edificación para la conclusión de la construcción de los usos deportivos previstos sobre la parcela calificada como GSP-1, destinados a albergar el nuevo estadio".
Y establece el mismo requisito para recibir la licencia de edificación de obras de nueva planta sobre "las parcelas con aprovechamiento lucrativo privado que tengan asignado un uso dominante terciario, ubicadas en la zona B “Corts Valencianes”, y para admitir a trámite la iniciativa de programa de actuación integrada para el desarrollo de la unidad de ejecución de la fase 2 de la zona A".
Compromís se adhiere
A la posición de los socialistas se ha sumado Compromís quien secundará el texto con una enmienda de adición en la que pide que se realice una auditoría para conocer el coste real del estadio y en función de ello fijar la cuantía del aval exigible a Peter Lim.
En concreto el texto de la coalición nacionalista recoge que se elabore "la auditoría externa, aprobada en la comisión de Urbanismo de febrero de 2024, sobre el coste del estadio con los requisitos de las fichas urbanísticas aprobadas con las exigencias del convenio, y el coste resultante sea utilizado para el depósito de la fianza".
Los 16 votos de los dos grupos de la oposición (9 de Compromís y 7 del PSPV) están garantizados y faltaría uno más para que saliera adelante. El deseo de la alcaldesa, María José Catalá, es que hubiera una postura común y para ello los 13 ediles del PP y los 4 de Vox deberían secundar esta moción pero es algo que aún no está cerca de producirse.
Sin reuniones previas
Las fuentes municipales consultadas por Vozpópuli explican que el grupo popular busca puntos de entendimiento con vistas al pleno de la semana que viene aunque, aseguran, "no habrá reuniones previas" con el resto de grupos y todas las propuestas se sustanciarán en el propio pleno.
El PP estaría, según las mismas fuentes, realizando consultas con los responsables jurídicos del Ayuntamiento para valorar qué cuestiones se pueden llevar al pleno y avanzar en una propuesta que pueda ser asumible para todos los grupos pero que, en cualquier caso, implicará alguna renuncia para las posiciones de partida de cada uno de ellos.
Lo que se transmite es que, como mínimo, desde el grupo popular no dan carpetazo a la propuesta socialista y la adición de Compromís, pero se quiere 'pulir' para que se cumpla con todas las exigencias legales y procedimientos municipales del Ayuntamiento y se pueda exhibir una postura de fuerza.
La principal queja por parte del grupo que lidera Catalá es que en estos meses "no ha habido" una gran voluntad de consenso por parte de la oposición en este tema porque han ido dando "bandazos" sobre sus propias fichas urbanísticas, aunque insisten en que "ojalá" haya un acuerdo en el próximo pleno.
Vox, una incógnita
Ahora bien, ni siquiera la postura de los socios de Gobierno es coincidente. Las fuentes consultadas por este medio explican, en el caso de Vox, que están analizando la moción a la que no se oponen frontalmente.
El portavoz municipal de esta formación, Juanma Badenas, no quiere otorgarle ningún privilegio a Lim y en principio es reacio a votar nada que suponga negociar con el singapurense, pero también considera que puede haber una ventana de oportunidad para impedir al máximo accionista del Valencia CF volver a dar largas a las instituciones y dejar a la ciudad colgada con el estadio a medio hacer como está en la actualidad.
En esta cuenta atrás Lim sigue cobrando ventaja porque ha demostrado sobradamente durante una década que su voluntad no es hacer el estadio.
Sólo un acuerdo de mínimos puede revertir esa situación de bloqueo que mantiene a la ciudad con un grave problema de imagen (el estadio a medio construir) en una de sus entradas; y al Valencia CF con una parálisis económica que Lim no quiere solucionar hasta que pueda disponer de los beneficios urbanísticos para poder vender los terrenos del actual Mestalla.